En Hijos del fútbol (2017), Galder Reguera nos mostró su personalísima forma de vivir y contar el fútbol. Ahora publica una antología de sus columnas y demás textos vinculados al balón. Una mezcla de emoción de la grada y de reflexión filosófica.
En Zenda publicamos el arranque de Por qué el fútbol (geoPlaneta), de Galder Reguera.
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ESCRIBIR DE FÚTBOL
Cuenta Eduardo Sacheri que cuando escribió La pregunta de sus ojos lo hizo evitando expresamente el fútbol. El autor argentino, que había logrado reconocimiento gracias a sus narraciones breves con la pelota como protagonista, necesitaba reivindicarse más allá del balón. Quería sentirse escritor sin el balón de por medio. Por eso en esa su primera novela apenas hay una pequeña referencia a cómo el estado de ánimo de uno de los personajes se ve afectado por los resultados de su equipo. Resulta, sin embargo, que cuando Campanella lo citó para ofrecerle la adaptación al cine y la escritura a cuatro manos del guion, le confesó que creía necesario añadir un ingrediente más a la historia. «Por favor, incluyamos algo de fútbol», rogó, y Sacheri accedió, imagino que a regañadientes. Pues bien, precisamente ese ingrediente fue el que dio fama mundial a la película. Hablo de la celebérrima escena de la persecución en el estadio, uno de los momentos más memorables de la historia del cine en español, cuando el asistente de juzgados Pablo Sandoval dice sobre el investigado: «El tipo puede cambiar de todo: de cara, de casa, de familia, de novia, de religión, de Dios…, pero hay una cosa que no puede cambiar: no puede cambiar de pasión».
Yo también, como Sacheri, he intentado regatear al fútbol mientras escribía; y me lo he encontrado a la vuelta de cada página.
Para la pregunta de por qué escribimos, cada autor tiene una respuesta. Me gustó siempre la de Italo Calvino: por la consciencia dolorosa de la propia incompetencia. Pero la cuestión de por qué escribimos lo que escribimos, esa es más compleja, y muchas veces el autor carece de perspectiva, de distancia de sí mismo para responderla. Innumerables veces me han preguntado (y recriminado) por qué el fútbol, y en cada respuesta he intentado explicármelo también a mí mismo. En el fondo, he de confesar, creo que no lo sé. Supongo que en parte es porque uno descubrió la diversidad del mundo en el que vivimos con los Mundiales, entendió parte de la sociopolítica europea con la UEFA y la Champions y aprendió sobre el modo de ser de las personas jugando once contra once con un balón. Sí, como Albert Camus, yo también supe mucho en la cancha sobre mis semejantes y, lo que es peor, sobre mí mismo.
También creo que el fútbol, más que ningún otro fenómeno social, funciona como una suerte de mitología con temporánea que nos puede servir de plantilla para pensar, celebrar y lamentar sobre los seres humanos y su destino. En el fútbol caben la gesta, el drama y la comedia, y un partido ofrece en ocasiones giros de guion que ni el más osado de los escritores se atrevería a plantear. La razón es que se juega con el pie (el gran olvidado de la evolución, en palabras de Juan Villoro) y que la pelota es anárquica e imprevisible, como tantas veces la vida.
Pero fundamentalmente, supongo, escribo porque el fútbol es mi pasión y necesito entenderla y entenderme. Escribo sobre fútbol porque no puedo evitarlo, como no pude evitar llorar abrazado a mi hijo mayor, rodeados de miles de los nuestros que también lloraban, cuando nuestro equipo logró su último título.
Una lección que aprendí cursando filosofía es que preguntarse el porqué de algo es, muchas veces, recorrer solo la mitad del camino. En ocasiones, la pregunta está incompleta si no va acompañada de su reverso: «¿Por qué no?». Quiero decir, ¿me cuestionaría igualmente si en lugar del fútbol habláramos de otro tema? A la pregunta de por qué escribir sobre fútbol, la respuesta, al menos eventual, pue de ser otra pregunta: ¿por qué no?
El caso es que yo no puedo evitarlo. Lo quiera o no, me encuentro en cada esquina con el fútbol. Siempre el fútbol. O, como lo define ese personaje secundario de la novela de Sacheri al que la pelotita le determina el ánimo, «el dicho so, el maldito, el eterno asunto del fútbol».
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Autor: Galder Reguera. Título: Por qué el fútbol. Editorial: geoPlaneta. Venta: Todos tus libros.
Galder Reguera © Elena Blanco.
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