Luis Alberto Arellano fue un poeta, editor, ensayista y traductor nacido en Querétaro, México en 1976. Fue miembro fundador de Crótalo Revista Literaria y coeditor de editorial Sangremal y coordinador del Seminario de Creación literaria del Centro de Formación Artística y Cultural del CENCA Querétaro. Su obra se incluye en la antología de ensayo El hacha puesta en la raíz, Tierra Adentro, 2006, así como en las antologías de poesía Esos que no hablan pero están, Fondo Editorial del Estado, 2003 y El país del ruido / Le pays sonore, Écrits des Forges / Mantis Editores / Les Tempes des Cerises, 2008. Entre sus libros de poemas destacan Erradumbre (Mantis, 2003), De pájaros raíces el deseo (Écrits des Forges / Mantis 2006), Plexo (FETA, 2011), Bonzo (Ediciones El Quirófano, 2012), Contranatura (Editorial Ponciano Arriaga & Editorial Torbellino, 2015) o Grandes atletas negros (Luzzeta, 2014). En ensayo publicó Fotogramas del ocio clase B. Algunos de sus poemas y ensayos han sido traducidos al catalán, árabe, inglés, alemán, portugués y francés. Tradujo Todo alrededor de lo que se vacía, de Linh Dinh, y Una probada de miel, de Bob Flanagan y David Trinidad. Murió en 2016. En 2018 la editorial Hering Publishers reunió todos sus libros de poemas bajo el título de Obra (in)completa. Presentamos una selección de poemas preparada por Luis Eduardo García.
***
Escrito con ceniza
El hombre que duerme hace dos años
en el parque frente a mi casa
me ha dicho que mis poemas
le transmiten mensajes cifrados
desde un planeta más allá
de Alfa Centauro
me ha pedido que pare
que detenga mis ganas de joder
y que ya nada le diga de los genios
que habitarán la Tierra dentro de mil años.
Que me guarde las coordenadas precisas
de la abducción
y otras minucias siderales que a nadie convienen.
Que no le recuerde lo que ha visto con horror
con ganas de volver las entrañas.
Que me calle
que no escriba
que no dé la razón a los ángeles
de tristes alas que le recitan el Código Civil
en vocales muy cortas todas las tardes.
Yo lo miro y tiemblo de pies a cabeza
como un pez fuera del agua
que empieza a boquear con resistencia
y se deja ir lentamente
hacia la muerte.
Le he dicho que sí
que nunca más
que esto no puede seguir
que también a mí me resulta insoportable.
Así que estas líneas
no tienen ningún mensaje oculto
ni nada que se le parezca
aunque haya quien / lleno de esperanza / afirme lo contrario.
***
Escrito en el polvo
Caminamos oscuros por el bosque.
Atrás quedó el campamento donde
todos bailan y ríen junto al fuego.
En un claro encontramos un grupo grande de luciérnagas.
Sus cuerpos encienden y apagan un ritmo
pausado que parece un mensaje a los cielos.
Mi hijo grita y señala el abrasarse,
como teas al viento, de los bichos.
Parece que los cuerpos interrogan a las estrellas
por el paradero de Dios.
Algo urge que le comuniquen.
La noche nada responde.
Sólo el croar de algunas ranas
y el parloteo inútil de las aves en la enramada.
El aire sabe a sal como una lágrima.
Amenaza lluvia y la inminencia todo lo cubre.
La mano de mi hijo en mi mano
me salva del mudo abandono de las estrellas.
***
Lo que un hombre debe aullar antes de lanzarse al vacío
Mayakovsky recuerda la infancia:
camina por el bosque;
su padre, el guardabosque, lo guía.
Niebla. Los límites, confusos,
Vladimiro tropieza.
El rocío, su padre y la bruma lo mismo,
lo sujetan de la mano; avanzan.
El brazo de su padre tropieza con una rama.
Escaramujo.
Ésta al rostro de Vlady,
puntas encajan en su mejilla rosada.
Todos los rusos en la niebla,
la edad,
tienen mejillas rosadas.
Sin decir nada, saca las púas de madera. Sangra.
Vladimiro nació en Georgia,
vivió en Bagdati.
Un edificio de dos pisos durante su primera infancia.
Piso inferior hacían vino.
Llegaban los mujiks,
así llamaban los rusos a la niebla (sangrante la mejilla rosada),
también a los campesinos,
en oposición al proletariado, que llamaban Tovarich,
llegaban mujiks jalando carretas llenas de uvas.
Pisaban uvas.
Vladimiro comía, estrujadas.
Las bebía.
Vladimiro recuerda, la niebla,
olor del mosto fermentando a sus anchas
las vasijas de vidrio cubiertas por paja.
Vladimiro estudió primeras letras con su madre.
Madre enseñaba lo que debía saber un ruso.
Mejillas sangrantes por mundo que lo rodeaba.
Vladimiro aprendió sin emoción.
Mayakovsky odiaba la aritmética.
Para qué sumar si lo que sumaba eran peras, manzanas.
Las peras y manzanas eran grandes y olorosas.
Se daban y se pedían sin trámite.
Crecían en árboles del patio.
Suma y resta, pérdidas de tiempo.
Vladimiro memorizaba poemas de bosques, fauna silvestre: alma rusa.
Su padre pedía, antes de morir, que dijera poemas en festividades.
Padre, mujik, orgulloso de niño/loro.
Lágrimas.
Vladimiro no.
***
Malas palabras
En caso de reventar por los costados:
1 Calme a la persona de su extrema derecha
1.1 Si llega a salpicar pida disculpas
2 Hidrate el área purulenta
2.1 Utilice sólo agua o Sidra
2.2 Lance chorros regulares al área infectada
3 Reconozca que es un zombie
3.1 Diga en voz alta: Mi nombre es Luis Alberto Arellano y soy un zombie
3.2 Arranque una oreja mientras toma fuerza para continuar confesando
3.3 Simule que ha perdido la vista y debe tocarlo todo. Todo.
4 Guarde los dedos que vaya perdiendo o en su defecto vaya encontrando
4.1 O se re injertan o son un buen snack para largas caminatas en busca de carne fresca.
5 Préndase fuego
5.1 Mucho fuego
5.2 Alto octanaje para arder parejo
5.3 Deje a un lado los objetos metálicos que pueden causar daño a altas temperaturas
5.4 Vocalice la Ibis de Ovidio mientras aún tiene la mandíbula sujeta al cráneo
6 Despídase lentamente y todo el daño colateral en vasos de plástico rosa
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Efecto nocturno
No mire a sus espaldas/ no hay nadie
No camine a sus espaldas/ no hay nadie
No entienda las voces a sus espaldas/ no hay nadie
No finja conocer el barrio a sus espaldas/ es de Nadie
No mire de frente a los hombres a sus espaldas/ se llaman Nadie
No esconda sus plumas en el puño cerrado a sus espaldas/ el muro es de Nadie
No escriba su nombre completo a sus espaldas/ es lectura de Nadie
No escuche consejos de viajeros a sus espaldas/ es tierra de Nadie
No pague con billetes en público a sus espaldas/ nada es el valor de Nadie
No vaya a lugares públicos a sus espaldas/ lo visitará Nadie
No encienda aparatos electrónicos durante el despegue a sus espaldas/ el vuelo lo pilotea Nadie
No recline su asiento antes de que se encienda la luz roja a sus espaldas/ caemos por culpa de Nadie
No registre su teléfono a sus espaldas/ es trabajo de Nadie
No espere detrás de la puerta a sus espaldas/ la escucha es para favorecer a Nadie
No intente esto en casa a sus espaldas/ usted vive en casa de Nadie
No discuta cuando le pidan sus objetos de valor a sus espaldas/ todo pertenece a Nadie
No exponga a sus hijos al fuego a sus espaldas/ la materia es porosa como Nadie
No se deje al alcance de los niños a sus espaldas/ la precaución es objeto de estudio de Nadie
No conteste el teléfono a cualquiera a sus espaldas/ su posición en el mapa es saber de Nadie
No camine por calles sin iluminación a sus espaldas/ la oscuridad es premisa de Nadie
No finja que sabe la respuesta a sus espaldas/ la pregunta la formula Nadie
No negocie con terroristas a sus espaldas/ no tiene permiso de Nadie
***
Invoque al demonio por la mañana.
Encuentre razones para poblar la Antártida.
Tuerza sus pezones en el sentido de las manecillas
de un reloj digital.
Cambie de servicio de telefonía de vez en cuando.
Divierta a sus invitados con la colección
de historias caníbales que su familia guarda
en un arcón de plexiglás a la vista de todos.


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