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5 poemas de Hồ Xuân Hương

5 poemas de Hồ Xuân Hương

Una mujer independiente en una sociedad en la que era difícil lograrlo. Fue una de las más importantes poetisas de Vietnam. A continuación reproduzco 5 poemas de Hồ Xuân Hương.

La montaña de la pagoda del Maestro

¡Gloria al Creador, que tantas veces se muestra ingenioso!
Una pared rocosa exhibe en su superficie multitud de agujeros
se aferran a su piel las plantas trepadoras,
apretadas al tacto,
golpea por los huesos de las rocas el agua, pegajosa en la mano.
Un bonzo de cabeza afeitada, sentado, sacude su matraca,
dos boncillos de curvos espinazos al pie del santuario montan
guardia.

Al llegar a la meta, una sabe que el santo allí se transformó.
Fatigadas las piernas, cansadas las rodillas,
siguen igual de vivos
los deseos.

El pozo

La callejuela que conduce a él es húmeda y profunda.
¡Oh, qué pozo excelente, de agua clara que es una maravilla!
Centellea la pasarela con sus dos tablas blancas.
Su agua corre en un reguero de transparente limpidez.
En torno a su brocal trepa la grama de pequeños mechones.
Un pececillo vivaracho en medio de la corriente nada.
Quien sabe si este pozo, al igual que una virgen, está intacto.
A ver quién es el guapo que se atreve a pescar en esas aguas.

El columpio

¡Bravo! para los que plantaron
hábilmente cuatro pilares.
Unos suben para mecerse
y otros miran el balanceo.
Arquea el muchacho sus rodillas
de grulla, y hala y hala sus riñones;
la muchacha flexiona su cuerpo de avispa,
se tiende y tiende los senos arriba.

Cuatro piernas de pantalones
rosados chasquean al viento,
y dos pares de muslos blanquecinos
se extienden paralelamente.
¿Saben acaso aquellos que practican
estos juegos primaverales
que una vez retirados los postes
los huecos quedan en el abandono?

Su barco solitario destinado a flotar sin rumbo

Su barco solitario destinado a flotar sin rumbo
en medio de la corriente, cansado, triste, a la deriva.

Su dominio abrumado de deber y sentimientos
el bote sacudido por tormentas, sin rumbo, errante.

Ella continúa remando sin importarle quién intente atracar
sigue navegando, sin importarle quién desafía las corrientes.

Quien quiera venir a bordo estará satisfecho
mientras ella toca su guitarra, triste y sin rumbo.

Perfume primaveral

Por complaciente, ahora me encuentro embarazada
¿Sientes, amado mío, la pena que yo siento?
Aún no ha podido el cielo unir nuestros destinos
cuando un hijo termina con mi talle de sauce.
Toda la vida, amado, te pesará esta falta;
yo acepté tal carga, fruto de nuestro amor.
Poco importa lo que anden diciendo y criticando:
Algunos son prudentes; otros, habilidosos.

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