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Olivier Norek: «El mayor asesino en serie de la historia es la contaminación»

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Olivier Norek: «El mayor asesino en serie de la historia es la contaminación»

El escritor Olivier Norek, policía judicial francés en excedencia, aborda en su sexto título, Impacto, la problemática medioambiental y alerta de que «el mayor asesino en serie de la historia» es la contaminación atmosférica y el calentamiento global, que provocan al año «veinte millones de víctimas».

En rueda de prensa telemática, Norek ha hablado este martes de su nueva novela, publicada en España por Plataforma Editorial, en la que, a partir de datos y estadísticas reales, narra lo que ocurre en el país galo cuando aparece un grupo ecologista llamado Greenwar, liderado por un exsoldado, Virgil Solal, y secuestra al director general de la compañía Total, a quien encierra en una jaula de cristal, en la que entra un tubo conectado al motor de un coche.

Ganador en 2016 del premio Novela Negra Europea por Efecto dominó, en la que ponía de manifiesto el pésimo estado de las cárceles de Francia, Olivier Norek quiere denunciar, con cada uno de sus libros, lo que no le gusta o le parece injusto, a la vez que «levanta el velo» de lo que el lector cree que conoce. En esta ocasión empezó preguntándose si la ecología podía ser la base para una «buena novela policíaca, para la que es necesario una víctima, un policía capaz de buscar al culpable y una escena del crimen. Estudié la situación y comprendí que en el caso que nos atañe la víctima es la humanidad, la escena del crimen es el planeta y el policía que debe buscar y castigar al culpable es el lector».

Capitán de la policía judicial durante dieciocho años —le queda ahora año y medio de excedencia—, el novelista se ha enfrentado en su carrera con casos extremos, violaciones «e incluso con un caníbal», pero su preocupación en la actualidad es con respecto a lo que está ocurriendo con el calentamiento global del planeta, que «cada año mata al mismo número de personas que la Primera Guerra Mundial». Como cree que estas cifras «no parecen suscitar ninguna emoción, como policía me he dicho que es mi obligación perseguir al mayor asesino en serie de la historia, haciéndolo en nombre de esa justicia que parece que a nadie le importa en este momento». Está convencido, sin embargo, de que la «revolución verde es inevitable, porque llegará un día en el que nos quedaremos sin fuentes de energía fósiles», y advierte de que en la novela no todo es «sombrío o deprimente».

A su juicio, «si empezamos ahora a tomar las medidas adecuadas para que esa revolución verde pueda desarrollarse, tendrá lugar sin violencia y de manera ordenada, pero si esperamos diez, veinte o treinta años, entonces ocurrirá igualmente pero de manera caótica, desorganizada, desigual y violenta». «El mañana se defiende hoy», ha apostillado.

Trepidante como son todas sus historias, en Impacto Norek aprovecha para incluir en medio de la trama, que se desarrolla en París, con el capitán Nathan Modis y la psicocriminóloga Diane Meyer tras los talones de Virgil Solal, diferentes retazos de lo que ocurre en varios lugares del planeta. El lector que se enfrente a estas páginas descubrirá tanto lo que ocurre en el delta del Níger, en la ruta de los oleoductos en África, como lo que el deshielo provoca en los osos polares. Tampoco obvia las consecuencias del gran incendio de Australia que «cubrió el planeta entero de cenizas» o «el caso de esos pueblos en la India donde después del desbordamiento de los ríos los habitantes de determinadas zonas se han visto obligados a enfrentarse a la amenaza de manadas de cocodrilos».

Asimismo, menciona que la mitad de los billonarios norteamericanos «ya se han hecho construir sus búnkers en Nueva Zelanda, porque son perfectamente conscientes de lo que va a venir», y no ha olvidado lo que está pasando en lo que llama «la jungla de Calais, donde quedaron «aparcados» unos 10.000 migrantes».

Para Norek, «es mucho más interesante abordar estos problemas sensibles a través de la ficción que hacerlo con un tocho de 600 páginas que pocos habrían leído». En cambio, con la técnica de la novela de intriga «hago que el lector se mantenga sin aliento, con ganas de avanzar en la historia, atravesada por todas las emociones, estando al final más despiertos y conscientes de la situación».

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