Inicio > Firmas > Hotel Z > Hay más genios en Instagram que en tu librería

Hay más genios en Instagram que en tu librería

Hay más genios en Instagram que en tu librería

Dedico varias horas al día a mirar Instagram. Mi atención se centra en los reels, esos vídeos cortos de temáticas virtualmente infinitas. A veces me sale un vídeo sobre cómo desanudar el cable atrapado por una tubería sin cortar ni el cable ni la tubería. A veces me salen vídeos de tipos que lanzan mil veces una pelota de pimpón contra un caminito de cacerolas puestas del revés con la esperanza de que, bote a bote sobre el culo de las cacerolas, acabe entrando en una copa de cristal situada al final del sendero de acero inoxidable. Se ponen muy contentos cuando lo consiguen. También me salen cortes de declaraciones brillantes de Orson Welles, en entrevistas.

Uno de los motivos de que Instagram sea “un pozo de sabiduría” tiene que ver con la afirmación de Enrique Vila-Matas, o de alguien antes que él, sobre la literatura como “sistema de citas”. Hay algo de ese sistema en Instagram. Cada minutito de oro de Orson Welles, Tarantino o Scorsese es una cita, es decir, un recorte singularmente avispado hecho sobre un discurso mucho más extenso y no por entero memorable. Pero también ese minutito de pelotas botando cinco o seis veces sin encestarse en la copa de cristal, rematadas por la séptima intentona feliz, es una cita. Las ideas brillantes son una cita, un decantado, un subrayado, lo mejor que puede darnos un tipo después de horas rompiéndose la cabeza.

"Pargin nos ha contado que, sea cual sea la cultura del mundo que elijas, la figura mitológica del dragón ha sido allí imaginada"

Hay tres cuentas que ahora mismo me fascinan, por la invariabilidad de su interés, reel a reel. Cualquiera de ellas es mucho más inteligente que cualquier columnista o analista en los periódicos, no digamos que un tertuliano. Sinceramente, no creo que Baudrillard mismo pudiera fácilmente darnos ideas interesantes cada dos o tres días, durante años. Además, habría que enseñarle a editar vídeos.

Una de estas cuentas es la del escritor Jason Pargin. Cada pocos días analiza algún aspecto de la cultura popular, muy frecuentemente películas, pero también asuntos sociales, quizá criminales, que encuentra en los periódicos. Pargin nos ha contado que, sea cual sea la cultura del mundo que elijas, la figura mitológica del dragón ha sido allí imaginada, y con elementos comunes a los dragones imaginados por otra cultura con la que no haya tenido contacto alguno. “Todas, de manera independiente, acuñaron una criatura muy similar”. También cuestiona tramas y argumentos de la saga de Stars Wars o analiza el modo adecuado de hacer una secuela sin tener que desandar todo el camino de las películas originales. Con todo, su precisión intelectual y verbal se afila con los asuntos menores. Veamos cómo explica la sorprendente ira que desató un usuario en una red social al reconocer que fingía beber gintónics, pues su vaso sólo contenía tónica y rodajas de limón: “El único propósito de beber alcohol es que todos aceptamos liberar nuestras inhibiciones, todos nos ponemos de acuerdo en bajar la guardia y crear una especie de zona libre de recriminaciones. Cualquier cosa inapropiada que se hace o se dice puede ser explicada por el alcohol, ese es el sentido mismo de tomar alcohol. (…) Pretender que estás bebiendo alcohol es básicamente un crimen social, como un tipo de fraude. Todos hemos bajado la guardia, hemos tirado las armas, pero tú sigues armado”.

 

Ver esta publicación en Instagram

 

Una publicación compartida de Jason Pargin (@jasonkpargin)

Luego tenemos a Estebango_, que analiza sillas. Cuando no son sillas, son interiores. En general, habla de diseño. Esto dice sobre la catedral de San Basilio: “No es arquitectura, es repostería con trauma imperial. Nadie sabe si es una catedral o una versión ortodoxa de un parque temático. Como si alguien tuviera miedo al vacío y lo resolviera con colorante”. También analiza lámparas: “Trastornos psiquiátricos según tu lámpara. La Gun Lamp de Philippe Starck es un claro ejemplo de megalomanía. Esa lámpara no ilumina tu espacio, lo amenaza. Excesiva, innecesaria y sospechosamente ostentosa”. Pero siempre vuelve a las sillas: “¿Para qué sentarte sobre algo ergonómico si puedes sentarte sobre algo que dice soy rico y tengo mal gusto?”.

 

Ver esta publicación en Instagram

 

Una publicación compartida de esteban go (@estebango__)

Finalmente, tenemos Subway Takes, que nutre su cuenta con las únicas ideas verdaderamente inagotables: las ideas de los demás. Mientras Pargin y Esteban se sientan ante sus cámaras y hablan mientras las imágenes adecuadas aparecen proyectadas a sus espaldas, Subway Takes propone un viaje en metro donde un pasajero supuestamente aleatorio tiene una take. Kareem Rahma, dotado de un encanto extraordinario, reclama la take al pasajero siempre con la misma fórmula: gira violentamente la cabeza hacia el invitado y pregunta: “So, what’s your take?”. Entonces el pasajero enuncia una idea original, provocadora, absurda, airada o juguetona, en pocas y medidas palabras. Y Kareem Rahma afirma de inmediato: “100% agree” o “100% disagree”, y discuten la idea durante un par de minutos.

Por ejemplo, dice una pasajera: “Los hombres que le dicen a una mujer que está más guapa cuando sonríe tienen razón”. Otro afirma: “Creo que si la comida de tu país de origen no es deliciosa, no deberían permitirte vivir en Nueva York”. Otro hombre declara: “Las mejores cosas sólo pueden comprarse con dinero en metálico”.

"Muchas veces no son simples pasajeros del metro, sino amigos cómicos de Kareem o, en ocasiones, actores de cierta fama"

Algunas ideas son tan graciosas o explosivas que no puedes creerte que su origen sea un simple pasajero aleatorio del metro de Nueva York. Muchas veces no son simples pasajeros del metro, sino amigos cómicos de Kareem o, en ocasiones, actores de cierta fama (Michael Shannon). Pero la sucesión de ocurrencias, discrepancias o delirios es tan apabullante que este espacio en Instagram es una especie de metralleta de ideas, justo cuando producir ideas, decir ALGO, se cuenta entre las gestas más reseñables de nuestro tiempo. Por eso soy incapaz de traducir “take” como “idea” u “opinión”. Sería más bien: ¿cuál es esa idea que has tenido sólo tú?

Creo que toda la gente que tiene algo interesante que decir está en Instagram, incluso muerta. David Bowie, por ejemplo. El cantante aparece regularmente entre las propuestas que me hace esta red social esencialmente tóxica si sólo miras mujeres guapas u hombres que te dicen cómo hacerte rico. Yo no sabía que David Bowie era tan inteligente: “Recuerda siempre que la razón por la que te pusiste a trabajar era que había algo dentro de ti que sentías que si pudieras manifestar de alguna forma podrías entender más sobre ti mismo y sobre cómo convives con los demás. Creo que es muy peligroso para un artista tratar de satisfacer las expectativas ajenas. Creo que entonces producen lo peor de su obra. Otra cosa es que, si te sientes seguro en la zona en la que estás trabajando, no estás trabajando en la zona correcta. Adéntrate siempre un poco más en el agua, hasta esa profundidad en la que no te crees capaz de estar, y cuando no sientas que tus pies están tocando el fondo, estarás justo en el lugar donde puedes hacer algo interesante”.

4.1/5 (91 Puntuaciones. Valora este artículo, por favor)
Notificar por email
Notificar de
guest

1 Comentario
Antiguos
Recientes Más votados
Feedbacks en línea
Ver todos los comentarios
Emasculator
Emasculator
5 meses hace

Todos alternamos algún que otro momento predicador. A veces parece que soltamos el rollo como si de un mantra se tratase para nosotros mismos y lo hacemos utilizando al otro como espejo