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Los desafíos del español como lengua internacional

El español es el segundo idioma internacional por número de quienes lo tienen como dominio nativo y el cuarto por el total de quienes lo hablan. Es, pues, una potente seña de identidad colectiva, además de un intangible de un valor extraordinario para sus hablantes. Ante el imparable desarrollo de los mercados globales y las tecnologías de comunicación, es hora de explorar sus posibles futuros, tal y como hacen los autores de este libro.

En este making of José Antonio Alonso, Juan Carlos Jiménez y José Luis García Delgado cuentan los motivos que les llevaron a escribir Los futuros del español (Alianza).

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En un proyecto anterior, y a lo largo de casi una década, nos propusimos una tarea en cierta medida inédita: desvelar el valor económico que el español aportaba a su comunidad internacional de hablantes. No se trataba de una tarea sencilla, porque pocas cosas semejan más alejadas del cálculo económico que la palabra. Para abordar el tema lo primero que hicimos fue desarrollar un aparato conceptual que permitiese identificar la lengua como recurso económico. Ese no era sino el primer paso de nuestra indagación, porque el propósito final era traducir a cifras las ventajas económicas que se derivan del uso de una lengua, como el español, de sólida presencia internacional, con un colectivo de hablantes de en torno a 600 millones de personas.

El recurso a una lengua compartida facilita el entendimiento entre los interlocutores y, con ello, las transacciones y los acuerdos económicos, otorga una materia prima valiosa sobre la que erigir industrias y actividades económicas y, en fin, proporciona una seña de identidad colectiva que se traslada a los mercados. Traducir todo eso en cifras nos obligó a recorrer muy diversos campos: desde a contabilización del PIB a las migraciones, desde el comercio a la internacionalización empresarial o desde la enseñanza a las industrias culturales. A todo ello subyacía un propósito inocultable: hacer ver a la sociedad que tenía en la lengua compartida un activo valioso que debía preservar y promover.

"Además de acometer esta triple cartografía, analizamos las tendencias que afectan al español en los flujos económicos internacionales: migraciones, comercio e internacionalización empresarial"

La obra que aquí se presenta, acogida y respaldada por el Observatorio Nebrija del Español, da continuidad a aquella anterior exploración. Lo que ahora se persigue, sin embargo, es saber dónde se va a encontrar el español en la escena internacional en un escenario de futuro (2050 es el año de referencia elegido). ¿Será capaz el español de preservar su posición prominente y vencer la pujanza de otras lenguas que se benefician de demografías más expansivas, del impacto uniformador de las nuevas tecnologías o de una infraestructura de promoción mejor asentada en el espacio internacional?

Contestar a la anterior pregunta nos ha obligado a construir cuidadosas proyecciones en los campos demográfico, económico y digital, utilizando los mejores datos disponibles y criterios de estimación solventes, todo ello vertido a un lenguaje asequible al no especialista. Además de acometer esta triple cartografía, analizamos las tendencias que afectan al español en los flujos económicos internacionales: migraciones, comercio (incluido el digital) e internacionalización empresarial. Para conseguirlo, al acopio de datos hemos sumado la construcción de modelos de estimación que arrojasen luz sobre las tendencias en curso.

"Las sombras que arroja esta mirada de futuro constituyen una llamada de atención acerca de la necesidad de acometer una política estratégica de apoyo al español como lengua internacional"

El resultado de este ejercicio conduce a una conclusión inquietante: dejado a su suerte, el español está condenado a perder cuota en la escena internacional. Seguirá siendo importante, pero habrá perdido peso respecto a otras lenguas. Si en el pasado al español le benefició el empuje de una demografía expansiva, eso ya no sucederá en el futuro. Y, junto a ello, nuevos desafíos se imponen como consecuencia de la desigual implantación que los países de la comunidad hispanohablante tienen en la sociedad del conocimiento. Seguirá en el haber de este balance crítico el atractivo de una cultura rica y creativa que se expresa en español y que ha logrado asentarse en el país más influyente de la escena internacional: Estados Unidos, si bien tampoco el futuro ahí está asegurado.

Las sombras que arroja esta mirada de futuro constituyen una llamada de atención acerca de la necesidad de acometer una política estratégica de apoyo al español como lengua internacional. A los contenidos de esa política se orienta la extensa sección final del libro. Una política que, por la pluralidad de actores convocados, el alcance social de sus efectos y el horizonte temporal en que se debe desplegar, habría que concebir como de Estado. Mejor aún: debiera hablarse de política de “Estados”, alcanzando el rango de panhispánica, por construirse en consenso y colaboración con los países que forman parte de nuestro condominio lingüístico. Los futuros del español son varios, pero encaminarnos al más favorable está en nuestra mano.

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Autores: José Antonio Alonso, Juan Carlos Jiménez y José Luis García Delgado. Título: Los futuros del español: Horizontes de una lengua internacional. Editorial: Alianza. Venta: Todos tus libros, Amazon, Fnac y Casa del Libro.

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