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Sobre héroes y superhéroes

Sobre héroes y superhéroes

Para Laura Aparicio

Cuando leo cómics de superhéroes, o veo películas sobre ellos, pienso que todos son el mismo, y que todos hablan sobre lo mismo, es decir, sobre el ser humano. Y pienso también que al final todos nosotros, cargados de defectos, pero también de virtudes, somos superhéroes. O más precisamente héroes. Como diría Pilar Jericó, que escribió un libro sobre Héroes cotidianos, “la fuerza está en el ser humano”, y yo lo creo. Sus limitaciones, por ejemplo las de un Daredevil —ciego tras un accidente radiactivo, después de salvar a un hombre del atropello de un camión—, simbolizan las limitaciones de todos nosotros.

Quizá esas limitaciones constituyan nuestra propia grandeza, pues nos hacen progresar, y ahora que lo pienso, cuanto más grandes son esas limitaciones, al superarlas, nos hacen progresar más. El mismo Daredevil tiene, al mismo tiempo, una gran sensibilidad para captar lo que un ser humano normal no podría captar, y ha ejercitado su cuerpo como un deportista de élite, aparte de estudiar mucho, en primer lugar para agradar a su padre, un boxeador que quiere una vida mejor para él.

Es probable que si sólo tuviéramos fortalezas y virtudes jamás iríamos hacia delante. Tal vez nos quedaríamos quietos, inmóviles. Quizá sean nuestras debilidades las que nos hagan al final ser más fuertes y mejores.

He hecho una breve lista de algunos personajes de cómic. Son personajes que me gustan; los he leído en el pasado y con sorpresa me doy cuenta de que los sigo leyendo ahora.

—Superman.

—Batman.

—Spiderman.

—Capitán América.

—Daredevil.

—Superlópez.

—Tintín.

—Astérix y Obélix.

Algunos de ellos me han acompañado durante toda mi vida, desde que tengo conciencia, como es el caso de Superman, al que recuerdo en las películas, en las historietas, incluso en los bollitos de chocolate de mi infancia, si no me equivoco, desde que era muy niño. Y Spiderman ya estaba en los dibujos animados que veía algunas tardes con algunos de los primeros amigos que están en mi memoria.

"Estos personajes y sus historias, que parecen infinitos como los sueños de los seres humanos, nacen de esos mismos seres humanos"

El haber leído algunas de las historias de estos personajes recientemente, y haber visto algunas de sus películas, me invitan a hacer una pequeña reflexión. Una reflexión que no es nueva en mí, pues ya he escrito otras veces sobre este tema, o temas afines.

Estos personajes son atractivos por ser héroes; son atractivos e interesantes por ser protagonistas y por ser personajes. Esto significa que cualquier personaje se puede hacer comparable a ellos en cuanto a personaje, y más todavía en cuanto protagonista de su historia. Porque cuando esto sucede ese personaje se singulariza y recibe mayor atención. Esto sucede también en la vida.

Me fijo ahora que de todos estos personajes han hecho películas, y siguen haciéndolas, incluso series de películas, como es el caso de Superman, Batman, Spiderman, Capitán América… y yo diría que con gran éxito. Los superhéroes venden. Aunque también pienso que sus historias, y sus figuras, deben estar trasladadas al cine o a la historieta, a cualquier soporte —pueden ser videojuegos—, con gran cuidado, con profesionalidad, con calidad.

El ser humano vive, sueña, imagina… sueña despierto. De sus anhelos e imaginaciones consigue inspiración para avanzar con mayor confianza en su futuro. Logra avanzar en la vida. Con esos sueños, imaginaciones, anhelos… fabrica modelos, que es lo que dice Joseph Campbell que son los mitos. Mito significa narración, historia.

Estos personajes y sus historias, que parecen infinitos como los sueños de los seres humanos, nacen de esos mismos seres humanos. En el fondo son nuestros hijos, pero también son nuestros padres. Finalmente nosotros somos ellos mismos. Y todo este proceso nos hace progresar. Nosotros les damos existencia, que emana de nuestro ser, y ellos nos hacen conquistar el futuro. Nos hacen vivir mejor, más plenamente.

"Todos hemos conocido héroes reales, no sólo en las películas o en los libros. Nos cruzamos con ellos todos los días"

Los admiramos, les tenemos cariño, pero seguramente tanto como queremos parecernos a ellos es lo que ellos se parecen a nosotros, que en mi opinión es mucho, porque en ellos estamos nosotros, lo mejor que tenemos, o parte de lo mejor. Están hechos a nuestra imagen y semejanza, y quizá Platón, desde su Mundo de las Ideas, pensaría que nosotros estamos hechos también a su imagen y semejanza. Se puede entender que son reflejos de nosotros mismos, proyecciones ideales, pero con una base real muy fuerte.

Ahora pienso, en esta temporada de virus y desconcierto, que tal vez ahora precisáramos un Superman que lo arreglara todo. Pero en realidad creo que es precisamente Superman, o alguno de estos personajes de los que hablo, el que nos debe inspirar en estos momentos difíciles porque… vuelvo a recordar, como me dijo Pilar Jericó, “la fuerza está en el ser humano”.

Acaso haya que redescubrir y canalizar esa fuerza. Redescubrirnos y creer en nosotros mismos. Nosotros forjamos a nuestros héroes y ellos nos forjan a nosotros. En verdad es una inspiración mutua, porque todos hemos conocido héroes reales, no sólo en las películas o en los libros. Nos cruzamos con ellos todos los días. Nosotros también podemos serlo.

Como los mitos, como decía Joseph Campbell, estos héroes y superhéroes son modelos, guías. Ellos nos aúpan a ser mejores, cada vez mejores, y su enseñanza y ejemplo son muy hermosos, muy humanos.

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