Paco Reyero es autor de Trump: El León del Circo (El Paseo Editorial), ensayo publicado en 2016 que analiza el dominio mediático de Trump y que, escrito antes de la primera victoria del actual presidente, vuelve a estar de actualidad.
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La fundación Ronald McDonald ha hecho cuantiosas aportaciones económicas en colegios del estado de Florida. A cambio, entre otras contraprestaciones, en el boletín de notas de los alumnos debe figurar —clavado como un neón en la infancia— el logotipo de la cadena de hamburguesas. Llevan décadas acostumbrándonos a una identificación artificial; la que induce a establecer relaciones sentimentales con logos de multinacionales: la civilización es una furgoneta de Amazon en reparto, un truck que recorre la highway cargado con (más) productos. Este atropello publicitario consentido lo recordaba Tim Wu en Comerciantes de Atención (Capitán Swing, 2020) para describir “la lucha épica por entrar en nuestra cabeza” de tecnológicas, multinacionales, partidos políticos y grupos de presión. Es difícil la escapatoria cuando la revolución que nos achicharra plantea la incorporación de gadgets cerebrales.
Siendo el hijo de un constructor ajeno a la aristocracia del dinero y el nieto de un alemán vinculado a lupanares en la fiebre del oro de la Costa Oeste, su propia naturaleza le hizo detectar el poder de la fama, la rentabilidad de la impostura. Desde finales de los setenta, la televisión norteamericana comenzó a vincular el éxito a la ostentación. En aquellos años, la industria televisiva necesitaba, como recuerda Neal Gabler, apabullantes personajes reales de manera intensiva: Trump siempre estuvo disponible y en los ochenta se autoproclamó como el monarca de la fortuna, vendiendo cientos de miles de libros sobre el arte de la negociación.
Los años fueron pasando, pero incluso atravesando problemas financieros severos, Trump nunca estuvo fuera de la partida. Ya había cumplido los sesenta años, cuando recibió la oferta de Mark Burnett —creador de los formatos de La Voz o Supervivientes— para encarnarse a si mismo en El Aprendiz, un reality con concursantes, ambición y finanzas. Gracias al éxito de El Aprendiz su fama se robusteció tanto que después de coquetear con algunas aventuras políticas, se lanzó —mientras todavía trabajaba para Burnett— a competir por las primarias presidenciales del Partido Republicano en las elecciones de 2016. Con un lenguaje vulgar, mensajes reiterados, insultos y mentiras, Trump obtuvo atención preferente y sugirió que cobraría en los debates televisados, “porque el que da la audiencia soy yo”. Hillary Clinton invirtió en propaganda el doble que él para acabar siendo derrotada.
Cuando aquel verano de 2016, me documentaba en Forrest Hills, en las cercanías del barrio donde creció el actual presidente para el ensayo Trump: El León del Circo (El Paseo Editorial), un amigo, Mike, piloto de aviones comerciales de formación militar, me telefoneó a las cuatro de la tarde para invitarme a ver por televisión la designación de Trump como candidato republicano. “He comprado alcohol. Hay que beber mucho para poder soportar esto”, me dijo. En estos diez últimos años, el actual presidente ha dominado sin fisuras el mercado informativo, conforme cambiaban los medios, los dispositivos, las costumbres y, en definitiva, las reglas. Hoy, Fox News —que comparte intereses y objetivos con Trump— es líder con un 13% y los podcasters y youtubers más populares están a su favor. Como recordaba el exdirector de The Washington Post, Martin Baron, “solo el ocho por ciento de los adultos estadounidenses tiene a The New York Times como una de sus fuentes”.
En una reciente entrevista Trump afirmó —y lo que viene a continuación es una transcripción literal— que “muchos países han vaciado sus cárceles, muchos países, casi todos, pero no un vaciado completo, pero algunos países sí, un vaciado completo de su sistema penitenciario. Podemos mirar todo el planeta, no me refiero solo a Sudamérica, hablamos de todo el mundo. Han traído a nuestro país a personas muy peligrosas”. Aseveraciones trumpistas de este tenor son tan constantes como la labor de los verificadores y la labor de los verificadores tan ineficaz como beber arena para saciar la sed. Ya dijo Karl Rove, “somos un imperio y cuando actuamos creamos nuestra propia realidad”.
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Autor: Paco Reyero. Título: Trump: El León del Circo. Editorial: El paseo editorial. Venta: Todostuslibros.
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