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Promover la lectura al margen del gobierno

Promover la lectura al margen del gobierno

Se está diciendo hasta la saciedad: México tiene un nivel de lectura muy bajo. Según datos del Instituto Nacional de Estadística, un mexicano promedio lee entre 1,7 y 3,4 libros al año, y sólo dos de cada diez personas dicen haber entendido la totalidad del texto que leen. En efecto, como ha subrayado Carmen Beatriz López-Portillo, rectora de la Universidad del Claustro de Sor Juana, es un hecho dramático por donde se quiera ver. Así que a la sociedad mexicana no le queda de otra que intentar fomentar el amor a la palabra, a los libros y a la lectura. Y por eso, convenios como el que acaba de firmar esa institución con la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem) para impulsar la literatura infantil y juvenil y emprender diversas actividades en conjunto, son dignos de encomio. Y es que lo poco que hacen las autoridades educativas en México, como la revisión y puesta al día de los libros de texto de educación primaria y secundaria, resultan fallidos, pues sus contenidos no cuentan con el respaldo o el mínimo consenso de expertos y profesionales del libro. En fin, que hay que buscarse la vida para sacar adelante la lectura y los libros, como han decidido hacer la Universidad del Claustro de Sor Juana y la Caniem, quienes organizarán la Primera Feria del Libro y la Lectura Claustro: Literatura Infantil y Juvenil, que se realizará del 6 al 9 de abril, con la participación de 20 sellos editoriales, así como otro encuentro de editoriales independientes en septiembre. Les deseamos toda la suerte del mundo.

LA NUEVA POESÍA MEXICANA

"Soplan vientos nuevos en la poesía mexicana. Una de las voces que despuntan en en este género es la del acapulqueño Luis Ángel Vargas Castro"

Soplan vientos nuevos en la poesía mexicana. Una de las voces que despuntan en en este género es la del acapulqueño Luis Ángel Vargas Castro (1989), quien acaba de alzarse con el Premio Bellas Artes de Poesia Aguascalientes, uno de los máximos galardones nacionales, por su libro El estómago de las ballenas, del que el jurado destaca su manera de abordar un tema urgente como el del cambio climático «con un registro original y un uso afinado de la ironía». De acuerdo con el acta de premiación, Vargas Castro «muestra un profundo conocimiento del lenguaje y sus recursos, y mantiene la tensión de principio a fin», y su poemario «es unitario sin descuidar la fuerza del poema individual», distinguiéndose por «su acercamiento a la ciencia ficción y lo especulativo con un sustento teórico bien integrado». El autor ha dicho que le interesaba explorar cuál era el papel fundamental de los seres humanos en todo este proceso de cambios en el planeta, para poner de relieve cuál ha sido nuestro efecto sobre la naturaleza, temas que están calando muy hondo en la literatura mexicana, cuyas nuevas voces no son en absoluto ajenas a algunos fenómenos que confirman el proceso de devastación que es ocasionado por el ser humano. Con este premio, Vargas Castro consolida una obra que comenzó en 2016 con la publicación del poemario A pesar de la voz, al que han seguido Límulo (2016), El viaje y lo doméstico (2017), Búnker y Antibiótica (2019) y [nada de cruces] (2022), así como el libro para niños El verdadero nombre de los huracanes (2023), con Ilustraciones de Enrique Torralba. Enhorabuena.

LO POCO QUE IMPORTA LA CULTURA EN MÉXICO

"El poco aprecio del actual Gobierno mexicano por la cultura no deja de dar ejemplos"

El poco aprecio del actual Gobierno mexicano por la cultura no deja de dar ejemplos. Si no, que se lo pregunten a los trabajadores de siete secciones sindicales del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, quienes hasta este fin de semana mantenían cerrado el Palacio de Bellas Artes, uno de los espacios culturales más importantes de la Ciudad de México. Y es que la máxima institución cultural mexicana no se ha puesto al día en el pago de la prima vacacional que les corresponde por derecho, ni ha revisado la nómina de pagos a la empresa que confecciona su ropa de trabajo, entre otros atrasos, por lo que hartos de este tipo de dejaciones, los trabajadores decidieron tomar medidas a ver si las autoridades les hacen caso, lo que ha provocado una reacción en cadena que deja al descubierto el malestar del gremio, ya que las protestas se han extendido al Museo Nacional de Arte (Munal), al Centro Cultural del Bosque (CCB), al Laboratorio Arte Alameda, a la Escuela Superior de Música y a la Torre Prisma. De modo que a la dirección del INBAL no le ha quedado más remedio que reaccionar y prometió hacerse cargo del asunto. Sin embargo, los sindicalizados respondieron que no modificarán su plan hasta que se realicen todos los pagos como corresponde. Al margen de que esta situación tenga causas muy puntuales, en el fondo pone de manifiesto lo que la cultura en México ha vivido en los últimos años: la indiferencia de las más altas esferas gubernamentales, que en su delirio de austeridad, cerraron hace mucho tiempo el grifo a sus instituciones culturales sin importarles que acabaran convirtiéndose en un paisaje yermo. Qué pena.

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