Inicio > Actualidad > Veinte años de Fundéu: el español en marcha, con la RAE como aliada

Veinte años de Fundéu: el español en marcha, con la RAE como aliada

Veinte años de Fundéu: el español en marcha, con la RAE como aliada

Foto de portada: S.M. la Reina © Real Academia Española (RAE).

Fundéu cumple veinte años, y la cifra, más que una efeméride, funciona como una prueba de resistencia: dos décadas caminando junto a quienes escriben a diario contra reloj. En ese tiempo, la Fundación ha hecho algo tan sencillo de formular como difícil de sostener: estar ahí, cada día, para resolver dudas lingüísticas reales, las que nacen en la redacción, en el titular que no cabe, en el término nuevo que se cuela por la actualidad o en el extranjerismo que amenaza con instalarse sin pedir permiso.

Hemos acompañado para resolver todas sus dudas lingüísticas, 20 años caminando junto a los informadores, con un objetivo muy claro: impulsar el español en los medios y velar por él”. La frase, leída en el acto con tono de gratitud y oficio, resume el espíritu de la institución: no pontificar desde una torre de marfil, sino ofrecer una herramienta útil. “Nos gusta pensar… que somos una herramienta que ayuda a todos aquellos que utilizan el español en su actividad diaria”. Y en esa utilidad cotidiana, casi silenciosa, está la clave de su prestigio.

La celebración tuvo también un componente de orgullo compartido: “Es un honor, por tanto, para la Fundéu, promovida por la Real Academia Española, compartir este día con todos ustedes”. No era una fórmula protocolaria. Porque hace cinco años esa relación se formalizó en una unión que dio un paso más en una historia larga: la alianza estable entre la institución que fija y describe la norma y el organismo que, con el pulso pegado a la actualidad, ayuda a aplicarla en el lugar donde más se pone a prueba: los medios.

"La lengua, durante siglos, se construyó y se legitimó con fuentes que hoy nos resultan casi clásicas"

Ese vínculo no surge de la nada. La lengua, durante siglos, se construyó y se legitimó con fuentes que hoy nos resultan casi “clásicas”. El ejemplo que se recordó en el aniversario fue el Diccionario de Autoridades, el gran diccionario académico publicado por volúmenes entre 1726 y 1739, que justificaba cada palabra con citas y apoyos de autoridad: literatura, textos brillantes del castellano y también —como se comprobó después— legislación vigente. Lo llamativo, visto desde el presente, es lo que faltaba: no había fuentes periodísticas, en parte porque apenas existían periódicos con el peso suficiente para funcionar como “autoridad” lingüística.

Santiago Muñoz Machado, director de la RAE y presidente de la ASALE. © Real Academia Española (RAE).

Durante mucho tiempo eso no fue un problema: la lengua cambia despacio y el diccionario se mantuvo relativamente estable. Incluso el gran hito de 1780 —la publicación del diccionario en un solo volumen— no alteró esa idea de evolución lenta. Pero la historia del idioma tiene momentos de sacudida. Y a finales del siglo XVIII llegó una de las primeras grandes “revoluciones de las palabras”, impulsada por cambios políticos y tecnológicos: irrumpen en el debate público términos como nación, libertad, poder legislativo, poder judicial, policía… Palabras nuevas, o renovadas, que pedían sitio.

"La lengua ya no se escribe solo en libros; se escribe —y se decide muchas veces— en titulares, en directos, en notificaciones, en redes"

Ahí entra la prensa como protagonista. Primero en Francia, con el eco de su revolución; después en España y en el siglo XIX, cuando los periódicos multiplican su influencia y se convierten en la pista donde el lenguaje prueba su fuerza. Aquellas palabras se consolidan en cabeceras, gacetas y diarios, viajan, se disputan, se asientan. Y la Academia —como reflejan archivos y ficheros— empieza a mirar también hacia ese territorio donde el uso se hace visible. Más tarde, en el siglo XX y principios del XXI, el trabajo cambia de escala: llegan los grandes corpus y las herramientas que permiten registrar el idioma con una amplitud inédita, con un volumen enorme de ejemplos procedentes de la prensa.

En esa línea histórica se entiende mejor lo que representa Fundéu: un puente moderno entre el idioma y su uso público, entre la norma y la urgencia informativa. La lengua ya no se escribe solo en libros; se escribe —y se decide muchas veces— en titulares, en directos, en notificaciones, en redes, en debates que estallan y se apagan en horas. Fundéu opera en ese terreno: el del español vivo.

Por eso la unión con la RAE hace cinco años no se percibe como un trámite administrativo, sino como una consecuencia natural. La Academia aporta tradición, método y mirada panhispánica; Fundéu aporta inmediatez, servicio y pedagogía aplicada. Juntas refuerzan una idea simple: cuidar el español no consiste en poner barreras, sino en acompañar a quienes lo usan para que la precisión no sea un lujo, sino una costumbre.

"La reina Letizia presidió el acto con un estilo directo y distendido, destacando la labor de FundéuRAE"

La reina Letizia presidió el acto con un estilo directo y distendido, destacando la labor de FundéuRAE. Bromeó sobre su inclinación a fruncir el ceño ante comas mal puestas o gerundios innecesarios, y afirmó sentirse parte de “la tribu de quienes aman el rigor del lenguaje”. Su intervención fue, a la vez, un reconocimiento institucional y una invitación a valorar el español como herramienta viva y en continua transformación.

El momento más esperado llegó con la revelación de la palabra del año 2025: “arancel”. Este término, que designa la tarifa oficial que se paga por ciertos servicios o la importación de bienes, alcanzó una presencia destacada en las informaciones internacionales, en particular por las tensiones comerciales globales y las medidas arancelarias impulsadas por la política de Estados Unidos a lo largo del año. Se impuso a otras once candidatas que también marcaron la conversación mediática de 2025.

Álex Grijelmo, patrono de la FundéuRAE. © Real Academia Española (RAE).

Las finalistas de este año, todas con una notable presencia en los medios y en el debate público, fueron:

  • apagón
  • macroincendio
  • preparacionista
  • boicot
  • dron
  • generación Z
  • macrorredada
  • rearme
  • papa
  • tierras raras
  • trumpismo

Este abanico de palabras finalistas refleja la diversidad de los hechos informativos que han definido el año: desde fenómenos sociales (generación Z, boicot) hasta términos vinculados a crisis y conflictos (apagón, macroincendio, rearme), pasando por expresiones emergentes de gran repercusión (dron, trumpismo).

"Los veinte años de FundéuRAE no son solo la celebración de una trayectoria, sino la reafirmación de su misión inicial de limpiar, fijar y dar esplendor"

Más allá de la anécdota o del juego semántico, lo que representa esta elección es la capacidad de la lengua para registrar la realidad y ayudar a interpretarla. FundéuRAE selecciona cada año un término —no necesariamente nuevo, pero sí especialmente representativo— que haya jugado un papel protagonista en la comunicación y el pensamiento de su tiempo.

Al concluir la jornada, con un desayuno servido en la planta baja de la Academia, quedó claro que los veinte años de FundéuRAE no son solo la celebración de una trayectoria, sino la reafirmación de su misión inicial de limpiar, fijar y dar esplendor. Dicho en un “español urgente”: ayudar a que sea nuestra lengua sea una herramienta clara, precisa y eficaz;  capaz de acompañar a quienes informamos cada día.

4/5 (4 Puntuaciones. Valora este artículo, por favor)
Notificar por email
Notificar de
guest

0 Comentarios
Feedbacks en línea
Ver todos los comentarios