Escribe Miguel Fernández en su libro Luis Eduardo Aute: Me va la vida en ello que el cantautor presentó Albanta con su música tras la muerte de su padre. Un lugar imaginario bautizado por su hijo Pablo que se convirtió en poco tiempo en símbolo y nombre de bares, locales y lugares imaginados por sus seguidores. Y yo, después de haberme leído el libro, quiero pensar que Eduardo Aute nos espera allí. Porque si algo consigue Miguel es que el lector conozca a Eduardo, el niño pintor que recibió en su casa vestido casi de adulto a un periodista admirando sus cuadros. Al joven Eduardo que bailó con Pilar Eyre cuando nadie sabía quién era él y se presentó por sorpresa ante la joven que quería salir a la pista y encontró en él la compañía perfecta vestido de negro. Y también al enamorado que pasó su vida junto a Maritchu. Nos presenta a la persona, desde niño atraído por el mundo del arte en todas sus formas al joven que se va formando, que destaca en lo creativo y pasa de la pintura a la música y se acerca al cine, a la literatura, porque su obra se inspira en grandes escritores tanto como en grandes momentos, que no han de ser bellos solo por ponerles ese adjetivo que hace que resuenen. Pero también nos da un esbozo de la España franquista, de las protestas, la llegada de la música y el desembarco de grandes productoras. Un lugar en el que las artes se movían a ritmo vertiginoso, esquivando como podían la censura, y en el que los compositores sin formación musical que presentar eran catalogados como silbadores en un intento de menospreciar aquello que hacían, además de depreciarlo, como si Beethoven hubiera tenido una titulación cuando, siendo niño, empezó a componer.
De Eduardo Aute pasamos a Luis Eduardo Aute, el hombre tímido y austero que cantaba de forma seria, más recitando que entonando, y conseguía conmover a sus oyentes, entendieran el contexto de sus composiciones o simplemente las hicieran suyas al penetrarles las palabras. Porque eso es el arte, la capacidad de que quien lo recibe vea una parte suya en aquello que le estás mostrando y se olvide de buscar en las palabras al autor.
Se cumplen cinco años de la muerte de Aute, y Miguel Fernández rinde homenaje a un hombre que se presenta como honesto, con principios claros y una capacidad extraordinaria para conectar con la gente sin perder el rumbo por una situación política cambiante, una sociedad convulsa o un éxito sobrevenido. Aute consiguió reunir en su voz a la colmena que fue este país y sigue resonando con ecos de verdad en aquellos que aún hoy lo siguen descubriendo. Para ello habla del pasado y lo mezcla con conversaciones mantenidas por terceros con el autor o con aquellos que lo conocieron. Por su libro pasan cantantes, poetas y figuras de todo tipo que diseñan el mapa de lo que ha sido y es el movimiento cultural de nuestro país, mostrando la fuerza que tienen las voces cuando uno se para a escucharlas. No me escondo si digo que no tengo en mi memoria el haber escuchado muchas canciones de Aute, no es esta la lectura realizada por una fan que posea todos sus discos o acaso haya ido a alguno de sus conciertos. Esa hubiera sido una lectura más fácil, o eso creía yo. Sin embargo, me he encontrado con una vida interesante de un hombre admirable en más de un sentido, cuya trayectoria dibuja las líneas de la sociedad que hemos heredado y en la que, tal vez, hagan falta más voces como la suya.
Miguel Fernández se mueve más allá del trabajo de investigación propio de su profesión como periodista y logra trascender a la persona de su propia historia hasta llegar a ese colectivo formado por las canciones que sonaron, las películas que se vieron e incluso aquel primer hombre en la luna. Termino esta reseña escuchando “Al alba”, sabiendo, ahora sí, que es mucho más que una canción.
———————
Autor: Miguel Fernández. Título: Luis Eduardo Aute: Me va la vida en ello. Editorial: Plaza & Janés. Venta: Todostuslibros.


Zenda es un territorio de libros y amigos, al que te puedes sumar transitando por la web y con tus comentarios aquí o en el foro. Para participar en esta sección de comentarios es preciso estar registrado. Normas: