Antes de empezar esta reseña, me gustaría aclarar que la redacción del siguiente comentario la he realizado siguiendo, según mi mejor entendimiento y comprensión, las diversas recomendaciones establecidas por la Real Academia de la Lengua para el desdoblamiento de los sustantivos y adjetivos en el uso del lenguaje inclusivo.
La reciente publicación de la licenciada en Derecho y Administración y Dirección de Empresas, Ana Lena Rivera (Oviedo, 1972), titulada La niña del sombrero azul, es una historia que rinde homenaje a un valiente grupo de mujeres.
La narración da comienzo en el año 1929 y describe la vida, las penas, las alegrías, los sufrimientos y los giros que dan sus vidas a lo largo de setenta años, pero sobre todo cuenta la forma y manera en que estas mujeres lucharon contra todo y contra todos para salir adelante y dejar atrás lo que les hacía daño y que formaba parte de su vida. Solo deseaban ocupar su sitio en el mundo reivindicándose frente al dominio de padres, hermanos y esposos con el fin de librarse del corsé que la sociedad les imponía. De las protagonistas de la novela puedo afirmar que, sin saberlo, fueron feministas de verdad, que lucharon y sufrieron, y que estaban dispuestas, llegado el caso, a dar sus vidas en aras de no permitir que fueran dominadas y humilladas por unos hombres machistas y subyugadores.
En la novela de Ana Lena Rivera, encontraremos a unas protagonistas que durante setenta años relatan cómo se desarrolla su vida en un mundo cruel donde las guerras marcan y condicionan su vida. A pesar del temor que sienten hacia los hombres, en ocasiones logran encontrar la felicidad. Son mujeres que luchan por demostrar, día a día, que no son inferiores a los hombres e incluso logran que, algunos de estos se den cuenta que deberían temer el momento en que se confirme su miedo a ser inferiores a sus esposas.
En la novela nos encontramos con una historia que a veces es dura, otras veces conflictiva, y en otras está llena de miedos e inseguridades. Una de las protagonistas está decidida a ser la Pigmalión de otra mujer, con el fin de demostrar que lo que las hace iguales a sus semejantes es la educación y el conocimiento. En ese recorrido por la vida de las protagonistas encontraremos las diferencias que marcan el lugar de nacimiento y cómo el maltrato físico y psicológico rompe sus esperanzas. Parafraseando y adaptando la afirmación de Thomas Hobbes, “no hay peor lobo para el hombre que el propio hombre”.
En la historia que narra Ana Lena, muchas veces, las cosas no son lo que parecen, ocultando secretos inconfesables que atormentan a quienes los guardan. Estas protagonistas, a medida que los años van pasando y llegan tiempos modernos, empiezan a sentir una añoranza provocada por el miedo ante lo que les deparará un futuro desconocido. La autora hace un canto a la amistad fraternal que se establece entre las diversas protagonistas, tal y como reflejan no solo los diálogos, sino la multitud de cartas en las que se cuentan los avatares de su vida y donde comparten sus esperanzas y temores.
A lo largo de los setenta años que recorre el libro, descubrimos como va evolucionando la protagonista, que pasa de ser de criada a ser sombrerera, para luego convertirse en madre, esposa, amiga fraternal, madrina y, por último, abuela.
Me llamó la atención que, en un periodo que abarca desde la Gran Guerra hasta los inicios de la restauración de la Democracia, pasando por la Revolución de Octubre, la Guerra Civil, la Posguerra y la Transición, a pesar de las extremas dificultades que enfrentaron en sus vidas, estas mujeres, la mayoría de las veces, no perdieron la capacidad de compadecerse de sus enemigos. Lo paradójico es que la educación, la religión y los prejuicios sociales terminan convirtiendo a la protagonista en rehén de su pasado. Sus decisiones le llevan a vivir un amor enrevesado; sin embargo, a pesar de los muchos avatares y desgracias que ocurren en su vida, se siente orgullosa de la misma y no se siente atormentada por las muchas aprensiones que condicionaron su vida.
Ana Lena es capaz de escribir un libro elegante y muy fácil de leer, en el que describe los acontecimientos de manera emotiva a pesar de ser una historia rocosa y dura por las tramas que describe. La narración está dotada de un lenguaje fresco, donde relata y analiza situaciones con ironía que hace que el lector se descubra, en muchos momentos, con una sonrisa en la cara.
La Niña del Sombrero Azul desgrana una historia que invita al lector joven a descubrir cuánto tiene que agradecer a sus madres, tías, abuelas y bisabuelas por lo mucho que lucharon y pelearon para que la sociedad española se encuentre en el punto en que se haya hoy en día. Estoy completamente convencido que sería conveniente que este libro se incorporara al currículo de bachillerato por diversas razones: en primer lugar, como testimonio histórico de cómo se desarrolló la vida en España entre 1929 y 1999; en segundo lugar, por la descripción de la lucha emprendida por muchas mujeres a lo largo del siglo XX en su búsqueda de avanzar en la consecución de sus derechos de igualdad; en tercer lugar, por ser una maravillosa obra de literatura que narra de manera elegante y aséptica los graves desafíos a los que se enfrentaron las españolas en el pasado siglo. No quiero olvidarme del lector, como puede ser mi caso, de edad avanzada, al que esta novela le ayudará a recordar, gracias a la narración de Ana Lena, lo que hemos podido vivir, con otros matices y condicionantes, en otro tiempo y en otro lugar, pero todos ellos, seguramente, evocarán, como a mí, haber vivido y oído historias similares.
No quiero finalizar sin hacer una reflexión literaria: En la España del siglo XIX se desarrolló una novela realista con una crítica social, que surgió en oposición al movimiento romántico que había invadido Europa y España. En esos tiempos se publicaron grandes novelas realistas bajo las firmas de autores que desarrollaron, como Varela o Armando Palacio Valdés, el denominado “realismo tradicionalista”, y otros, como Benito Pérez Galdós, Leopoldo Alas “Clarín” y Emilia Pardo Bazán, quienes hicieron florecer el llamado “realismo progresista”. En sus textos, muy descriptivos, se encontraba una irónica crítica hacia las costumbres y la sociedad española. Pienso que de la misma manera que ocurrió, en los años 50 del siglo XX, cuando renació la novela costumbrista o realismo social en España, en el inicio de este siglo, está renaciendo el movimiento de novelas realistas con marcado acento social. Opino que las dos últimas novelas de Ana Lena Rivera, Las Herederas de la Singer (Grijalbo, 2022) —(Zenda, 12 de abril de 2022)— y esta, La Niña del Sombrero Azul (Grijalbo, 2024), se pueden incorporar en esa avanzadilla de la novela social española del siglo XXI que busca obras significativas que se sitúen al lado de las grandes obras maestras del realismo del siglo XIX. Sin temor a equivocarme y a la vista del crecimiento como autora de Ana Lena Rivera y de la aceptación que ha tenido Las Herederas de la Singer, con más de veinte ediciones, me lleva a pensar, después de haber leído todas sus obras publicadas —entre las que se encuentran tres novelas negras, llenas de retratos costumbristas—, que podemos estar ante el nacimiento de la autora de referencia de la novela del realismo social español del siglo XXI.
Al leer este comentario, el lector se habrá percatado de que no he detallado las circunstancias específicas de la novela, puesto que he preferido compartir cómo me hizo sentir y lo que me conmovió en lugar de describir las peculiaridades de la trama. Quiero matizar, aunque considero que no es preciso, que la novela aborda de manera realista el problema de las mujeres en el Siglo XX. Este comentario no busca ser una defensa del feminismo, sino simplemente un elogio hacia una novela que describe cómo las protagonistas enfrentaron su situación a lo largo de siete décadas del pasado siglo.
Considero que puedo recomendar esta magnífica novela de Ana Lena Rivera por lo mucho que me ha hecho disfrutar, emocionar y divertirme; por el excelente diseño de la trama; por unos personajes sobresalientes que llenan el libro de emotividad y que retratan, sin caer en los estereotipos predominantes en los años que abarca la novela; y por describir con elegancia una trama continuada y compleja a lo largo del tiempo, narrando una historia cruda y realista, sin caer en los clichés que a menudo acompañan la narrativa contemporánea sobre la actual lucha femenina por la igualdad.
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Autora: Ana Lena Rivera. Título: La niña del sombrero azul. Editorial: Grijalbo. Venta: Todos tus libros.
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