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5 poemas de La ley primera, de Nicole Brezin

5 poemas de La ley primera, de Nicole Brezin

En este poemario los recuerdos de una infancia lejana se entretejen con la nostalgia de una vida que queda atrás al partir. Los poemas, de tono íntimo y evocador, exploran la identidad y el desarraigo, el peso de la herencia y la búsqueda de un lugar propio, donde el amor emerge como una fuerza que transforma el dolor en esperanza y permite edificar, sobre los cimientos del pasado, la vida nueva.

En Zenda reproducimos cinco poemas de La ley primera (Renacimiento), de Nicole Brezin.

***

Gafas

La mujer de la óptica quería convencerme
de usar gafas en lugar de lentillas.

Al final de la última consulta me dijo:
Además tienes una lágrima muy densa.
No sé muy bien por qué pero es
realmente muy densa.

La mujer conjuga los verbos
en un español distinto del mío.

El otro día en la calle
alguien anunció la lluvia con mi acento y sonreí
con la complicidad de compartir un sonido:
un shh que viene casi de la misma lluvia,
que suena a casa y a mar.

Por supuesto que tengo
una lágrima muy densa.

Llevo dos años sin ver a mi madre,
la dejé en un sur tan remoto
que a veces no sé
si era Buenos Aires o un sueño.

(En la heladera solo un recordatorio:
si llama mamá, que crea que estás bien).

Anoche volví llorando del trabajo
y fingí una caída para mi amor
que no merece un dolor
que no puede calmar, un dolor
que no entendería más
que quien dejó un país,

y en el país una madre como la mía,
un perro que ya murió y una casa
con recuerdos de una época perdida.

Vengo de un sur
remoto como un sueño: mi casa
era una casa con suerte; mi país,
un país en ruinas y yo
quería pensar en el futuro.

Claro que no podía decirle todo esto
a la mujer de la óptica que solo quería
venderme un par de gafas, así que asentí
tímidamente: Muy bien, muy bien,
las llevaré por si acaso.

***

Vitíligo

En la frente de mi madre se ha abierto un río
o quizá un mar.

Una blanca mariposa ahora descansa
alrededor de su boca.

Las puntas de sus dedos
se han vuelto pececitos blancos.

En sus brazos empieza a tener ya
las manchas del tigre.

Me pregunto con qué piel
vendrá a buscarme.

Acaso esté evaluando las opciones
de todas las especies de la tierra.

***

Luces de navidad

Desde nuestra ventana veo titilar las luces
del árbol de navidad de los vecinos.
Hace dos semanas
vi cómo lo armaban. La preparación,
el juego de una tarde. Tantas veces
de hacer lo mismo en casa. Mamá,
que siempre nos acomodaba
para repetir la foto.

No te gusta que espíe a los vecinos. Tampoco
que vean nuestra casa. La gente
usa cortinas, me explicás una y otra vez,
como si yo viniese del campo,
como si no entendiese los códigos
del buen vecino de ciudad.

No te muestro las fotos. En todas
salimos con cara de enojados.
Tampoco te digo que estas luces son
toda la navidad que habrá este año:

sobrellevo mis pérdidas en silencio.

Afuera duerme nuestro pobre
y yo quisiera creer
que es su privacidad la que en el fondo
te gustaría defender.

Hace un tiempo, desde la ventana,
vi a un afilador tocando el caramillo
mientras el pobre dormía,
y una noche, poco después,
pasaron policías a caballo
sin siquiera inmutarlo.

A veces siento que son los siglos
los que pasan
desordenadamente por la ventana.

A veces siento que la ventana
se parece un poco a mi memoria.

El tiempo,
desde que me marché,
avanza también hacia el pasado.

Algún día compraremos un árbol,
te digo.

Y sé que un día compraremos un árbol,
compraremos un árbol y seguiremos
sin cortinas: cualquiera podrá ver
los malabares que hacemos
intentando copiar con nuestros hijos
las fotos de mi infancia.

Algún día compremos un árbol
y las luces de nuestro árbol brillarán
en las ventanas de enfrente
para atenuar la soledad de alguien
que como yo desobedezca estos y otros códigos
del buen vecino de ciudad.

***

Por el bien del mundo

Amémonos, mi amor,

amémonos por todas las veces
que no pudimos amar,

amémonos por todas las veces
que el amor no bastó,

por las veces que confundimos
amor con otra cosa

y por las que no hubo
siquiera un cuerpo para poder fingirlo.

Amémonos por los demás,

amémonos por todos
los que no saben amarse,

amémonos por los que esperan
un amor como el nuestro
y los que se cansaron de esperar.

Amémonos por los devotos del amor
y amémonos por los escépticos.

Amémonos
por los que se amaron a destiempo,
y por los que agotaron su amor.

Amémonos por los cobardes
y por los vehementes,

amémonos por los enfermos terminales y amémonos
por los que ven morir a su amor,

amémonos por los que ya no están,
los que murieron sin vivir
un amor verdadero

y los que amaron hasta el final.

Amémonos por sus sobrevivientes.

Amémonos
por la salud del mundo,

amémonos
por todo lo que nos necesita,

por las estadísticas de esta España tuya
donde el amor se hace solo
una vez por semana

y por mi América Latina: mi patria
es una y grande, el tercer mundo
es uno y grande, allá
los números son duros y no hay
dinero para estadísticas, la gente
pasa hambre y frío y muchos roban
para dar de comer a sus hijos
y muchos matan cuando roban
y otros roban y matan y si sos mujer
además te violan y no porque sean
pobres ni tengan hambre sus hijos,
los pobres no son asesinos,
como dicen los fachas,
nosotros también
podríamos ser pobres, mi abuela
era pobre, la dejaron
dos veces con las maletas en la calle,
dos veces
y no tenía nada para comer,
nada, pasaba hambre y frío
y no tenía hijos todavía pero tenía
un hermano que quiso suicidarse
y después se suicidó
y era un poco como su hijo
y mi abuela no robó ni mató ni violó
y no porque era mujer,
su hermano tampoco robó ni violó
y solo se mató a sí mismo,
los pobres a veces tienen que robar
para dar de comer a sus hijos
pero allá todos los días
te roban porque sí,
te violan porque sí,
te matan porque sí,
acá en España no se vive
tanta violencia, pero nosotros
tenemos un pobre durmiendo enfrente
y eso también es violencia, sabés,
eso también es violencia,
y los padres de mi abuela
se fueron de acá en barco, de modo
que este pobre que duerme enfrente
podría ser primo mío, la historia
es la misma y de todos, este pobre
podría ser primo mío y podríamos también
ser vos y yo, mi amor,
así que amémonos,

amémonos por la suerte
de no ser nosotros
este pobre nuestro,

amémonos, mi amor,

amémonos por todo lo que nos necesita,

como si nuestro amor pudiera
compensar tanta violencia,

amémonos por el bien del mundo,

como si el cauce de los ríos,
la migración de las aves,

el verde de los bosques,
la luz de las ciudades,

la evolución de las especies,
la fuerza de gravedad,
la rotación de la tierra
y el universo entero
pendiera

del hilo de nuestro amor.

Amémonos
por lo que prescinde de nosotros,

amémonos por el futuro que nos prometimos,

amémonos
por el tiempo que nos queda.

***

Acrópolis

Es una cuesta empinada. Delante de nosotros,
un hombre intenta despertar
el entusiasmo de su hijo:
Ya verás cuando lleguemos a la Acrópolis.
Todo se ve desde allí arriba, todo.

¿Se ve casa desde arriba?, pregunta el niño,
y yo recuerdo cuando a tres voces
le pedíamos a papá
que nos marcara la dirección a casa
en esa época en la que un padre
funciona un poco como una brújula:
sus ojos recorrían el paisaje como la aguja
que oscila levemente hasta identificar el norte,
luego fijaba la mirada en un punto del horizonte
y señalaba con el dedo a la distancia.
Por muy lejos que estuviéramos,
papá siempre sabía dónde estaba casa.
La infancia era desconocer los mapas,
no tener que recordar esquinas,
árboles, carteles,
alejarse sin miedo a no poder volver.

Cuando llegamos a la Acrópolis,
el hombre deja atrás su promesa
y le enseña el Partenón al hijo.
Yo pienso en mi padre y miro
desorientada alrededor.
Las rendijas de luz entre las rocas me recuerdan
lo que una vez estuvo suelto,
lo que una vez fue escombro y hoy
reclama devoción en su lugar:

allí, donde otros ven esplendor,
yo solo veo fragmentos,
como no veo
en un rompecabezas un cuadro
sino solo
piezas reunidas,
grietas.

Mientras camino,
giran los barquitos de papel
que llevo por pendientes. Ayer,
cuando los compramos, te dije:
un barquito mira al norte,
el otro al sur. Era mentira.

También mi dolor
está hecho de fragmentos.

Me gustaría preguntarte
dónde queda casa,
pero vas pensativo,
recolectando imágenes: veo
los poemas flotando a tu alrededor
como abejas inquietas a punto de pincharte.
Por los huecos de tus sandalias, tus pies
se ensucian del mismo polvo que cae
sobre la antigüedad.

Si repitieras el gesto de mi padre
me señalarías un lugar distinto.

Nunca te dije por qué
me gustan tanto los barcos de papel:
su simetría
impide saber a dónde se dirigen.
Me recuerdan al reloj que hice de niña
con agujas del mismo largo:
solo se podía leer la hora
cuando las dos apuntaban
al mismo sitio.

Vuela una mariposa blanca.

Me gustaría preguntarte
dónde queda casa.

—————————————

Autora: Nicole Brezin. Título: La ley primera. Editorial: Renacimiento. Venta: Todos tus libros.

BIO

Nicole Brezin (Buenos Aires, 1993) se graduó como Editora por la Universidad de Buenos Aires. Actualmente reside en Madrid, donde trabaja como editora de poesía. La ley primera es su primer libro.

Nicole Brezin ©Isabel Wagemann

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SABRINA ANALIA CABRERA
SABRINA ANALIA CABRERA
4 meses hace

La “shh” para la “ll”.
Sur remoto = Buenos Aires visto
desde España.
América Latina= PATRIA /
TERCER MUNDO / NO HAY
DINERO PARA ESTADÍSTICAS /
HAMBRE – FRÍO – POBREZA –
HIJOS – ROBO – VIOLACIÓN- EMIGRAR E INMIGRACIÓN- MUERTE.
Los aderezos de la VIOLENCIA.
Aún así:
“LOS POBRES NO SON
ASESINOS”
“LA LEY PRIMERA” = MARTÍN
FIERRO.
A partir de la Autora
bonaerense.
Nicole Brezin , deliciosamente,
describió nuestra parte / Cultura ; cómo somos y quiénes respecto / dentro del
Mundo.
Tenemos tanta violencia como
Ética / Valores . “LOS
POBRES NO SON ASESINOS” lo
fotografía bien.
En Brezin , “LA PALABRA
POÉTICA” de Patricia Crespo es el
móvil de LA PALABRA SOCIAL.
LA PALABRA per se SIEMPRE
ALCANZA.

SABRINA ANALIA CABRERA
SABRINA ANALIA CABRERA
4 meses hace

“Además tienes una lágrima muy
densa”.
“También mi dolor
está hecho de fragmentos”.
Nicole Brezin

SOMOS. Somos cuerpo-Alma.
El Alma se bifurca en mente y
sentimientos / emociones que
emanan del corazón y pueden
provocar estados de ánimo
(amplio espectro. No todo
es negativo).
¿Por qué SOMOS SERES VIVOS?
Anaxímentes habló de el Alma
hecha de aire; mientras que, para artista madrileño,
el aire tiene su Alma.
Siguiento con el filósofo, sin
Aire y Hálito no habría …
Universo.
¿Qué es el Hálito? Quizás, “EL
ALIENTO DE VIDA” soplado por el
Creador en la nariz de Adán (El
primigenio Ser Humano).
¿Hálito es igual a nous, entendido
como espíritu ,y causal del movimiento ? Ahí, Anaxágoras.

El Ser Humano es cuerpo, Alma
(Mente “más” permeabilidad emocional-sentimental). Sin
Hálito/ espíritu/ nous, el Humano, sería materia
inerte.

El Universo es Luz / Calor – Aire – Fuerza/Energía – Orden –
Cimientos – Materia inerte – Vida.
Tiempo.
Si hay Vida, hay Historias.
El Universo es un Conjunto de
Historias.
“los recuerdos de una infancia
lejana se entretejen con la
nostalgia de una Vida que queda atrás
al partir.
Identidad – Herencia – El desarraigo- La
búsqueda de un lugar propio.
El Amor como Fuerza
transformadora.
Laura di Verso
El Universo es un Conjunto de
Recuerdos.
Los SERES HUMANOS soltamos
lágrimas. En el Poema de Brezin , la
lágrima fue calificada: DENSA.

Las lágrimas no son solamente un
cóctel de proteína- grasa – Agua.
Las lágrimas contienen: IDENTIDAD-
HERENCIA- DESARRAIGO (en ocasiones) – BÚSQUEDA / HALLAZGO. El Contexto y el Árbol
Genealógico también son
ingredientes para una lágrima.
Brezin habla de DOLOR y
FRAGMENTACIÓN ; entre otros.
Los Seres Humanos SOMOS
Fragmentos unidos.
El Alma puede experimentar
dolor ; así nacen un tipo de
lágrimas . Esas lágrimas pueden no proteger al ojo pero , sí, al Cuerpo y
al Alma.
Los Seres Humanos somos aquellas lágrimas.

En mi interpretación a partir de
Varias Fuentes.