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Una mirada distinta a los años oscuros

Una mirada distinta a los años oscuros

La segunda novela de la escritora extremeña Carmen Clara Balmaseda es un thriller en el que un abogado tiene que defender al hombre que presuntamente mató a su hermano. A medida que los secretos familiares salen a la luz, la vida del protagonista correrá más y más peligro.

En este Making of, Carmen Clara Balmaseda cuenta el origen de Donde se queman los hombres (AdN).

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Donde se queman los hombres se gestó a partir de todas esas historias que de niña oía una y otra vez en boca de los adultos. Las anécdotas sobre la Guerra Civil, que, desde las lentes de la infancia, mi abuela materna vivió como un suceso intrascendente sobre el que más adelante se permitiría el lujo de frivolizar; el hambre y las penurias de los años cuarenta, consecuencias de un conflicto que había dejado una huella imborrable en la familia, sobre las que relataba mi abuela materna, el traqueteo de la Singer siempre como banda sonora; o las batallitas de la mili que compartían mi padre y sus amigos cuando se reunían en el bar; historias, en definitiva, que para los mayores eran un reencuentro con la juventud y que yo, desde mi inocencia, recibía siempre con los ojos en blanco, cansada de oír hablar una y otra vez las mismas anécdotas anodinas. Pero, con el paso de los años, esas charlas que me parecían meros desvaríos de viejos que añoran el pasado se convirtieron en una fuente de interés. Empecé a escuchar y descubrí que, tras aquellos recuerdos, la mayoría idealizados con el paso de los años, se descubría, oculta por halos de nostalgia, una realidad terrible que encerraba el que podría ser, quizá, uno de los episodios más deshonrosos de nuestra historia. Así, cuando comencé por fin a prestar atención a mis mayores, me pregunté: ¿qué hubiera pasado si en la posguerra alguien se hubiera negado a hacer el servicio militar, hubiera preferido los libros a las armas y los hombres a las mujeres? Surgió entonces el personaje de Julián Expósito y, a partir de él, comencé a armar la trama de lo que sería la novela. Una trama estructurada en torno a dos familias unidas por un pasado común en la Guerra Civil. Dos familias que, años después, creen separarse a raíz del asesinato de Julián sin sospechar que es precisamente este hecho el que las mantiene más unidas que nunca.

"¿Tenemos todos un instinto violento y lo sacamos a relucir cuando tenemos la oportunidad? ¿Somos malas personas o solo somos prisioneros de nuestro tiempo?"

Mi idea inicial era, pues, hablar sobre un personaje que se rebelaba contra todo lo establecido en una época en la que la rebelión era una actitud que podía acarrear muchos problemas. Quería contar la historia de un joven nacido en los primeros años de la dictadura, hijo además de un combatiente del bando sublevado, para reflexionar sobre cómo todo esto podía afectar a su vida. Pero había un problema: sobre la Guerra Civil ya han corrido ríos de tinta, y mi objetivo principal era innovar para tratar de elaborar una novela que aportara un enfoque algo diferente sobre el tema. Entonces me dije: ya sabemos cómo afectó el conflicto a los del bando perdedor, pero ¿y a los del bando ganador? ¿les afectó de alguna manera? Eso es lo que quise ahondar en la novela y el motivo por el que la mayoría de los personajes pertenecen al bando nacional o simpatizan con él. Quise asomarme al conflicto desde esta perspectiva para hacerme preguntas del tipo: ¿Tenemos todos un instinto violento y lo sacamos a relucir cuando tenemos la oportunidad? ¿Somos malas personas o solo somos prisioneros de nuestro tiempo? No hay que olvidar que las guerras son libradas por personas que en su mayoría poco o nada tienen que ver con el conflicto, simplemente se ven envueltos en él por una serie de circunstancias. Pero la Guerra se acaba y entonces, ¿qué? ¿Asaltan los remordimientos o se siguen justificando los actos para acallar a la conciencia? ¿Y al terminar dictadura? ¿Cómo te ven tus vecinos cuando por fin la transición les permite romper el silencio? Son algunos de los interrogantes que planteó en la novela para reflexionar sobre cómo afectó el conflicto, independientemente del bando al que pertenecieran. En definitiva, busqué salir de mi zona de confort para experimentar con unos personajes condicionados por una serie de coyunturas sociales. Esto quizá aleje la novela del thriller para acercarla más a una obra de género social o costumbrista, pero que no deja de ser negra en cuanto a ambientes sórdidos, personajes de moral cuestionable y asesinatos que resolver. Creo que es inevitable que los autores tendamos a sobrepasar las fronteras entre géneros y que las obras se contagien de nuestra visión del mundo y de los grandes acontecimientos de nuestra historia, la crítica social o simplemente del furor de la vida cotidiana. Como ya nos advirtió Almudena Grandes, la literatura teje y desteje un inmenso tapiz fabricado con las historias que condensan los hilos de la existencia humana. Esta premisa no entiende de géneros literarios.

"El proceso de documentación fue arduo, pero era necesario para intentar dar en la novela un testimonio lo más fiel posible sobre la sociedad de la época"

Por otra parte, ambientar la novela en una época que no he vivido ha sido uno de los mayores retos que afrontar. El prólogo, en este sentido, fue quizá una de las partes más difíciles de escribir. En él se narra, desde el punto de vista de un legionario, la Matanza de Badajoz, un evento de la Guerra Civil que en mi tierra es muy conocido pero que, a nivel nacional, ha pasado bastante desapercibido con respecto a otros episodios. Periodistas portugueses recogieron estos hechos en sus crónicas, que son una fuente muy útil para intentar acercarse a la realidad de lo que aconteció la madrugada del 14 al 15 de agosto de 1936, pero sobre las que existen numerosas discrepancias acerca de su exactitud histórica, por lo que tuve que asomarme a ellas con mucha precaución.

Para ambientar otros aspectos sociales, además de hacer algunas entrevistas personales, recurrí a la hemeroteca (prensa, documentos gráficos, libros…). El proceso de documentación fue arduo, pero era necesario para intentar dar en la novela un testimonio lo más fiel posible sobre la sociedad de la época: ahondar en cómo vivían las personas, sus costumbres y comportamientos, los problemas a los que se enfrentaban en el día a día, sus aspiraciones y frustraciones. Como ya señaló, muy acertadamente, Galdós, imagen de la vida es la novela, y el arte de componerla estriba en reproducir los caracteres humanos, las pasiones, las debilidades, lo grande y lo pequeño.

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Autora: Carmen Clara Balmaseda. Título: Donde se queman los hombres. Editorial: AdN. Venta: Todos tus libros.

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