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10 de 30: una buena noticia cultural

Foto de Daniel Mordzinski. De pie: Cristina Sánchez Andrade, Pablo Herrán, Kate Whittemore, Miguel Barrero, Aroa Moreno, Alejandro Morellón y Miguel Albero. Sentadas: Inés Martín Rodrigo. Almudena Sánchez e Inma Lopez Silva.

Son 10 escritores de treinta y tantos años, aunque en la foto no estén todos, solo los que pudieron asistir a la presentación, en la Feria del Libro de Madrid, de esta gran idea capitaneada por Miguel Albero, director de Relaciones Culturales y Científicas de la AECID. A él le hemos pedido el texto introductorio que escribió para 10 de 30, un libro con vocación de impulsar e internacionalizar a autores jóvenes españoles. La traducción estuvo a cargo de Kate Whittemore y cada uno de los escritores, además de publicar un fragmento de su obra, respondían a este breve cuestionario que los sitúa con precisión ante el potencial lector de sus obras:

¿Cuándo y por qué empezaste a escribir? ¿Cuáles son tus tus preocupaciones temáticas? ¿Cuáles son los autores o autoras de cabecera: quiénes te influyeron más en tus comienzos? Como autor/a de narrativa, ¿qué innovaciones encuentras en los libros editados en los últimos años: qué tendencias te interesan más? ¿En qué época y país te hubiera gustado ser escritor/a? Si tienes algún proyecto entre manos, ¿podrías hacer un avance de lo que estás escribiendo?

INTRODUCCIÓN

"Poco importa la edad a la que cada escritor alcanza la madurez literaria, pues hay casos contrarios a los anteriores, y lo único relevante al fin y al cabo es la perdurabilidad y la capacidad de conmovernos de los libros"

Entre los treinta y los cuarenta años, Borges publicó Historia universal de la infamia y Julio Cortázar Bestiario, que fueron los libros de cuentos con que cada cual inauguró su respectiva obra narrativa. García Márquez, por su parte, dio luz a su novela principal, Cien años de soledad, también antes de los cuarenta. Y Vargas Llosa, cuya precocidad como novelista le permitió escribir algunos de sus libros más importantes todavía en la veintena, publicó la monumental Conversación en la Catedral con apenas treinta y tres años.

Poco importa la edad a la que cada escritor alcanza la madurez literaria, pues hay casos contrarios a los anteriores, y lo único relevante al fin y al cabo es la perdurabilidad y la capacidad de conmovernos de los libros. Pero entre los treinta y los cuarenta años es una franja de edad en la que muchos autores han escrito sus obras más emblemáticas, o que en todo caso han dejado pruebas de una excelencia que se revelaría de forma más conseguida en adelante, y en la que se pueden detectar rastros del talento que está por venir.

"El criterio de selección fue claro, nacidos entre 1978 y 1987 y ya con al menos un libro de narrativa publicado"

Convencidos de que en nuestro país existe un gran número de escritores de esta generación que están haciendo una aportación valiosa, hemos impulsado el programa 10 de 30. Se trata de una muestra de una decena de autores de esta edad, que confirma la calidad y la variedad de su trabajo. Sin la voluntad de establecer una selección generacional, pues podría haber otros diez autores en el lugar de los que aquí se presentan, pero seguros de que son buenos representantes de su tiempo, formamos un comité de selección que fue el encargado de escogerlos. Ese comité, promovido por la Dirección de Relaciones Culturales y Científicas de la AECID, estuvo compuesto por Luisgé Martín, Laura Revuelta, Ernesto Pérez Zúñiga, Cristina Sánchez Andrade y Javier Serena, y los seleccionados son:

Inés Martín Rodrigo, Cristina Morales, Miguel Barrero, Almudena Sánchez, Pablo Herrán, Aroa Moreno, Natalia Cerezo, Mariana Perezagua, Inma López Silva y Alejandro Morellón.

El criterio de selección fue claro, nacidos entre 1978 y 1987 y ya con al menos un libro de narrativa publicado. Y el objetivo también lo es, ayudar a la internacionalización de estos autores por dos vías. Por un lado, llevándolos a nuestros centros culturales en América, y por otro, fomentando su traducción. Para ello, utilizaremos esta publicación, con una presentación, un texto y una entrevista traducidos al inglés, e instaremos a nuestros consejeros culturales a que la difundan entre las editoriales, animen a éstas a traducirlos, y lleven en ese caso a los autores a presentar allí su obra.

Porque si su aparición ha sido una buena noticia para los lectores en español, que han encontrado en sus libros planteamientos estilísticos y formales de interés, también puede serlo para los lectores de otras lenguas.

Con esa vocación lanzamos el programa 10 de 30: con el deseo de que su literatura, que ya ha llamado la atención en nuestro país, traspase también nuestras fronteras.

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