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«Voz de niebla», 5 poemas de Juana Vázquez

«Voz de niebla», 5 poemas de Juana Vázquez

“Un editor de poesía ha de leer muchos libros hasta que llega el deslumbramiento con uno de ellos. Voz de niebla es uno de los mejores libros de versos que he leído de un autor vivo en los últimos tiempos. Como volcán dormido, el libro de Juana Vázquez estalla desvelando sus entrañas, vísceras que se desenvuelven en refinadas e inspiradas metáforas en busca de la Luz que dé algo de luz a nuestras noches, de un sentido absoluto para la existencia, de un Dios que parece esconderse, que nos niega la presencia, que un día uno niega y otro adora, pero que nos hace transcender las jornadas en esa búsqueda interior. El misterio y su confusión con el gris cotidiano, su diluirse en el camino, pero también su aparición, impactarán sin ninguna duda, con su profundidad y sinceridad total —casi excelsa pornografía espiritual— que hace esta obra hermana de los grandes clásicos de la literatura universal”.

(Ilia Galán, editor de Ars/poética. Colección Beatus Ille)

Voz de niebla es una obra fuera de lo común. 56 poemas que conforman un libro unitario, con poderosa fuerza lírica, cargado de inquietud existencial muy bien planteada, con una voz y una mirada que no desfallecen y donde la aparente sencillez expresiva está continuamente apoyada por finos elementos metafóricos. En el tratamiento del tiempo, la autora inserta con destreza la sensación vertiginosa de su paso y de su extinción en el vivir cotidiano, y en la composición de los escenarios presenta la vida de cada día con seguras señales de ruina y olvido, entre componentes míticos como la Puerta, el Origen, el Inaccesible, lo Innombrable… que surgen a menudo como misteriosos e imprevisibles referentes. Esa afortunada comunicación entre lo ordinario y lo que llamaré cósmico acaba creando un espacio poético verdadero, convincente, de extraordinaria solidez”.

(José María Merino, escritor y académico de la RAE)

****

Me llaman por mi nombre.

Uno más en el vacío del universo.

Nombre compartido

interino…

Nombre que nada significa

palabra que alguien dibujó con agua.

No hay algo más allá que me descifre.

La Puerta  está herméticamente cerrada.

Balbuceo de preguntas es mi diario existir

pues me muevo en la herida de lo indefinido.

¿Será esto la penumbra de la noche eterna

llena de  enigmas  oblicuos?

Las alondras no dan  sentido a las albas

que trenzan el tiempo entre  susurros

y pálidos colores.

Los gorriones los ruiseñores los jilgueros

vuelan sin saber adónde van

y filtran otra música llena de premoniciones

aunque no entiendo su lenguaje.

La vida  está llena de grafías

pero no son  reveladoras de nada

pues no tienen la fórmula

del Primer Manuscrito.

Y es que olvidamos el Código Primigenio.

¿De qué valen los libros sagrados y  la historia

si son  jeroglíficos de caos

que no interpretan

la  clave del Silencio

que día a día amanece muda como mi nombre?

***

Estoy dormida en un lugar siniestro

pues no sé

dónde se guardan la Luz

ni los valles que florecen en invierno.

Todo está congelado en la noche del tiempo.

Ni siquiera sé nada del lenguaje de las notas

ni en qué lugar se pone el escenario de la imaginación

que te sirve de muleta

para conllevar las mañanas sin  auroras.

He perdido el rumbo de los días.

Respeten mi silencio vacío

pues la madeja de los siglos

se enrolló entre los escombros del anochecer.

Nadie me culpe de esta incertidumbre.

Quizá pueda estar muerta

pues se  negó el amor a mi cuerpo

y la sabiduría a las palabras

que se vuelven mariposas

con  alas de papel

en criptogramas

de oscuros manuscritos.

Nunca oí que tuvieran voz

por eso  yo sigo en el hechizo

buscando dónde está escrito mi nombre

para existir aunque sea en catálogo de plástico.

***

No sé por dónde se va al Camino

no sé cuál es la Rosa  y no las rosas

no sé qué dicen los reflejos de la luna

en una noche de verano

cuando no hay canto de pájaros.

No sé adónde van los lirios de madrugada

los que nacieron alrededor del agua que

sirven para adornar los rincones tristes de la vida .

Las alondras me dicen que no nací

que sólo fui una muerta

pues no interpreto su canto.

Pero su canto no es el del Génesis

el que resuena en las praderas sagradas.

Ese es el verdadero

y se oye al filo de la madrugada

en los nidos de azucenas debajo del altar

y en la cúpula de las catedrales

cuando estalla la luz entera sin reflejos.

Y es que vivir es una incertidumbre

deseosa del Conocimiento.

Por eso los lagartos de los páramos

piensan y piensan

allá tumbados entre los troncos de los olivos

seculares y añosos

pues el camino se divide  una y mil veces mil.

¿Hacia dónde ir?

Las notas de Vivaldi me marcan un sendero

pero deben estar equivocadas

porque el Único ya marcó mi tragedia.

Y al final de los años

si sigo así

solo me espera una larga interjección

y la amnesia anterior a las palabras.

***

Ahora es momento de abrocharme

la cremallera de la vida.

El día invita a vivir tierra adentro.

Es abril

y en mi  pueblo nacen manojos de margaritas.

Yo quiero cerrar la cremallera de arriba abajo

y no ver nada más que el montón de flores

que rodean la plaza

los gorriones ebrios de felicidad cantando

y jugando al lado de la iglesia

y yo sentada en la mesa  de  un bar

un bar pueblerino

donde los campesinos pasados de copas ríen

y juegan al mus

a las máquinas tragaperras

a las cartas…

Pero por la ventana oigo el grito del viento

que me habla con la voz de adivina

y me dice que me meta

donde los soles cifran su mensaje.

¿Dentro del túnel de la ignorancia? ¿Para qué…?:

Para alcanzar el Conocimiento.

Me engañan.

No quiero

y abrocho a la fuerza la cremallera de los días

para que no aparezcan las cadenas y vallas de lo Inefable.

Sólo anhelo el abrazo de las alacenas

y los besos de pan.

Pero siempre hay alguna grieta donde se filtra una voz  plana

que pinta gris y efímero  lo cóncavo.

Y cuenta que  la música está sólo en el agujero onírico.

Debería enmudecer la voz subterránea que interfiere en mi                                                                                        vida.

Pido  olvidar  la liturgia de la búsqueda y las dudas

y acomodarme en las suaves

faldas de las montañas

del humilde campo

masticando tierra sin más.

***

Hay días en que mis poemas salen

arrugados

tienen la cara ajada

y no levantan del suelo

ni unos  centímetros.

A veces mis poemas nacen muertos

sin brillo

ni nada que los limpie.

Yo los plancho y acicalo

para que vayan lejos

y me cuenten historias de lo que existe

al otro Lado del secarral de la mente.

Pero mis poemas

esconden la cicatriz de la incertidumbre

en una palabra: Poesía.

Son poemas espigas

azotados por todos los huracanes

de meses invernales.

Poemas paliduchos

que se esconden en las cunetas de la vida.

¿Para que entonces nacen

si  se arrastran como ratas

por los agujeros  y la penumbra?

Para eso mejor mi gato

que le nacen tréboles en los ojos

cuando ve pájaros verticales

errando por el santuario del espacio.                                  

 ******

Juana Vázquez Marín (Salvaleón, Badajoz) es Doctora en Filología, en periodismo y catedrática de Literatura. Ha publicado diferentes ensayos: El Madrid de Carlos III, El costumbrismo españo Licenciada l en el siglo XVIII, Zugazagoitia precursor de la novela social, San Juan de la Cruz, Las costumbres de la Ilustración, El Madrid cotidiano del siglo XVIII, y colaborado en otros libros como Historia literaria de España en el siglo XVIII, o El Quijote en clave de mujer/es. Ha participado en proyectos del C.I.C y en diversas revistas, como Cuadernos Hispanoamericanos, Barcarola, Leer, Ínsula, rea, Turia…, y en los suplementos culturales de Diario 16, El Mundo y ABC. Colabora, entre otras publicaciones, con El País y Cuadernos del Sur y ha publicado tres novelas: Con olor a naftalina, Tú serás Virginia Woolf, y Personajes de invierno.

Sus poemarios son, con el presente, Signos de Sombra, En el confín del nombre, Nos+otros, Gramática de Luna, Escombros de los días, Tiempo de caramelos, El incendio de las horas, Yo oscura, la antología La Espiga y el Viento, y el último, Voz de niebla (Ars/Poética).

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Autor: Juana Vázquez. Título: Voz de niebla. Editorial: Ars Poética. Venta: Amazon

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