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5 poemas de A rachas, de Carmen Martín Gaite

5 poemas de A rachas, de Carmen Martín Gaite

El primer trabajo que Carmen Martín Gaite publicó fue el poema “La barca nevada”, que salió en un ejemplar de la revista Trabajos y Días de 1947. Posteriormente, la autora adquirió fama principalmente por el cultivo de otros géneros, pero jamás abandonó el hábito de escribir poemas.

En Zenda reproducimos cinco poemas de A rachas: Poesía reunida (La Bella Varsovia), edición a cargo de José Teruel que incluye una selección de los famosos collages de Carmen Martín Gaite.

***

CANCIÓN ROTA

Siempre que iba a cantar
algo se interponía
y a mí no me importaba,
¡había tanto tiempo!

Mi canción se quedaba en el alero,
confiada,
meciéndose en la espera
cuajada de horizontes.

Si alguna vez con mudo gesto antiguo
acaricio las cuerdas,
el aire se retira
y el corazón me late nuevamente
con aquellos latidos turbulentos,
heraldos de mi canto.

¡Ay mi canción truncada!
Yo nunca tenía prisa
y la dejaba siempre,
amor, para después.

***

ME PESAS COMO UN FARDO

Me pesas como un fardo, primavera.
No tengo fuerzas para alzar de nuevo
la antorcha de mi risa y de mi engaño
contra tus hojas nuevas.

Ya no es tarde ni es noche.
En la plaza los pájaros se persiguen, antiguos.
En la plaza se encienden los faroles.

Me pesas, primavera.
Henchidos de tu zumo,
los niños se han perdido de la tierra.
Buscan aquel palacio de ahora mismo,
apagado de pronto en el ocaso,
apagado al final de sus veredas.

Antigua tarde. Pájaros antiguos.
Bajo un cielo cuajado de lunares
se encienden los faroles
y se pierden los niños.

Me tumbo bocabajo,
no tengo fuerzas para alzar de nuevo
la antorcha de mi risa y de mi engaño;
primavera de luz inabarcable,
me pesas como un fardo.

***

CERTEZAS

Habéis empujado hacia mí estas piedras.
Me habéis amurallado
para que me acostumbre.
Pero aunque ahora no pueda
ni intente dar un paso,
ni siquiera proyecte fuga alguna,
ya sé que es por allí
por donde quiero ir,
sé por dónde se va.
Mirad, os lo señalo:
por aquella ranura de poniente.

***

DESCARRILAMIENTO

Nos hemos despertado,
la máquina hecha añicos,
disparados a miles de kilómetros,
con este malestar de madrugada
en un campo sin árboles
entre pavesas frías,
magullados los huesos
y seco el paladar.

¿Cómo pudo ocurrir el descarrilamiento?
Ahora mismo, hace un rato,
ya no sé si te acuerdas,
íbamos por el campo
en un tren rojo
de pitidos triunfales
y el aire se metía por todas las ventanas.

Ahora mismo, hace un rato,
deja que te lo cuente,
tuvimos en las manos
palancas, manivelas y clavijas
de una locomotora que inventábamos
casi sin darnos cuenta.
Éramos fogoneros, viajeros, revisores
en aquel gran tinglado fulminante
solamente habitado por nosotros.

«¿Te parece —te dije— a doscientos por hora?»
Y tú manipulabas allí gesticulando
a la luz de las chispas que nacían.

Nos hemos despertado
entre pavesas frías,
magullados los huesos
y seco el paladar
en un paisaje inhóspito.

¿Cómo pudo ocurrir el descarrilamiento?

***

FARMACIA DE GUARDIA

No es Valium ni Orfidal,
no me ha entendido.
Se trata de la fe. Sí: de la fe.
Comprendo que es muy tarde
y no son horas
de andar telefoneando a una farmacia
con tales quintaesencias.
Lo que yo necesito
para entrar confiada en el vientre del sueño
es algún específico protector de la fe.
¿Que le ponga un ejemplo más concreto?
Pues no sé… Necesito
creerme que este saco
cerrado por la boca
y en cuya superficie
se aprecia la joroba
de envoltorios estáticos
puede volver a abrirse alguna vez,
a provocar deseos y sorpresas
bajo la luz del sol y de la luna,
bajo el fervor clemente
de los dioses del mar.
¡Oh, volver a sentir lo que era eso!
Y ni siquiera necesito tanto
—ya es menos lo que pido—;
simplemente creerme
que un día lo sentí
intempestivamente
cuando más descuidada andaba de esperarlo,
y supe con certeza
que sí, que se podía,
que un corazón doméstico
cuando al fin se desboca
es porque está latiendo sin saberlo
desde otro muy cercano.

Ya. Que no tienen nada.
Pues perdone.
Comprendo que es muy tarde
para hacerle perder a usted el tiempo
con tales quintaesencias.
Ya me lo figuraba.
Buenas noches.

—————————————

Autora: Carmen Martín Gaite. Título: A rachas: Poesía reunidaEditorial: La Bella Varsovia. Venta: Todostuslibros, Amazon, Fnac y Casa del Libro.

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Marcela
Marcela
10 meses hace

Gran poetisa!!. Emocionan sus versos.