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Ocho novelas, un universo, un final

Making of de Konets (Suma), el nuevo libro de César Pérez Gellida, que llega a las librerías el 9 de noviembre. Este libro es el colofón final de una historia conformada por ocho novelas: las trilogías «Versos, canciones y trocitos de carne» y «Refranes, canciones y rastros de sangre», Khimera y la presentada en estas líneas por el propio escritor.

–Siempre me he preguntado cuándo y cómo se sabe que ha llegado al final —conjeturó él.

Erika tardó en responder. Tenía las palabras escogidas, pero quiso evitar que se perdieran en una ráfaga de aire. Esperó pacientemente hasta que el viento rolara ofreciendo una tregua.

–Cuando uno escribe de su puño y letra la palabra Konets. 

Corría el mes de junio del año 2014 cuando tecleaba estas líneas para cerrar el penúltimo capítulo de Khimera. Transcurridos algo más de tres años y una trilogía (Refranes, canciones y rastros de sangre), ha llegado el momento de rubricar ese final. Por fin el fin.

"Casi nadie pilló el juego de palabras; logícamente. Es cierto: cuando decidí dejar este hilo argumental pendiente de desarrollo no tenía ni idea acerca de lo que le depararía el destino, pero sí tenía muy claro que Olek debía protagonizar una novela."

Sin embargo, aún tendría que remontarme tres años más en la línea del tiempo para localizar el instante en el que escribí el principio de esta historia conformada por ocho novelas, casi cuatro mil quinientas páginas y más de un millón de palabras. Lo hacía con la frase: «El vaho no le permite ver con nitidez a través de la bolsa a pesar de ser transparente» que abría la primera escena de Memento mori, protagonizada por un sociópata narcisista cuya sanguinaria «obra poética» coagularía en las calles de Valladolid primero y de otras muchas ciudades después durante aquel frenético recorrido por Europa. En una de estas, concretamente en Gdansk y casi al final de la primera trilogía (Versos, canciones y trocitos de carne), Augusto Ledesma concebía a un niño que bautizarán con el nombre de Olek («el protector»), personaje que ya aparece en el listado de intérpretes de Khimera y a quien asigné la clave como instrumento. La clave. Casi nadie pilló el juego de palabras; lógicamente. Es cierto: cuando decidí dejar este hilo argumental pendiente de desarrollo no tenía ni idea acerca de lo que le depararía el destino, pero sí tenía muy claro que Olek debía protagonizar una novela en la que terminaran de atarse todos los cabos que había dejado sin anudar en las siete novelas precedentes.

Casi nada.

Casi todo.

Empecé a escribir Konets al día siguiente de terminar Khimera, sin embargo, tres semanas después me vi en la obligación de dejar de aporrear el teclado al percatarme de que avanzar en el argumento suponía condenar el de la siguiente trilogía. Por ello y muy a mi pesar, introduje esas páginas en el congelador de mi disco duro y me zambullí a pulmón libre en la trama de Sarna con gusto. Luego llegarían Cuchillo de palo y A grandes males, donde, al margen de narrar en cada una de ellas una historia vertical y conclusiva, existía otra horizontal que giraba a La Congregación de los Hombres Puros, germen de La Asamblea que domina el futuro que pinto en el 2054.

"Estructurada en cuatro movimientos de una gran sinfonía del mismo modo que hice con Khimera, Konets funciona como precuela y secuela de esta. "

Hecho este esbozo ―un bosquejo, sí, pero que condicionaba por completo el cuadro final―, retomé el proyecto de Konets afrontando las primeras pinceladas de la estructura teniendo en mente una sola premisa: todo tenía que gravitar alrededor del personaje de Olek Opiezcenek, relatando qué había acontecido en su vida desde que vio la luz en un parto en el que su madre perdió la vida hasta ocupar el puesto de operador principal de sistemas de la estación Khimera de Lukomorie. Precisamente ahí, en la escena en la que cae la estación bajo el fuego de los centinelas enviados por La Asamblea vista desde sus ojos, arranca Konets.

Estructurada en cuatro movimientos de una gran sinfonía del mismo modo que hice con Khimera, funciona como precuela y secuela de esta. Cuatro movimientos que son autoconclusivos pero con un hilo argumental que dota a la historia de la coherencia necesaria. Podría decirse, por tanto, que se trata de una tetralogía en un solo volumen. Soy consciente de que no es sencillo de entender sin mostrar las cartas que deben permanecer boca abajo, pero sí puedo destapar que se trata de un thriller con mucha acción y que está exento de la carga documental contenida en Khimera. Quizá las imágenes del booktrailer faciliten la tarea. O terminen de confundirte por completo, estimado lector.

Muchos de mis lectores me han preguntado si con esta novela termino un ciclo. La respuesta es sí. Konets es el fin, efectivamente, ergo el final de esta octología ―aunque se pueda leer de forma independiente cada una de las trilogías, así como Khimera y Konets―, pero esto no significa que en el futuro alguno o algunos de los personajes que sobrevivan puedan protagonizar novelas venideras. Desde luego, si esto sucede, no será de forma inmediata dado que la siguiente o siguientes historias pertenecerán a constelaciones diferentes. Dicho esto, quién sabe, quizá puedan encuadrarse dentro de un universo paralelo.

El universo Gellida.

Un abrazo a todos e infinitas gracias por estar ahí.

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Sinopsis de Konets, de César Pérez Gellida

Olek Opieczonek no es únicamente un nombre más en el extenso listado de víctimas que conformaron la «Obra» de uno de los más crueles asesinos en serie de la historia. Aquel niño nacido de la perversa simiente de Augusto Ledesma ha crecido bajo los cuidados de sus abuelos maternos y con el respaldo económico de una peculiar hada madrina: Rusalka. Sin embargo, Olek está empeñado en desenterrar esos secretos del pasado exprimiendo sus habilidades como hacker; pero, en ocasiones, descubrir el punto de partida condiciona el itinerario y, consecuentemente, el destino.

Konets («fin» en ruso) es un thriller frenético, un tratado sobre la maldad estructurado en cuatro movimientos y desarrollado en dos escenarios temporales: la adolescencia de Olek y su madurez, o, lo que es lo mismo, el antes y el después de los sucesos que se narran en Khimera. Ambas novelas conforman el engranaje conclusivo entre las dos trilogías «Versos, canciones y trocitos de carne» y «Refranes, canciones y rastros de sangre».

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Autor: César Pérez Gellida. Título: Konets. Editorial: Suma. Venta: Amazon, Fnac y Casa del libro

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