Manuel Gare (Granada, 1995) tenía 28 años cuando publicó su primer libro, Macho, un ensayo sobre sexo, poder y trabajo que interroga la masculinidad. Ahora, salta a la palestra de la ficción con Comedia española (Reservoir Books, 2025), un retrato de la sociedad actual en el que muestra sus dotes de narrador y perspicaz observador de la realidad, al tiempo que experimenta al mezclar géneros y retorcer la línea temporal, en sucesivos círculos que envuelven el hecho crucial de la historia. Una historia ambientada en su ciudad natal sobre un matrimonio de mediana edad en crisis, un instituto de enseñanza media con problemas y amoríos adolescentes, que ahonda en las profundas grietas que se abren entre los sueños y la mezquina realidad que los frustran. Combinando humor y dramatismo, Gare escenifica un animado teatrillo, un retablo de nuestro tiempo en el que luce su actriz principal, Concha, una mujer de origen rural que a base de esfuerzo ha tomado las riendas de su vida, cuya personalidad carismática la convierte en referente ejemplar de su comunidad. Aunque no es oro todo lo que reluce.
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—¿La escritura para ti es un medio o un fin? ¿Cómo empezaste a lidiar con ella y qué aporta a tu vida cotidiana?
—No soy muy fan de los finales, suelen ser decepcionantes y te dejan sensación de vacío. Así que intento que sea un medio, la escritura y todo lo que hago. Disfrutar de ella en la medida de lo posible, que sea un vehículo para expresarme y sentirme libre. Fue así cómo empecé a escribir de adolescente. Luego piensas en publicar y la cosa cambia, te nublas, la escritura se convierte en otra cosa… En Comedia española he intentado volver a esa idea entre catártica y disfrutona con la que uno empieza a escribir.
—¿El tránsito del ensayo a la ficción fue un proceso dilatado y orgánico o pensat i fet, como decimos en Valencia?
—Mis procesos son… puf, no sé si los llamaría procesos (risas). De hecho, empecé a escribir el ensayo y la novela a la vez, hacia finales de 2021. Paré Comedia para centrarme en Macho y la retomé a principios de 2024. Entre medias me fui de Granada, estuve viviendo en Montreal y acabé en Valencia. Supongo que, de una forma o de otra, la novela se ha nutrido de las tres ciudades.
—Se podría decir que Comedia española teatraliza algunas cuestiones que planteas en Macho, a través de dos personajes arquetípicos: la mujer empoderada y el hombre incapaz de gestionar una nueva masculinidad.
—Sí, seguramente porque nacieron a la vez, se han retroalimentado. Pero te diría que no está muy pensado. Quiero decir, que en el contexto social e histórico en el que está ambientada la novela, Concha y Juan surgen prácticamente solos. Y del mismo modo, son personajes que no se piensan a sí mismos en esos términos. El hecho de que Concha esté empoderada o no está más dictado por el entorno en el que vive que por ella misma. Y lo mismo para Juan: nadie le ha hablado nunca en términos de vieja o nueva masculinidad.
—Aunque la novela es coral, Concha se impone. ¿Cómo concebiste a tu Concepción, valga la redundancia?
—Intenté que Concha fuera una mujer que rompiera con la figura femenina clásica de la novela europea, típicamente castigada por querer vivir y tener voz. Por eso Concha se rebela contra todo y contra todos. Hay guiños a La Regenta, Madame Bovary, las mujeres de Lorca… En esa línea, me interesaba mostrar a una mujer narrada y exagerada a través de las personas con las que se relaciona. Creo que la impresión que te da cuando empiezas a leer Comedia es muy distinta a la que termina produciéndote cuando conoces qué hay detrás del personaje, lo que trasluce cuando eliminas lo que la comunidad a su alrededor dice y piensa sobre ella.
—Comedia española. ¿No se trata, en realidad, de una tragicomedia con algún toque esperpéntico, por ejemplo el director del instituto y su delirante gala?
—Sí, aunque creo que es más españolista que esperpéntica, en el sentido de lo cutre y lo corrupto. La gala no tiene ningún sentido, y aun así nadie la para. Tuve algunas dudas sobre hasta qué punto podía ser creíble, pero luego lees la prensa y, en fin, cosas más raras se han visto. También me hacía gracia el concepto en sí de la gala de instituto, típico del cine de comedia.
—¿Cómo crees que mejora tu relato el hecho de romper los límites entre géneros y retorcer la línea cronológica?
—Me pasé toda la adolescencia leyendo manga, luego pasé a la novela contemporánea y a día de hoy consumo un poco de todo. Por ejemplo, justo hablábamos de la gala y la pelea. En realidad, lo que más tuve en mente mientras escribía el capítulo en el que estalla todo fueron cómics como Scott Pilgrim o Ranma ½. La música adolescente de My Chemical Romance. O películas como Mean Girls. Los videojuegos también están por ahí. Me resulta más honesto y divertido incorporar todas esas cosas que aspirar a una literatura elevada, y supongo que de esa combinación sale lo que es Comedia, tanto en la mezcla de géneros como en el juego de la temporalidad.
—Durante la pandemia hiciste un máster de Literatura inglesa, pero tu primera novela no te podía haber salido más española. Aún diría más, con sabor al sur andaluz, sin necesidad de toros ni flamenco. ¿Te molestaría que alguien la etiquetara como nuevo costumbrismo o costumbrismo contemporáneo?
—La idea es que Granada y Andalucía fueran un escenario y nada más, la historia tenía que surgir a través de los personajes. Pero claro, no dejan de ser personajes andaluces, granaínos… No sé, de repente hay más interés en esos sabores que llevan toda la vida coexistiendo y nutriendo a España. Nos sorprende muchísimo que una escritora tenga algo que decir desde Canarias, o que una de las mejores novelas españolas de los últimos años ocurra en Cantabria. El tema es que venimos de una literatura que no podía ser costumbrista, porque ni Madrid ni Barcelona lo son. Será castiza, urbanita, periférica a partir de la M30, yo qué sé, pero no costumbrista. Tampoco sé si Comedia lo es. En todo caso, aunque no soy muy propenso a poner etiquetas, no me importa si alguien quiere ponérselas.
—Hace mucho tiempo que el maridaje entre informática y literatura ha dado a luz a sus propios vástagos, como el castellonense Emilio Bueso. ¿Cómo funciona en tu caso las sinergias entre ambos mundos?
—Malamente (risas). Empecé a escribir en prensa para no morirme de asco mientras hacía la ingeniería. La terminé porque en el mundo de hoy parece que si no tienes una carrera eres menos, y a esa edad no tienes el empuje suficiente como para plantarte, pero la docencia en aquella facultad era para echarse a llorar. Cero creatividad, nulo pensamiento crítico, profesores que no sabían ni escribir. No sé si habrá cambiado un poco, pero con el auge de la inteligencia artificial, y aunque sigo haciendo trabajos como informático, mi impresión es que no hay una carrera universitaria más deshumanizante que informática. En cualquier caso, combinar distintas formaciones y ámbitos siempre es enriquecedor, y estoy convencido de que me ha ayudado a tener una visión más amplia de las cosas.
—¿Cómo crees que ha evolucionado la batalla entre los géneros desde que salió Macho? ¿Ves luz al final del túnel?
—La verdad es que a día de hoy no lo publicaría de la misma forma: mucha gente huye de todo lo que implica debatir sobre género, y era un libro sobre más cosas. Pero vaya, lo entiendo. Se ha convertido en un tema aburrido, contaminado por algunas personas que se suponía que eran referentes. Y es un problema, porque es un tema central. Tu género te lleva a relacionarte, a vivir, a disfrutar, a sufrir, de una manera o de otra. Y en mitad de esta vida repartida a partes iguales entre trabajar y buscar placer instantáneo, no tenemos tiempo ni ganas de pararnos a pensar si hacemos las cosas porque realmente queremos o porque llevamos toda la vida haciéndolas así. Así que, bueno, no sé en qué parte del túnel estamos, pero luz, lo que se dice luz…
—Con casi toda la vida por delante, ¿qué es lo que más te inquieta al pensar en el futuro?
—Soy un poco hipocondríaco, así que me cuesta pensar más allá del año que viene. Está haciendo un calor que dan ganas de arrancarse la piel. Las noticias sobre el cambio climático no son muy optimistas, aunque ninguna noticia lo es últimamente. El día menos pensado algún loco nos lanza una bomba desde su despacho. No sé decirte. Ahora, con la promo de Comedia, que me ha tenido un poco disperso, lo que más me ha venido a la cabeza era si me había olvidado de darle alguna de sus tres comidas diarias a mi perrita.
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Autor: Manuel Gare. Título: Comedia española. Editorial: Reservoir Books. Venta: Todos tus libros.



“NO TENEMOS TIEMPO NI
GANAS DE PARARNOS A
PENSAR SI HACEMOS LAS
COSAS PORQUE
REALMENTE QUEREMOS O
PORQUE LLEVAMOS TODA LA VIDA
HACIÉNDOLAS ASÍ. ASÍ QUE ,
BUENO, NO SÉ EN QUÉ
PARTE DEL TÚNEL
ESTAMOS”
Manuel Gare nacido en 1995.
UN CHICO / NIÑO (SÚPER
JOVENCITO) LLENO DE QUÉ
DECIR Y SABER CÓMO
DECIR, NOS ESTÁ MOSTRANDO LA
VIDA COMO UN TÚNEL Y NOS
ESTÁ VIENDO COMO SERES QUE
VIVEN / ¿VIVEN? EN EL SENTIDO
DE RESPIRAR . NO
ESTARÍAMOS PENSANDO.
LA FE ES ACTITUD
RAZONADA ; CONSCIENTE.
LOS FILÓSOFOS QUE
VIVIERON A.C.
ELABORARON TEORÍAS
ARGUMENTADAS
BASADOS EN LA
OBSERVACIÓN O SIMPLE
UNIÓN DE PENSAMIENTOS.
HOY VIVIMOS PARA
CONTARLE A OTROS QUE
ESTAMOS VIVIENDO Y
QUE SOMOS MUY
FELICES.
ME ALEGRA SABER
QUE UN CHICO TAN
JOVEN , COMO LOS HAY
OTROS TANTOS , SE TOMEN
EL TIEMPO DE PRESTAR
ATENCIÓN –
CONCEPTUALIZAR Y
PROMOVER LA
CONCIENTIZACIÓN ( ESTO ÚLTIMO: MICAELA TE
LO ESCUCHÉ A VOS Y ME
ENCANTO. ELLA, TAMBIÉN,
RE JOVEN).