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Un ensayo sobre nuestro tiempo

Un ensayo sobre nuestro tiempo

Después de más de una década conversando con personajes culturales de todo tipo y condición, empecé a echar la vista atrás y me di cuenta de que en mi cabeza resonaban, con fuerza, las voces de grandes escritoras con las que, a lo largo de todos estos años, he tenido la suerte de encontrarme. Consideré que, dadas las circunstancias, dado el tiempo que nos está tocando vivir, había llegado el momento de escucharlas, de ver lo mucho que todas ellas tienen que decir sobre literatura, sí, por supuesto, pero también sobre muchos otros temas que tienen que ver con el hecho de ser mujer y escritora hoy en día. Comencé a hacer memoria y a recopilar conversaciones, con la idea de hacer una selección. Y de ahí salió este libro, que más que verlo como una antología de entrevistas yo lo considero un ensayo sobre nuestro tiempo, y así espero que se lea. Era imposible que estuvieran todas, porque son tantos los encuentros, las charlas, que no cabrían en un solo libro. La selección fue difícil, claro, pero el punto final había que ponerlo en algún momento, y me quedé con las 31 que conforman el libro porque ellas fueron las que, de algún modo, más me cambiaron; y no me refiero sólo al oficio periodístico, sino también a mí como persona: todas ellas me movieron por dentro, me conmovieron, y de sus conversaciones salí diferente.

"De todas las elegidas, la conversación que recuerdo con más emoción, la que más me marcó fue la que mantuve con Edna O'Brien en su casa de Londres"

Una vez elegidas, lo que sí tuve claro desde el principio fue el orden en el que aparecerían en el libro: de la más joven, Carmen María Machado, a la más veterana, Ida Vitale. Y lo hice así porque, aunque el libro puede empezarse a leer por cualquier capítulo, por cualquier entrevista, me gustaría que se percibiera ese contraste en las opiniones, en el pensamiento, también, a medida que van pasando los años, desde la vehemencia más propia de la juventud a la reposada conciencia de la madurez y la vejez. En el tintero claro que se han quedado algunas. Se me vienen a la memoria, así a bote pronto, nombres como los de Edurne Portela, Jennifer Egan o Carolin Emcke, por mencionar sólo a algunas, pero confío en que haya un segundo volumen y que ellas estén presentes en él. Me hubiera encantado entrevistar a Joan Didion, pero de momento no ha sido posible. A ella, en realidad, le dedicaría un libro entero.

De todas las elegidas, la conversación que recuerdo con más emoción, la que más me marcó, fue la que mantuve con Edna O’Brien en su casa de Londres. Llevaba tiempo persiguiéndola y, pese a su edad (tiene 88 años), finalmente aceptó recibirme, me abrió las puertas de su particular universo y me sentí la persona (no la periodista) más privilegiada del mundo. El rato que compartí con ella en su biblioteca, rodeada de sus tesoros y de todos los fantasmas que la acompañan y la protegen, de Virginia Woolf, de James Joyce, de Beckett, de Philip Roth, ese momento en el que me sacó un trocito de bizcocho que había preparado especialmente para mí… Todo eso me cambió. Regresé a Madrid siendo una persona distinta, una persona mejor. En contraste, la charla que recuerdo, quizás, con menos afecto es la de Jeanette Winterson; no en un sentido negativo o porque lo pasara mal hablando con ella, sino porque esperaba tanto de esa conversación que es posible que mis expectativas fueran demasiado altas. Yo admiro a Winterson desde hace años, su obra me ha ayudado mucho, incluso a nivel personal, y me temo que no conseguí derribar esa barrera de desconfianza, de inseguridad, tal vez, que ella establece, siempre, en todas sus entrevistas. No conseguí que conmigo no estuviera a la defensiva. Tal vez la próxima vez…

"Eso sí, no tengo duda alguna de que el reconocimiento les habría llegado antes si hubieran sido hombres. Y si no, que se lo pregunten a Margaret Atwood, que con ochenta años ha logrado el éxito gracias a una serie de televisión después de décadas de excelente oficio literario"

Es obvio que el feminismo es uno de los temas más importantes del libro, pero no el fundamental. Huyo de las etiquetas, y me gustaría que Una habitación compartida se entendiera, y se leyera, por tanto, como un ensayo sobre los asuntos que más nos ocupan y preocupan en los tiempos que vivimos. Desde la más activista a la más reticente a la exposición pública, todas las autoras que están presentes en la obra se consideran feministas y se definen como tal, entendiendo por feminismo la reivindicación de la igualdad de derechos entre los hombres y las mujeres, por mucho que, sobre todo en los últimos años, hay quien se haya empeñado en desvirtuar el término con fines, sin duda, políticos e ideológicos. Con respecto a la evolución, creo que el hecho de plantear el libro así, en orden ascendente de años y conocimiento, permite percibir de una manera muy clara cómo el feminismo no es algo que se inventara ayer, y que las generaciones más jóvenes deben tener presente a toda esa genealogía de grandes mujeres que están detrás de ellas y sin las cuales hoy no estarían aquí. En ese sentido, me gusta mucho la idea de que, gracias al libro, las escritoras puedan dialogar entre ellas, y nosotros, como lectores, aprender de ese diálogo.

A lo largo de su carrera, muy larga ya en el caso de algunas e incipiente en el de otras, con mucho trecho aún por recorrer, todas han logrado construir un espacio, una habitación propia, en una sociedad todavía machista y patriarcal, y eso no es nada fácil. Pero lo han conseguido y todas ellas tienen una trayectoria literaria e intelectual digna de elogio. Eso sí, no tengo duda alguna de que el reconocimiento les habría llegado antes si hubieran sido hombres. Y si no, que se lo pregunten a Margaret Atwood, que con ochenta años ha logrado el éxito gracias a una serie de televisión después de décadas de excelente oficio literario, o a la propia Ida Vitale, que logró el Cervantes con noventa y cinco años, por no mencionar a Siri Hustvedt, que durante años ha tenido que cargar con la etiqueta de «mujer de Paul Auster».

"Por último, me gustaría mencionar a Enrique Vila-Matas, uno de los escritores que más admiro. Le estoy profundamente agradecida por el prólogo de Una habitación compartida"

En cuanto al género elegido para dar forma al libro, considero que la entrevista es el mayor, el más importante de los periodísticos. La entrevista es un arte, y como tal debería ser tratada y valorada en las redacciones. Pero, desgraciadamente, vivimos tiempos de consumo instantáneo de información, estamos sometidos a la dictadura del clickbait y por eso hoy más que nunca la entrevista debe ser reivindicada como un espacio para la reflexión, para la calma, para el reposo, para la escucha. Debemos hablar menos y escuchar más, y la entrevista es la herramienta perfecta para ello. En ese sentido, los ingredientes básicos de una buena entrevista son la humildad y la empatía, ante todo y sobre todo. El entrevistador no es un interrogador, sino una persona que se sienta frente a otra (si con suerte es cara a cara) con el simple propósito de conversar. No me gustan las entrevistas que interpelan, los periodistas que usan la agresividad para conseguir el titular que buscan. Una entrevista no es un titular. Una entrevista es una conversación, una charla entre dos personas, y lo ideal es que, a medida que se va avanzando en la entrevista, la personalidad del entrevistador se diluya por completo, de manera que sea el entrevistado el que lo ocupe todo, el protagonista de ese espacio. Cuando eso sucede, cuando logras generar esa confianza, esa suerte de complicidad, es algo mágico.

Por último, me gustaría mencionar a Enrique Vila-Matas, uno de los escritores que más admiro. Le estoy profundamente agradecida por el prólogo de Una habitación compartida. Que sea él, uno de los autores más importantes de la literatura contemporánea, el que abra la puerta a esta «habitación compartida» tiene un especial significado, un simbolismo que, espero, el lector pueda apreciar. Demuestra, una vez más, su generosidad y entrega literaria.

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Autora: Inés Martín Rodrigo. Título: Una habitación compartida. Editorial: Debate. Venta: Todos tus libros, AmazonFnac y Casa del Libro.

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