¿De dónde viene el nombre de Duran, Duran, por qué Dolly Parton es una gloria nacional en EEUU o cómo cambió la historia del rock una banda como Velvet Underground? Son preguntas a las que responden algunos libros sobre música que pueden servir de regalo alternativo navideño para melómanos y curiosos.
Please Please Tell Me Now (Cúpula) es la biografía que Stephen Davis ha elaborado con entrevistas a los miembros de Duran Duran, el quinteto británico próximo a la new wave más romanticona y fenómeno fan en la década de los ochenta y primeros noventa, con más de cien millones de discos vendidos gracias al tirón de temas tan pegadizos como “Notorius”, “The Wild Boys”, “Rio” u “Ordinary World”.
Nick Rhodes y John Taylor, impulsores de esta banda pop que tomó el nombre de un personaje de la psicodélica Barbarella, filme protagonizado por Jane Fonda, eran dos jovencitos de Hollywood —un barrio de clase media de Birmingham, nada que ver con California— amantes del glam de Bowie y Roxy Music, que convencieron al cantante Simon Le Bon, a Roger Taylor y Andy Taylor para formar un conjunto de salón que tuvo el honor de ser el preferido de Diana de Gales. Los Duran Duran, recoge el trabajo de Davis, se hicieron mayores durante el “thatcherismo” como un grupo de sonido sintético marcado por la moda y los estilismos nada casuales de sus integrantes: mucho maquillaje, mechas y complejas estructuras capilares. Una afición por el lujo visual que mostraron hasta el hastío en sus icónicos y carísimos videoclips (MTV los hizo suyos de inmediato) y que provocó que cuando la belleza, por esa temida ley biológica, comenzó a ajarse y la música eligió derroteros menos pulcros, la banda entrara en declive de popularidad, a pesar de que sigan en activo dentro del rentable mercado de la nostalgia ochentera.

La banda liderada por Reed —tras sus pugnas con el genio galés de Cale, que dejó la formación cansado de la lucha de egos— se sitúa siempre en el pódium, peldaño arriba o peldaño abajo, de casi todas las listas del parnaso musical. The Velvet Underground combinaron lo pop y la vanguardia en una carrera breve pero intensa (apenas cinco años, si la marcha de Reed puede considerarse el fin real), que se anticipó al punk y al glam y cuya senda siguieron luego (o al menos lo intentaron) multitud de bandas: Blondie, Sonic Youth, The Jesus & Mary Chain, por citar algunas. Cervera, “desde la pasión pero con mirada agnóstica”, ha querido otorgar lirismo a las historias de los miembros de la urbana Velvet, creadores “inmortales y originales” —ahí están “I’ll Be Your Mirror”, “Sweet Jane”, “I’m Waiting for The Man”, “Femme Fatale”— y a los que resume en una frase: “Más de medio siglo después, no hay ningún otro grupo que haya hecho lo que ellos hicieron”.
Dolly Parton es Estados Unidos, una afirmación que seguramente incomodará a muy pocos habitantes de este enorme país de contrastes, polarizado hoy en mundos, parece, irreconciliables. La periodista oscense Beatriz Navarro, corresponsal de La Vanguardia en Washington de 2018 a 2021 —durante la era Trump, que hizo más visible aún la existencia de esas “dos Américas”— es la autora de Dolly Parton: Un retrato americano (RBA), libro que no es una biografía al uso sino más bien, se podría decir, un estudio crónica sobre las sociedades compartimentadas que la veneran. Navarro revela cómo esta actriz y cantante de country rubia platino (no es una descripción frívola, sino un elemento básico de su ADN) se alza en icono a ambos lados del ring ideológico, para feministas, defensores de los derechos LGTBI+ o de los más desfavorecidos, pero también para los paladines de la América profunda, religiosa y monocolor que sólo lee la Biblia y ven en ella un espíritu genuino.
Nacida en una familia muy pobre en los montes Apalaches, Parton es además a sus casi 78 años una filántropa y empresaria —cuenta con un parque de atracciones en torno a su figura— y quizás el más claro epítome de lo que significa el sueño americano de una mujer libre (en su exuberante sexualidad y creencias) que ha sabido construir su imagen y posiblemente también su legado.




“EXHUBERANTE SEXUALIDAD”
“HA SABIDO CONSTRUIR SU IMAGEN”
“LAS SOCIEDADES QUE LA VENERAN”
Del Posteo
El ruido, las luces y colores , el tránsito, los discos, los cassettes, las modas, los íconos, la idea de Belleza, …
EL / LA / LOS / LAS.
Somos imágenes en permanente construcción con el fin de que otros nos idolatren en masas.
Irrespetuosa frivolidad.
Alienación.
Vacío.
Sin sentido.
Nos volvimos light.
Nos dormimos.
¿Qué huella dejamos si tenemos baja concentración calórica? ¿Qué fuerza une nuestros pensamientos?
La Felicidad constante (Fotos con seres sonrientes) ¿Es necesaria?
¿Cuántos cm debe medir la cintura?
Extraño la Biblioteca pública de mi Ciudad.