Franco en los pupitres, de María Jesús Martín-Díaz

María Jesús Martín-Díaz, maestra de profesión, encontró en su casa veintidós cuadernos escolares de su madre. Aquellos libritos abarcaban una década: desde el comienzo de la República (1931) hasta los primeros años de la dictadura (1941). Por tanto, mostraban a la perfección el modo en que se cambió el sistema educativo y en qué bloqueó el futuro de los niños.

En Zenda ofrecemos las primeras páginas de Franco en los pupitres: La II República y la Santa Cruzada en las aulas (El Mono Libre), de María Jesús Martín-Díaz.

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INTRODUCCIÓN

1. Un tesoro en mis manos

Llegó el verano de 2020, en plena pandemia. Provista de guantes y mascarilla, que en ese momento todos teníamos, me dispuse a abrir aquellas cajas de madera, sin saber lo que podía encontrar, además de ácaros y polvo. Fueron apareciendo libros de los estudios de Magisterio de mi madre, libros de distintas asignaturas, sus apuntes, sus cuadernos. El polvo había formado una capa cuyo grosor aumentaba a medida que iba adentrándome en las entrañas de lo guardado durante tantos años, alguna arañita escapó corriendo y casi al final de una de las cajas aparecieron cuadernos de su infancia. Hojeé el primero y no daba crédito a lo encontrado. Entre el movimiento rápido de las hojas pude leer Aúo glorioso de iy37, adornado con banderas falangistas, carlistas y españolas a todo color y con sonidos de triunfo. Seguí mirando y me percaté del tesoro que tenía entre mis manos polvorientas. Había por lo menos quince cuadernos. Busqué los cursos. Me interesaba, en principio, el curso 1936-37. Quería saber cómo se reflejaba en las tareas o actividades del cuaderno el golpe de Estado, si este había cambiado la educación de niñas de 7 y 8 años y cómo. También quería saber en qué momento tomaron los golpistas el pueblo. Sabía que había sido pronto, pero no tenía ni idea, en aquel instante, de la fecha exacta. Empecé a hojear este cuaderno con ansiedad, pasé las hojas y fue tan evidente, tan obvio, tan fácil de detectar —por las tareas realizadas por mi madre en la escuela— el momento del cambio, que una enorme pena me embargó. De hablar de los derechos de las niñas se pasaba a hablar de colgar los crucifijos en las aulas. Y eso era solo el principio. A medida que iba leyendo, una mayor tristeza me envolvía, una gran indignación me subía hasta la garganta y las lágrimas me llenaban los ojos.

Había mucha información que tenía que analizar con calma, sin prisa. Pero no podía dejar de mirar a vuelo de pájaro. Y encontré un cuaderno del curso 35-36, y… Mi tesoro no terminaba ni comenzaba en el curso 1936-37, sino que recogía también cuadernos de la época republicana desde el curso 1932-33, de toda la etapa de la guerra y de los primeros años de la Dictadura —hasta el 1940-41—, así como cuadernos de mi tía —mayor que mi madre—, de los cursos republicanos 1931-32, 1932-33 y 1933-34 hasta febrero del 34. Mi madre tenía 6 años en el curso 32-33, y mi tía 12 al empezar el 31-32.

Eran cuadernos repletos de tareas escolares que se colaban por mis ojos y martilleaban mi cerebro, que entraba en ebullición cada vez que los abría. Así, entre un exceso de banderas rojigualdas, encontraba actividades que, como docente, me sorprendían y me deslumbraban. Finalmente, tengo en mis manos 22 cuadernos de mi madre. Hay cuadernos

«Generales», que recogen actividades de todas o casi todas las materias escolares. Y cuadernos «Específicos» de Dibujos, Aritmética y Geometría, Gramática, y Religión o Doctrina cristiana.

Los cuadernos encontrados me ofrecían una oportunidad excelente para introducirme en la Educación Primaria durante la II República, la Guerra de España y los primeros años de la Dictadura, en una escuela unitaria rural de un pueblo abulense —llamado Escarabajosa en aquel momento y Santa María del Tiétar en la actualidad—, a través de las tareas de una niña y de una adolescente. En un primer vistazo, bastantes de las tareas escolares no parecían espontáneas/libres sino más bien dirigidas, no solo en el pensamiento sino también en el lenguaje. Les falta frescura y se utilizan expresiones y términos propios de personas adultas. Podía intuir que en muchas ocasiones se trataba de dictados, en otras de redacciones después de una explicación, y las tareas más espontáneas son aquellas tituladas Lo que hice… Pero me estaba precipitando, necesitaba tiempo de lectura y de análisis. Me podía estar equivocando.

A medida que iba buceando en los cuadernos, me asaltó una duda. Mi madre, igual que mi tía, siempre habían hablado bien de su maestra, a la que parecían apreciar mucho. ¿Sería la misma maestra la que estuvo en la escuela antes y después del golpe de Estado? ¿Sería posible que la maestra de este pueblo fuese depurada y sancionada después del golpe?

¿Podría ser que la misma maestra durante la II República se hubiese ajustado a la concepción de la educación republicana y luego se hubiese sentido más libre para expresar su propia ideología —o hubiese profesado más miedo—, tal y como parecen traslucir los trabajos de los cuadernos en un primer vistazo? ¿Podría ser justo lo contrario, aunque me parecía más improbable? ¿Podría ser que la maestra en las distintas etapas fuese fiel cumplidora de las normas educativas provenientes del ministerio, cualquiera que fuese su nombre en las diferentes etapas políticas, y los cuadernos encontrados reflejasen lo que estaba ocurriendo en las escuelas de un modo mas general, permitiéndome transcender lo ocurrido en esta escuelita abulense? Indagué y no me fue difícil encontrar las respuestas, que hallé en los propios cuadernos, y en el Archivo Provincial de Ávila y en los Archivos Generales de la Administración (AGA), donde atendieron mis solicitudes con amabilidad y rapidez.

Me interesé también por conocer el desarrollo de la guerra en la zona, con la finalidad de analizar la relación entre esta y las actividades de los cuadernos escolares. La parte sur de Ávila no se sumó al golpe militar y permaneció fiel al Gobierno legítimo de la II República, pero cayó en manos de los golpistas unos pocos meses después. El cambio en el tipo de las actividades escolares en el cuaderno de mi madre del curso 1936-37, junto con artículos sobre la guerra en la zona y las actas de los plenos del ayuntamiento del Archivo Municipal, así lo muestran. Estamos hablando de principios de octubre de 1936. Es decir, en el pueblo no fueron objeto directamente de bombardeos —ya fuesen italianos, alemanes o españoles— durante los años de la Guerra de España, pero ello no significa que no hubiese represión. Muchas familias, completas o incompletas, tuvieron que abandonar el pueblo por sus ideas republicanas. Algunos hombres se trasladaron al frente de Madrid para defender la República inmediata- mente después del golpe militar. Algunos no volvieron hasta después de la muerte de Franco. Las rencillas, rencores, envidias y venganzas también encontraron un lugar entre los vecinos del pueblo durante la guerra y años posteriores.

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Autor: María Jesús Martín-Díaz. Título: Franco en los pupitres. La II República y la Santa Cruzada en las aulas. Editorial: El Mono Libre. Venta: Todos tus libros.