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¿Por qué te dio por escribir sobre la mierda?

¿Por qué te dio por escribir sobre la mierda?

Alejandra Hernández llevaba mucho tiempo queriendo explicar la Historia no desde sus momentos estelares, sino desde algo mucho más etéreo: su olor. Por ejemplo: la estancia de Juana de Castilla apestaba tanto que llegaron a pensar que había sido poseída por el diablo, los romanos discutían los problemas del imperio en el retrete y los criados de Cleopatra necesitaban setecientas burras para llenar la bañera de la reina.

En este making of Alejandra Hernández cuenta el origen de Esta historia apesta (HarperCollins).

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Esta es quizá una de las preguntas que más me han planteado desde que mi libro fuese publicado el pasado 3 de mayo. La respuesta siempre la he tenido clara. Contar la historia desde su punto de vista más escatológico, desde la perspectiva de la higiene de nuestros antepasados, nos ayudará a comprender mejor el contexto en el que vivieron y el porqué de muchas costumbres y tradiciones que ahora nos harían escandalizarnos. Y es que la historia va más allá de sus reyes y guerras, la historia es también social, y sin esta vertiente es complicado que la podamos entender en su globalidad. Además, voy a ser sincera, es un tema morboso que me iba a dar pie a contar la historia con humor, como llevo haciendo ya unos años en mis redes sociales y en mis clases de instituto.

"Historias de la higiene salpicadas de personajes muy conocidos de nuestro pasado y de los que, en ocasiones, se ha contado alguna que otra mentira"

Una “historia de la higiene” o de la “mierda”, como me gusta a mí llamarlo, era el tema en el que me sumergiría y enredaría por más de nueve meses. Y digo enredaría porque, en un principio, el bombardeo de ideas que iban apareciendo en mi mente fue tal que podría haberme visto envuelta en la elaboración de una verdadera enciclopedia higiénica. Había que concretar y centrar, pero sobre todo investigar muy a fondo y descartar la ingente cantidad de fake news en torno a esta temática que circulan a sus anchas por Internet. Aunque bendito Internet y bendita digitalización. Estoy segura de que todos aquellos que hayáis investigado largas horas en archivo valoráis ahora el poder consultar los documentos online, más por el hecho del desplazamiento que por el de sentir una fuente primaria en tus manos: esa sensación no hay quien o que la cambie.

Así, con los principales archivos digitales nacionales y europeos localizados y un buen número de fuentes bibliográficas en la retaguardia, comenzaba la difícil tarea de organizar aquello que quería contar, optando finalmente por un “tradicional” orden cronológico, partiendo de la civilización más “limpia” de la historia, la egipcia, para acabar en el siglo XX metidos de lleno en las trincheras de la Gran Guerra y con un capítulo extra de chismorreos apestosos varios que no encontraron su lugar en otra parte del libro. Historias de la higiene salpicadas de personajes muy conocidos de nuestro pasado y de los que, en ocasiones, se ha contado alguna que otra mentira.

"Si una cosa me ha enseñado mi profesión y mi recorrido por redes sociales es que la historia gusta mucho más de lo que pensamos, pero está en nuestra mano hacerla más amena"

Cuando finalicé el primer y más extenso capítulo de todos, el dedicado a Carlos III y su Real Cédula para sacar a los muertos de las ciudades, tuve que realizar un parón de varios días para estar muy segura de que el estilo popular y didáctico, cargado de socarronería, con el que había escrito esas primeras páginas sería el que adoptaría a lo largo de todo el libro. Porque encajar conmigo lo hacía a la perfección. Pero sabía a lo que me podía exponer, dada la conservadora visión académica que se tiene de la historia y que, a mi parecer, como profesora de adolescentes a los que, por regla general, no les interesa lo más mínimo esta materia, es demasiado seria y difícil para un público no especialista. Si una cosa me ha enseñado mi profesión y mi recorrido por redes sociales es que la historia gusta mucho más de lo que pensamos, pero está en nuestra mano hacerla más amena, sencilla, asequible y, sobre todo, divertida. Porque historiadores somos unos pocos, pero amantes de la historia hay muchísimos, solo que todavía no lo saben.

Ahora, después de que Esta historia apesta lleve casi tres meses en el mercado, confieso que he cabreado a algún que otro académico, pero he conseguido que miles de personas redescubran la HISTORIA, con mayúsculas, y se diviertan con ella sin darse apenas cuenta de que están APRENDIENDO.

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Autora: Alejandra Hernández. Título: Esta historia apesta. Editorial: HarperCollins. Venta: Todos tus libros, Amazon, Fnac y Casa del Libro.

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