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¿Verdades o mentiras para vivir?

¿Verdades o mentiras para vivir?

El “periodista” Rodolfo Lazárate es asesinado por ETA de un tiro en la nuca, era el año 2003, así comienza esta novela.

Tras las dictaduras se crea un túnel de mentiras, secretos y decepción, que lleva a los opresores a colorear sus atrocidades y a los vejados a intentar olvidarlas, todo para poder seguir viviendo, unos sin culpa pero con miedo y memoria y otros sin recuerdos pero con rabia e impotencia. En los últimos meses se me han revuelto las entrañas al contemplar atónito la permisividad que existe con unos u otros gobernantes, como siempre ha ocurrido y seguirá ocurriendo. Si el dictador es árabe y con muchos petrodólares o el genocidio contra los palestinos lo ordena un judío llamado Netanyahu, hay tolerancia, transigencia, cierta comprensión.

"Pero la mente humana nunca tuvo fin para idear y aplicar métodos de tortura, durante siglos la Santa Inquisición fue una fuente de sabiduría permanente para todos los torturadores, su Biblia"

Videla tiraba a los chicos y chicas desde el avión en los llamados “vuelos” o los torturaba hasta morir, Franco o Pinochet los fusilaban, Hitler los gaseaba, a Lenin se le atribuyen millones de muertos. Genocidios los ha habido y habrá en toda la historia de la humanidad: Filipinas, Ruanda, en la conquista del “Nuevo Mundo”, en los campos nazis de exterminio, el Congo, en el reino Zulú, etc. Por muchos Tratados, Convenciones, Estatutos o principios de cooperación que se firmen, siempre habrá alguien dispuesto a no cumplirlos, como están haciendo Putin o Netanyahu y gobiernos autoritarios en casi todos los continentes.

Pero la mente humana nunca tuvo fin para idear y aplicar métodos de tortura, durante siglos la Santa Inquisición fue una fuente de sabiduría permanente para todos los torturadores, su Biblia.

Lea Vélez crea otra genial novela para deleitarnos con su ágil escritura y adentrarnos en los submundos y pasillos de una dictadura argentina que quedó retratada con las manifestaciones de las “madres de la Plaza de Mayo”, todos los jueves a las 15:30 desde 1977, en plena dictadura; Lea escribe como si lo hubiera grabado con una Gopro.

"Argentina vivió entre 1976 y 1983 violaciones masivas a los derechos humanos contra la población civil, la dictadura de Videla sembró el terror entre la población pero nada que no hubiéramos visto hasta entonces"

La hija de Gardel es una novela que plasma la esencia del ser humano y lo que es capaz de hacer por seguir viviendo, cómo somos capaces de asirnos al brazo del diablo por vivir un día más, cómo el terror bloquea la mente más lúcida y cómo somos capaces de olvidar cualquier atrocidad, aunque nos deshumanicen, humillen o puteen para seguir con nuestra rutina. Dos ejemplos en pleno siglo XX fueron los nazis “reciclados” o los exdictadores y sus acólitos.

Ana Salazar encarna a una tenaz periodista que busca a su madre, posiblemente asesinada por la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). Sus orígenes se tambalean cuando cree descubrir que su padre fue uno de esos militares que torturaron y mataron a miles de jóvenes. Argentina vivió entre 1976 y 1983 violaciones masivas a los derechos humanos contra la población civil, la dictadura de Videla sembró el terror entre la población pero nada que no hubiéramos visto hasta entonces.

El odio es un calambre inútil que no ayuda a sobrevivir en situaciones extremas. Les obligaban a sentirse cobardes sin sentirse culpables, cercenando sus más básicos principios de vida.

"La verdad nunca es visible y en esta novela Lea Vélez juega con esas verdades, con las mentiras que sirven para sustentar otras vidas y con los secretos que guardan otras verdades más dolorosas"

Fernando, Alicia, Pablo, Ana Salazar, Jacobo Antúnez, Lazárate, Clara, Garmendi, Gaona entre otros personajes, traman una historia que nos hace reflexionar sobre la esencia del ser humano, la maldad, el perdón, la venganza, el sufrimiento, el amor, la pasión o el olvido, como tributo a la memoria de toda una nación paradójicamente Campeona del Mundo de fútbol pero en dictadura.

Otra vez el deporte blanqueando sin sonrojo dictaduras y regímenes autoritarios.

Madre, yo al oro me humillo,
él es mi amante y mi amado,
pues de puro enamorado
de continuo anda amarillo.
Que pues doblón o sencillo
hace todo cuanto quiero,
poderoso caballero
es don Dinero.

(Francisco de Quevedo).

La verdad nunca es visible y en esta novela Lea Vélez juega con esas verdades, con las mentiras que sirven para sustentar otras vidas y con los secretos que guardan otras verdades más dolorosas. A veces la verdad no es el camino hacia la felicidad.

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Autora: Lea Vélez. Título: La hija de Gardel. Editorial: Contraluz. Venta: Todos tus libros.

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