Hablar de Antonio Martínez Asensio es hablar de libros. Quizás sea una de las personas, de las que he retratado, que más ha hecho por la divulgación de la lectura, con su programa Un libro, una hora. En su sección “La biblioteca”, en Hoy por hoy en la Cadena SER, acerca grandes referencias literarias a sus oyentes. Su último libro, editado por Aguilar, Cien libros, una vida, sigue la misma línea, donde la divulgación y el amor por la lectura son los ejes principales de su discurso.
*****
—¿Cuál es la premisa para elegir los libros de los que hablas en Un libro, una hora?
—En Un libro, una hora contamos clásicos. Empezamos contando los clásicos más conocidos, como Madame Bovary o El gran Gatsby, y hemos ido recorriendo la historia de la literatura. Hemos machacado el siglo XIX y luego ya nos hemos permitido hacer novelas más modernas, que seguro que serán clásicos en el futuro. Pero al final la idea es contar libros importantes.
—Cuéntame cómo es el proceso de preparación y grabación del programa.
—Pues todo empieza con la lectura, claro. Yo me leo el libro, lápiz en mano, y ahí ya voy decidiendo qué partes del libro voy a contar y cómo las voy a contar, marco las tramas… Cuando lo he terminado me siento a escribir el guión. La pregunta básica que me hago cuando estoy escribiendo es cómo cuento esto. El objetivo es trasladar la esencia del libro y sobre todo transmitir lo que el autor quería trasladarnos, la sensación de angustia, de miedo o lo que sea. Cuando el guión está terminado nos vamos al estudio, lo grabamos, y luego hay un proceso de edición y de sonorización, de diseño sonoro.
—Poner voz a muchas historias ¿te hace más partícipe de ellas?
—Realmente, con el proceso que yo hago con los libros, de disección, de análisis, para hacer el guión, terminas entendiéndolos mucho mejor, y hacer una adaptación te hace profundizar muchísimo más en un libro. Está claro que con las obras maestras te pasa que cuanto más las lees, cuanto mejor las entiendes y cuanto más profundizas en ellas, más te das cuenta de que tienen que ver contigo, que te cuentan cosas que también te pueden ocurrir a ti, y ese es el gran aprendizaje que yo creo que se obtiene trabajando con los clásicos.
—Acabas de publicar Cien libros, una vida. ¿Qué contiene ese libro y qué tiene que ver con el programa?
—Cien libros, una vida recoge los cien títulos que para mí han sido importantes. Muchos de ellos los he hecho ya en Un libro, una hora, pero hay muchos que no. He dividido los libros en 25 grandes clásicos, 25 clásicos modernos, 25 libros que yo creo que serán clásicos en el futuro y, por último, 25 libros que son mis lecturas más personales. Si en Un libro, una hora cuento el libro entero, aquí lo que hago es, en tres o cuatro páginas por capítulo, explicar por qué para mí ese libro es esencial y por qué creo que todo el mundo debería leerlo. Ha sido muy complicado seleccionar los cien libros y he tomado la decisión de que solo haya un libro por autor, lo cual me ha liberado bastante, pero sé que faltan muchísimos. Todos los que están han sido muy importantes para mí, y en cada uno de los capítulos he contado por qué han sido importantes, en función del momento en el que me los he leído y qué han significado para mí.
—¿Cómo sería tu vida sin libros?
—Pues la verdad es que yo no entendería mi vida sin libros. Yo leo constantemente, leo en cualquier momento, en el transporte público, leo hasta viendo el fútbol. No hay nada en el mundo que me guste más que leer. Y lo segundo que más me gusta es contarlo. Llevo tanto tiempo leyendo y desde tan joven que no se me ocurre qué podría haber hecho sin libros. Está claro también que los libros han ocupado el espacio de otras cosas, como las series, por ejemplo. Yo no veo series, no veo prácticamente la tele. Los libros lo ocupan todo.
—¿Qué papel juega la creatividad en tu trabajo?
—Pues la verdad es que hacer estas adaptaciones para Un libro, una hora para mí es un trabajo muy creativo, y es muy satisfactorio, porque al final no es, por supuesto, hacer un resumen del libro, sino que es hacer una adaptación del libro, y esa adaptación es muy creativa. Yo tomo muchísimas decisiones cada vez que adapto una novela al formato de Un libro, una hora. Esa creatividad me aporta muchísimo, me hace entender mejor la literatura y trabajar constantemente alrededor del libro. Eso me encanta. Pero además la creatividad, seguramente, es una de las cosas que yo más admire y que más busque en este mundo.
—En mi trabajo la mirada es algo muy importante. En el mundo literario y periodístico es algo fundamental. ¿Crees que la mirada como lector también lo es? ¿Es necesaria? ¿Se educa?
—Absolutamente. El punto de vista, la mirada del lector es algo que completa el libro. Un libro cerrado no es nada, y solo la lectura completa ese ejercicio que es la literatura. Y los libros cambian en función de quién los lea o cómo los lea. Hay muchos planos de lectura y muchas formas de leer. El punto de vista es esencial en la escritura, pero también lo es en la lectura. Y la mirada por supuesto que se educa. Aprendemos a leer igual que hemos aprendido a ver un cine diferente, igual que el lenguaje cinematográfico ha ido innovando, y nosotros entendemos otro tipo de lenguaje cinematográfico, aprendemos también un nuevo lenguaje y aprendemos de libros cada vez más complejos. Yo creo que el punto de vista, la mirada del lector es fundamental y creo que cuanto más espíritu crítico tengamos y cuanto más personal sea nuestro punto de vista, más partido sacaremos a un libro.
—¿Cómo crees que afecta la inteligencia artificial al mundo literario? ¿Y a tu trabajo?
—Bueno yo creo que la inteligencia artificial va a estar absolutamente en todos los aspectos de nuestra vida, si es que no lo está ya, y en el futuro lo va a estar más. En la literatura por supuesto que estará. Yo creo que no falta mucho para que veamos los primeros libros escritos por la inteligencia artificial, y no creo que muchos de los best sellers que se publican ahora sean muy diferentes de los que vaya a escribir la inteligencia artificial. Pero si hablamos de Literatura creo que la literatura es justo lo opuesto a la inteligencia artificial: creo que la literatura es arte, y eso es un concepto imposible de trasladar a la inteligencia artificial, igual que no me imagino a una inteligencia artificial pintando como Velázquez. Y no estamos hablando de técnica, sino que estamos hablando de alma, estamos hablando de otra cosa que contiene el arte y que no es medible ni mensurable ni programable, y en ese sentido al final quedará lo mismo que queda ahora, los mismos libros, la literatura esencial, la literatura de adquisición, y eso bueno siempre existirá. Y en cuanto a mi trabajo, si al final la inteligencia artificial hace Un libro, una hora, espero que me pille con una buena jubilación, leyendo y disfrutando de la vida.







Agradezco la entrevista. Me dio alegría conocer a Antonio Martínez Asensio.Sigo Un libro, una hora, desde La Habana.
¡Hola! Yo tambièn agradezco la entrevista y ponerle cara a esa voz que tanto me gusta. Me encanta su podcast y me he identificado con bastantes de sus respuestas. Desde aquí le deseo mucha salud y ánimo para seguir leyendo y haciendo “Un libro, una hora”.
P.S. Casi me gusta más “Un autor, una hora”, porque me sirve para anotar nuevas posibles lecturas.