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Marruecos, tan cerca

Hace días, entre dimes y diretes respecto al Sáhara Occidental, escuché diversas declaraciones de políticos y ciudadanos sobre el particular. Desde el aplauso al espumarajo, cada cual opinaba conforme a su interés, razón o sentimientos. Fue interesante el debate, y participé en él con algunas viejas fotografías y artículos. Haber vivido un año en la colonia española, ser corresponsal en Argel y frecuentar la guerra del Sáhara –la de verdad, no el turismo en campos de refugiados– me daba derecho a recordar y opinar, cosa que hice. A repetir que mi corazón estará siempre con mis amigos saharauis. Con los vivos y con los muertos.

Establecido eso, llamo la atención sobre algo que me dejó pensando: el deseo, sobre todo de algunos políticos de izquierdas y del público en general, de que en Marruecos caiga la monarquía, Mohamed VI se vaya a tomar por saco y allí reinen libertad, progreso y democracia. Deseos ésos que resulta difícil no compartir; pero que requieren notas a pie de página que, por lo visto, quien las conoce o intuye se guarda mucho de dar. Pero como el arriba firmante tiene una edad en la que ciertas cosas importan un carajo, voy a tocar esa tecla. Me pone, incluso. Lo de tocarla.

Europa, o lo que aún llamamos Occidente, es un espacio político y cultural acribillado de achaques y goteras, camino del desguace. Como todos los imperios, tardará en llegar al momento o el siglo del finiquito, pero su destino es tan ineludible como la historia de la Humanidad. Sobre ese nido confortable de derechos y libertades, duramente conquistados durante siglos, caen ahora, de forma tanto pacífica como violenta, oleadas de pueblos más jóvenes, más desesperados y más hambrientos, que no se rigen por nuestras reglas sino por las suyas y que traen, a veces, dosis de rencor históricamente justificadas. Todo ello lo resume de maravilla, ahorrándome palabras, la afirmación todavía reciente de un radical islámico: Usaremos vuestra democracia para destruir vuestra democracia.

Como todos los imperios, Europa, u Occidente, tenía centuriones que protegían las fronteras. Ellos nos hacían el trabajo sucio para mantener la calefacción a 22 grados. Pero eso se acabó, paradójicamente con el aplauso de una Europa donde esos centuriones tenían mala prensa. Las llamadas primaveras árabes, y cómo terminaron, fueron un aviso que no sirvió de gran cosa. Los europeos, o españoles, creemos que es mejor un mundo sin tiranos que con ellos, aunque nos vigilen la finca. Y es verdad. El problema es que eso plantea un rompecabezas de imposible solución: o tenemos finca y calefacción o no las tenemos. Nuestro mundo ya no será mejor jamás, porque hace tiempo que aquí perdimos el manejo inteligente de los mecanismos. Queremos vivir bien, pero criticando lo que nos hizo vivir bien. Eso es admirable, claro, siempre y cuando estés dispuesto a asumir las consecuencias. Pero no lo estamos.

Hay un lugar que debería mencionarse más: el Sahel. Justo debajo de Marruecos y Argelia. A veces preguntamos qué hacen tropas francesas y españolas en Mali, tragando polvo entre saharianos y subsaharianos, y me gustaría saber por qué quien debe explicarlo no lo hace. Por qué nadie dice que la principal amenaza para Europa no es sólo Putin, sino también el Sahel y lo que allí se cuece: un islamismo violento, radical y despiadado, frente al que regímenes autoritarios como Argelia, monarquías como la de Marruecos, son nuestro baluarte defensivo, las legiones de nuestro ya maltrecho limes romano: unos hijos de puta que, por suerte para Europa y pese a los conflictos con ellos, todavía son nuestros hijos de puta. Cuando salten esos cerrojos, cuando Mohamed VI caiga entre el aplauso de quienes deseamos democracia y libertad para Marruecos –pese a los clichés, un pueblo de gente buena de la que podríamos aprender mucho los españoles–, la anhelada primavera marroquí puede acabar como otras que conocimos: con una guerra civil, y puede que con un régimen islamista. Con los curas de allí, una vez fuera de control –sabemos de lo que es capaz un cura con turbante, un Corán en una mano y un Kalashnikov en la otra–, predicando la Yihad en torno a Ceuta y Melilla y a quince kilómetros de las costas españolas.

Y no digo, ojo con eso, que sea malo ver al rey de Marruecos disfrutando de su fortuna en el exilio de Suiza o en una villa de Mónaco. Me gustaría, sin duda. Les juro a ustedes que me da morbo. Pero a la hora de aplaudir o silbar a héroes o tiranos conviene saber lo que se hace, asumiendo las consecuencias. Comiéndose las duras y las maduras. Algo cada vez más difícil en esta Europa imbécil que ha sustituido bibliotecas por redes sociales, cultura por filantropía y razón por sentimientos.

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Publicado el 2 de abril de 2022 en XL Semanal.

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Sergio Vasquez Bronfman
Sergio Vasquez Bronfman
2 años hace

¡Brillante! En particular la frase «Por qué nadie dice que la principal amenaza para Europa no es sólo Putin, sino también el Sahel y lo que allí se cuece: un islamismo violento, radical y despiadado». Desde que en febrero de 1989 el ayatolá Jomeini lanzó su fatwa contra Salman Rushdie, pienso que el islamismo es el principal enemigo de la Civilización. Todo lo demás, Putin incluido, es menos malo. Desde entonces todo lo que ha pasado confirma lo que pienso. El problema es que casi nadie toma la medida del desafío; sobran Chamberlains y faltan Churchills.

Dedalo
Dedalo
1 año hace

Putin es Stalin y el islamismo es Hitler ¿Cuál es peor? El que te ataque en cada momento. El otro sólo es el diablo con el que te alías para combatir (como dijo Churchill de Stlin)
Putin no es tan malo porque no tiene el poder de atacarnos en casa (por el momento), salvo con MAD

Última edición 1 año hace por Dedalo
ricarrob
ricarrob
2 años hace

Muy pensado, muy elaborado su excelente artículo, don Arturo. Yo creo que el tablero y las piezas están terriblemente complicados. Muchos pa´rametros, muchos factores, muchos jugadores en el juego. Quizás España y Marruecos y los conceptos de monarquía suavemente autoritaria, democracia imperfecta, etc., sean lo menos importante en el juego. Y tristemente los saharuis, tristemente manipulados por todos, tampoco lo sean. El Sahel, Argelia, Mauritania, Estados Unidos, Francia, etc., etc. (incluso puede que estén en el ajo Irán y China y, hasta Rusia). Porque a los curas con Corán y Kalashnikov alguien los maneja y los financia. Porque, hoy en día, nada se hace sin dinero, ni siquiera las utopías fanatico-religiosas. Y las materias primas, el gas, el petróleo, los yacimientos actuales y futuros, la posición geoestratégica. De todo ello y de sus detalles no sabemos, los de a pié, nada de nada. No es un juego para jugadores mediocres, menos a´ún para los que ni siquiera conocen las reglas del juego como nos tememos sean los que están al cargo del timón en este momento.

Eduardo Arturo
Eduardo Arturo
2 años hace

Brillante, la frase final….Razón por sentimientos. Le faltaría una: Cultura por demagogia.

Jose F-A
Jose F-A
2 años hace

!Que gran verdad!

basurillas
basurillas
2 años hace

Lo malo de los hijos de puta, Don Arturo, es que suelen serlo en todos los frentes, especialmente en aquellos donde se ubican los supuestos aliados o disidentes » más blanditos» e incapaces de defender sus propias posturas y pretensiones con la dureza, rigor y seguridad necesarias, como ocurre con España; donde la tibieza y amaneramiento en su política exterior ya alcanza niveles de bajada de pantalones pura y dura y, al mismo tiempo, haciendo concesiones y postureos, equivocadamente, a quien no se lo merece o directamente no es fiable ante acuerdos y planteamientos de buena fe. Estar cerca no equivale a una obligación de llevarse bien sin sintonía ni, tampoco, porque otros se suban equivocadamente a ese carro. Eso se parece, más bien, al puro entreguismo. Huele a cobardía.

Gerardo
Gerardo
2 años hace

Don Arturo, es usted como esas bandadas de pájaros que avisan de una catástrofe natural. Una lástima que nuestros «líderes» no tengan siquiera la mitad de su nivel y cultura. Otro gallo cantaría. Un saludo.

Etelvina Valladares
Etelvina Valladares
2 años hace

Por fin un comentario con dos dedos de frente sobre Marruecos. Muchas gracias por su inusual y esclarecedor análisis

Roger
Roger
2 años hace

La maravilla de soplar y sorber a la vez. Es como lo de los productos apple. Conozco un tío, sùper izquierdoso, progresista, anti-imperialista, etcétera, etcétera, con el perfil del comisario rojo que le mete un tiro a su propia madre si es por el bien de la causa, pero que tiene ordenador de sobremesa, portátil, tableta, if´ón y demás artilugios… de la consabida marca. Sin pararse (o negarse a pensar) que están hechos en la China Mandarina por operarios en pésimas condiciones de trabajo, con jornadas largas y con sueldos paupérrimos, Lo queremos todo y no renunciar a nada.

Juanito
Juanito
2 años hace

Como siempre, dando en el clavo don Arturo. A un imperio seguirá otro y después otro. Y cada día seguirán naciendo «suckers», como dijo el caballero de los circos.

dora guerrero pichel
dora guerrero pichel
2 años hace

Excelente articulo!!! Marruecos y el Rey son una garantia de paz .y si tienen una poblacion de gente buena y pacifica.

fernisep
fernisep
2 años hace

Mi hija Valeria, de nueve años, asiste a un colegio de Utebo, Zaragoza y hoy en la clase tuvieron que presentar una exposición de lengua, apoyados en un Power Point, sobre personas reales que tuviesen o hubiesen tenido relevancia en sus respectivos ámbitos. Así muchos presentaron a Einstein, Frida Kahlo, Scarlet Jhonson, Federico García Lorca, etc. Mi hija presento a un tal Javier Pérez-Reverte Gutierrez, un hombre un poco calvo y flaco de 70 años (y uno de sus compañeros dijo: «que viejales!!»), que nació en Cartagena, con una firma un poco chapucera, pero como es de un escritor…vale!
Los libros que ha mostrado en el ppt son «El italiano», «El capitán ala triste», «Linea de fuego» y «Hombres buenos». Que todos tienen que ver con un tipo de guerra porque este hombre era periodista de la guerra.
Para terminar su ppt ha escrito: «¡Muchas gracias por vuestra atención! y este es el final de mi presentación. Espero que os haya gustado y no olvidéis comprar libros de este maravilloso escritor. Adios!»
Nueve años..!!

MJRO
MJRO
2 años hace
Responder a  fernisep

Dígale a su hija que el nombre de su ilustre personaje es Arturo.
Y felicítela de mi parte. Y a Vd., que algo habrá tenido que ver…

Última edición 2 años hace por MJRO
Sonia López
2 años hace

La conclusión final es la que estuvo planeando sobre mi mente durante la lectura del artículo. Y es que somos ignorantes, yo la primera. Pero desgraciadamente muchos lo son además con gusto y «orgullo».

ricarrob
ricarrob
2 años hace
Responder a  Sonia López

En mi modesta opinión, reconocer la propia ignorancia es no ser ya ignorante. Y todos tenemos que reconocer la propia ignorancia de muchas cosas. Los mayores ignorantes con gusto y con orgullo son la mayoría de los políticos actuales. Se rebozan, se regodean y se embarruzan en los excrementos de su propia ignorancia. Y contratan a cientos de asesores, todos tan ignorantes como ellos. Y, a todos los demás, nos intentan jerigonzar con sus absurdos. ¿Conoce usted a algún político español que haya dicho que se ha equivocado o que ignora algo?

Basurillas
Basurillas
2 años hace
Responder a  ricarrob

Yo, yo. Algo de político ha sido. Y era Rey

luis
luis
2 años hace

Estimado maestro, gracias a dios todavía queda gente que tiene el raro don de la inteligencia y el otro mas raro de exponerla al resto de los mortales sin estupideces y buenismos pacatos. siento no tener su capacidad intelectual para poder expresarle mi admiración por poner por escrito de una forma tan directa y clara ese pensamiento que coincide totalmente con el mío, eso si, cada vez que he hablado me han tildado de fascista e imperialista y seguidamente se han ido a calentar con el gas que nos proporcionan eso dictadores que tanto aborrecen. ESTOY HASTA LOS MISMISIMOS de tonterías buenistas y tontos hipócritas. Gracias

ricarrob
ricarrob
2 años hace
Responder a  luis

El buenismo y la progresía son enfermedades sin cura.

Pepehillo
Pepehillo
2 años hace

El sultán es el primero en usar su título de ‘miramamolín’ o comendador de los creyentes para legitimarse. Los marroquíes pueden ser buena gente como seguramente lo serían los NKVD o los yihadistas en vacaciones. La cuestión no es ésa. De nada sirve ser fuerte si te dejas abofetear por un enano. Y España se deja abofetear es porque seguramente el partido de gobierno le debe algunos favores y hay cuestiones muy oscuras que tapar. Lo ve hasta un ciego.

Leonardo José Knye
Leonardo José Knye
2 años hace

Excelente, sin más comentarios. He decirte amigo, que en SudAmerica y en ARGENTINA en especial y particular, habemos de semejantes idiotas, y los hay por doquier.

Bixen
Bixen
2 años hace

A SEPTA (mi mili):
«Cerca de visto y lejos de mirado,
ni de agravios me vi favorecido,
ni tu olvido alcanzó de que olvidarse;
tu descuido encarece mi cuidado;
quererte más no puedo, ni he podido,
que esto es amarte, y lo demás amarse.»
Roma también tenía siete colinas.

Janos
Janos
2 años hace

Respeto enormemente la opinion que nos da aquí, Señor Reverte, porque no comparto su experiencia vital. Sin embargo creo que la vision que nos ofrece es simplista y, con perdón, muy de la segunda mitad del siglo XX. Mi pregunta es ¿De veras tenemos que elegir entre paz con tiranos o caos con demócratas? Si hay algo que Occidente ha demostrado es que se pueden superar a los tiranos. Es cierto que la brutalidad y el autoritarismo mantienen a raya a los radicales indeseables en nuestro territorio pero no estoy convencido de que esa sea la única solucion. Desde el respeto, me la da sensación de que su conocimiento de la historia le hace ver el problema con la misma finura que el hombre que solo tiene un martillo. Si algo hemos aprendido en 50 000 años de Homo Sapiens es que la realidad tiene matices, texturas, grises y lineas intermedias. Desear al pueblo marroquí (o a cualquier otro en la misma tesitura) la inteligencia y la sabiduría para caminar esas delgadas lineas entre la cordura y el caos, no es hipocresia; es esperanza.

Juan
Juan
2 años hace

La principal amenaza para Europa, no es Putin, ni Sahel ni nada parecido.

De momento son solo tres los problemas de los europeos y se llama, estupidez, ceguera e hipocresía.

Estupidez por que al dañar a otros, nos dañamos a nosotros mismos y en eso los europeos tenemos bastante historia, ademas de haber labrado con esmero la tierra en la que crece el fruto que hoy cosechamos con respecto al mundo árabe.

Ceguera por no ver lo manipulados que estamos nosotros y los gobiernos que nos representan, esos que actúan como marionetas, ya sabes que da igual a quien votes, no va a cambiar nada importante!

Hipocresía por que nos tiramos de los pelos por lo que pasa en Ucrania pero en todas las guerras de las últimas décadas, miramos a otro lado cuando nos interesa o cuando nos lo ordenan.

Para enriquecer a nuestras grandes empresas, expoliamos, desestabilizamos países, pero luego nos preocupa si se vuelven radicales.

Con la gran memoria que tenemos y lo bien que solemos ver nuestro propio ombligo, es raro que tengamos miedo teniendo al lado a aliados tan poderosos, ¿no?

José Luis Bianco
José Luis Bianco
2 años hace

Excelente el último párrafo. Lo de imbecil se me hace más universal. Mis respetos Don Arturo

EDGARDO SPIK
EDGARDO SPIK
2 años hace

Corresponsales de guerra que pretenden serlo cuando solo hacen turismo en campos de refugiados. Muchos lo percibimos pero Usted lo describe con claridad. Gracias por sus artículos.

Carlos Nicasio Daona
Carlos Nicasio Daona
2 años hace

Felicitaciones Arturo, como dice el refrán «Al pan, pan y al vino, vino» Disfruto siempre sus palabras

Última edición 2 años hace por Carlos Nicasio Daona
Enrique Pilarte
Enrique Pilarte
1 año hace

Saludos al señor Pérez-Reverte y lectores de esta columna. Es un buen aporte el del autor sobre los riesgos que hay en juego al tratar de derrocar tiranos. Pero no pienso que por esos riesgos se deba detener la lucha por más derechos humanos y democracia. Sí se debe estar consciente de los mismos para asumirlos y, de ser posible, neutralizarlos. Creo que se olvida que la misma Europa, en su camino hacia los derechos y libertades, anidó radicalismos como el anarquismo, fascismo y comunismo. Y aún no se ha librado totalmente de ellos.

Dulce
Dulce
1 año hace

No es bueno subestimar todo lo logrado durante siglos