Inicio > Firmas > Romanzas y donaires > Sobre la cancelación de Rowling

Sobre la cancelación de Rowling

Sobre la cancelación de Rowling

La historia de los libros prohibidos es larga y fecunda. No es este país nuestro el menor de los responsables de conformarla. Desde las traducciones a la lengua romance de la Biblia allá por los albores del castellano, llegando al franquismo, capaz de prohibir hasta La Regenta, del bonachón Clarín, con su barba cándida, pasando por el Index Librorum Prohibitorum et Derogatorum de la Inquisición española. No es menos halagüeño el panorama ahí afuera. En Estados Unidos, paradigma de la libertad moderna, se han prohibido desde El guardián entre el centeno, por su peligroso lenguaje, hasta aquel inocente juego visual llamado ¿Dónde esta Wally?, por aparecer entre sus páginas una sencilla mujer haciendo toples. Y si nos vamos a otros regímenes capaces, digamos, de acariciar un totalitarismo mayor, uno puede recorrer la historia saltando de pira de libros ardiendo en pira de libros ardiendo. No se salva el país que hoy nos ocupa, Reino Unido, que censuró Lolita por tratarse de un libro «sucio».

"Se censura la obra no por la obra en sí, sino por quién la ha escrito. Quizás una de las más perjudicadas por este nuevo movimiento censor haya sido J. K. Rowling"

Pero en fin, todos estos episodios guardan un denominador común: lo peligroso para el censor, lo reprobable para el apologista, es el contenido de una determinada obra. Es decir, aquello que puede leerse entre sus páginas, aquello que llega a las meninges lectoras a través del papel. Sin embargo, en esta era de la identidad exacerbada, donde importa más lo que se es que lo que se está siendo, resulta que se censura la obra no por la obra en sí, sino por quién la ha escrito. Quizás una de las más perjudicadas por este nuevo movimiento censor haya sido J. K. Rowling, de cuyo caso ya hemos hablado en esta misma tribuna otras veces, y que ve cómo sus libros, inocentes historias para jóvenes, son apartados de librerías y galardones sólo por ser ella quien los firma.

"¿Libros relevantes? ¿Acaso no es relevante la tercera novela más vendida de la historia? Poco importa eso ya"

Como ya han dicho estos párrafos, el tema que hoy nos ocupa, la última cancelación para Rowling, llega desde el Reino Unido. Los libros de la autora han sido vetados para conformar la lista de los setenta libros más relevantes publicados durante el reinado de Isabel II, acto que se celebra para conmemorar el Jubileo de Platino de la monarca. Todo tiene que ver con su opinión sobre la transexualidad, un criterio que la aparta de este tipo de conmemoraciones, y que destierra su obra del Olimpo. ¿Libros relevantes? ¿Acaso no es relevante la tercera novela más vendida de la historia? Poco importa eso ya. El eterno debate sobre si es o no correcto separar al autor de la obra deja de eternizarse en favor de la opción negativa. Harry Potter deja de ser una saga capaz de inspirar la imaginación de miles de niños, la puerta de entrada al hábito lector para adolescentes, una historia bien narrada en torno a un mundo maravillosamente construido. Ahora va indivisiblemente ligada a su autora, lo que significa que la obra será espoleada con orgullo sucio por quienes apoyan sus opiniones personales, y vilipendiada con censura canallesca por quienes las desprecian. Cae la cultura en favor de los totalitarismos identitarios. Como para no autocensurarse, oiga.

4.7/5 (243 Puntuaciones. Valora este artículo, por favor)
Notificar por email
Notificar de
guest

7 Comentarios
Antiguos
Recientes Más votados
Feedbacks en línea
Ver todos los comentarios
sepolvora
sepolvora
2 años hace

Durante el estalinismo, primero te calificaban de «cosmopolita» y «pequeño burqués» y al final te daban el tiro en la nuca. En el nazismo te quemaban los libros y te ponían la pijama de rayas sin tanto adjetivo. Es cuestión de estilos…

Ricarrob
Ricarrob
2 años hace
Responder a  sepolvora

Lleva usted razón. A veces pienso que debe haber un gen fanático, presente en todos o en algunos, contrarrestado o no por el gen racional. Y se olvida usted de la Inquisición. Solo les faltan las hogueras… pero todo se andará.

Ricarrob
Ricarrob
2 años hace

Libertad de pensamiento solo para los que son buenistas y post-todo y, además, siempre comulgan con lo políticamente correcto. Yo lo llamaría la postinquisición. He visto algunas películas del Potter. No he leído sus libros. Ahora, los leeré. Con especial satisfacción.

Daniel
Daniel
1 año hace
Responder a  Ricarrob

Lo hice recién. No te arrepentirás.

Bolivar
Bolivar
2 años hace

Un ejemplo más sobre.como librar batallas que nadie pide, como inventar guerras equivocadas. Existe tanta pólvora alrededor de la identidad sexual y viene alguien a encender una mecha hacia la autodestrucción.

Martín Serrano
Martín Serrano
1 año hace

No lloremos ahora. Desde la cultura y la política lleváis décadas cultivando y defendiendo un posmodernismo supuestamente progresista y liberador, y también esquizofrénico, que ha impuesto su dictadura.

En pleno siglo XXI estamos como en la Edad Media. Torquemada fue un tipo simpático con quién irse de cervecitas al lado de toda la basura woke y lgtbi. Menudo progreso liberador. Y, repito, lo habéis promovido los supuestos generadores de cultura desde hace años.

Enhorabuena a todes.

Carlos
Carlos
1 año hace

Las dictaduras de los politicamente correctos y sus seguidores los copitos de nieve con sus socios las minorias intolerantes. Los nuevos fachos.