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7 poetas contemporáneos de El Salvador

7 poetas contemporáneos de El Salvador

Portada: Vladimir Amaya.

Este viernes, dentro de la sección No son todos los que están, presentamos la lista de siete poetas contemporáneos de El Salvador que complementa a la publicada hace unas semanas de siete grandes poetas del mismo país. Pasen y lean. Estos son los que están esta semana, y los que no, ya llegarán.

***

WILLIAM ALFARO 

William Alfaro es un poeta y periodista nacido en San Salvador, El Salvador, en 1973. Integró el desaparecido Taller Literario El Cuervo, miembro de la Fundación Cultural Alkimia y del Proyecto Poético Multimedia El Verbo en la Ventana. Además de crear Los Miércoles de Poesía, de la Peña Cultural Los Tacos de Paco, fue jurado de distintos certámenes poéticos e impartió talleres literarios a niños, jóvenes y personas con discapacidades auditivas y visuales. En 2012, junto a un grupo multidisciplinario de artistas, fundó el Movimiento de Artistas Independientes de El Salvador (MAI). Es autor de libros de poemas como Proclive y Amargura.

El elegido II

Ya ves, nos vencieron
ahora baja de esa cruz
y sígueme

*

El marido de la peluquera

Lo que fue tan hermoso que no caiga al olvido,
te estaré recordando por siempre
Mathilde que tú no te has ido.

De una canción de Pedro Guerra.

Cuando lleguen las últimas palabras
y el silencio sea tan preciso
como la lluvia de todas las despedidas y los reencuentros,
él tomará sus pechos para hacerlos suyos,
líneas de sus manos,
comisuras sobre senos.

Le hablará de aromas,
de bailes infantiles y grandes promesas de amor.

La mirará a los ojos todos los días de su vida,
la recordará siempre
porque jamás se fue,
porque nunca se ha ido.

La abrazará fuerte,
hasta perder el aliento,
hasta que nosotros
al son de esa vieja canción

no podamos respirar,
y adentro,
muy adentro nuestro,
muy adentro de nuestros miedos,
nos salvemos bailando
en los pasillos de las peluquerías.

***

VLADIMIR AMAYA 

Vladimir Amaya es un poeta nacido en San Salvador en 1985. Miembro fundador del taller literario El Perro Muerto, es autor de libros como Los ángeles anémicos (Editorial EquiZZero Soyapango, 2010), Agua inhóspita (Colección Revuelta, volumen II, San Salvador, 2010), La ceremonia de estar solo (Leyes de Fuga Ediciones, San Salvador, 2013), El entierro de todas las novias (Editorial Universitaria, San Salvador, 2013), Tufo (Laberinto Editorial, San Salvador, 2014) o Mausoleo familiar (plaqueta, Editorial EquiZZero Soyapango, 2012).

El Ayuwoki me cuenta una historia antes de dormir

Chusco, el perro que cayó del cielo:
de ojos asustados y cola torcida
nunca pensó que el plan era el abandono.
Creyó paseo, viaje al campo, caminata por las ciudades.
Muy pronto descubrió que los perros
no tienen alas ni les es permitido el retorno.

Metió su cabezota en un agujero
para protegerse de la lluvia
y de las burlas de los canarios en las jaulas vecinas.
Ese perro entendió lo que era ser hombre
porque tuvo miedo y se sintió lejos de su cálida costumbre.
Pero, desde una esquina,
oyó a la naturaleza pronunciar su nombre
y vio a lo lejos una perrita color marrón
comiendo sobras en un montículo de basura.
Chusco nunca antes se sintió tan a salvo y feliz
como ese día en que perdió el cielo.
Enamoróse  de aquella schnauzer caída en desgracia hace años,
y la persiguió por plaza y arrabales,
tanto, que olvidó
el cielo y su propia caída.
Y en los ojos de su compañera lanuda
descubrió que a los perros poco o nada
les importa regresar a ese cielo     de donde caen.

***

ALFONSO FAJARDO

Alfonso Fajardo es un poeta y crítico literario nacido en San Salvador, El Salvador, en 1975. Es miembro fundador del Taller Literario TALEGA. Libros publicados: Novísima antología, Mazatli, 1999; La danza de los días, Editorial Lis, 2001; y Los fusibles fosforescentes, Editorial Cultura, Ministerio de Cultura y Deportes de Guatemala, 2002. Ha publicado artículos y textos en suplementos culturales y revistas literarias y participado en congresos y encuentros poéticos en Centroamérica. Ha publicado sus poemas en Antología de una década, 1985-1995, recopilación de los ganadores de los Juegos Florales Salvadoreños, Zacatecoluca, CONCULTURA, 1997; Juego infinito, plaquette antológica del Taller Literario TALEGA, CONCULTURA, 1999; Alba de otro milenio: Antología de poetas jóvenes de El Salvador, CONCULTURA, 2000; y Diccionario de autores salvadoreños, compilado por Carlos Cañas Dinarte, 2003. 

Brillante

Y atribulado,
artificial
y hasta un poco sencillo,
guardás el polvo
de las monedas en tu bolsa;
tomás el microbús
y —sin recipiente para el asco
aguantás
el vómito fosforescente de lo tragado;
tenés sexo
con la mujer de tus sueños
y luego ella misma te despierta;
fumás un cigarro
que no tiene marca
y respirás su azul olor en tus dedos;
caminás por la noche de la ciudad
y en ella te desvanecés
como la sombra en el agua de los ojos;
mandás al diablo al tiempo,
escupís con desprecio el rostro del santo,
maldecís a tu familia,
mordés la mano de tus amigos,
matás al perro de tu vecino,
orinás en la iglesia,
golpeás a las ancianas,
matás a tu papá,
a tu mamá, a tus hermanos;
matás y matás dulcemente
y luego te sentás a ver la televisión,
te preparás una deliciosa tasa de café,
te dormís
y soñás con los angelitos
hasta el nuevo
brillante día que viene.

Marzo y 14 de 2001.

Alberto Kijadurías. Foto: Fabricio Estrada.

ALFONSO KIJADURÍAS

Alfonso Kijadurías es un poeta nacido en Quezaltepeque, El Salvador, en 1940. Ha vivido en Madrid, París, Nueva York y Vancouver, haciendo de traductor y otros oficios. Participó durante dos décadas junto a los poetas de la Generación Comprometida en publicaciones como la revista La Pájara Pinta. Obtuvo varios galardones por su obra poética, como dos menciones honoríficas consecutivas en el certamen Casa de las Américas en el 69 y el 70 por El otro infierno y Sagradas escrituras, respectivamente. Algunas obras: Toda razón dispersa: Antología, 1998; Reunión: Antología, 1992; Obscuro, 1997; Es cara musa, 1997. También ha escrito obras en prosa, desde Cuentos (San Salvador, 1971) hasta Gravísima, altisonante, mínima, dulce e imaginada historia, 1967-1991, 

Necesidades

Necesito a mi mamá, con edipiano amor,
sus desayunos humanísimos. La ingenua
libertad de ese niño en sus faldas
suspirando la culpa original. Aquel
domingo de misa, pan y sol y la
muchacha aquella burlándose de mi
amor tontísimo.
Necesito de Dios y su absurda existencia
para luego volverme materialista y
soñador.
Necesito de mi mal ponderada
familiaridad de padre, casarme una vez
más con la madre de mis hijos. Que me
digan lo pequeño que soy. Necesito de
veras volverme a ver en el espejo limpio
de la casa y cambiarme de ropa y salir a
esperar como un novio solemne a la
vida, esperándome. Necesito una vez más
que mi tata me pegue con los puños terribles de patriarca y que me
diga bruto, inútil, polvo de la noche
delirante y brutal.
Necesito que las gentes acudan a mi
paso. De veras necesito que me quieran.
Me besen todos los labios del mundo. Y
que me dejen, me dejen, por favor,
crecer un poco más con mi vejez de niño
atolondrado.

***

ALBERTO LÓPEZ SERRANO

Alberto López Serrano es un poeta y profesor de matemáticas nacido en El Salvador en 1983. Director de la Casa del Escritor-Museo Salarrué (Ministerio de Cultura de El Salvador). Miembro de la Fundación Cultural Alkimia, coordinador de la peña cultural Los Miércoles de Poesía. Director del Festival Internacional de Poesía Amada Libertad. Ha publicado libros como La nave falta (2007, 2017), Cien sonetos de Alberto (2009), Y qué imposible no llamarte ingle (2009, 2011), Montaña y otros poemas (2010), El domador de caballos (2013) y Cantos para mis muchachos (2014, 2017).

Helena

A Leyla

Helena que se baja de las torres
y combate hasta el tope a los argivos.
Helena que comprendes los motivos
de la dura metralla y no te corres,
cantas ocasos breves sin que borres
su pletórico ansiar de seguir vivos.
Cantas, Helena, el alma y los olivos
para después del trueno que socorres.
Hoy te quitas el yelmo y la armadura,
y lavas con tus cantos de agua pura
el miedo de este pueblo en la trinchera.
Hoy que agitas relámpagos, Helena,
con tu trenza de invierno y risa llena
siempre verás el alba, compañera.

***

CLAUDIA MEYER

Claudia Meyer es una poeta, articulista y gestora cultural nacida en San Salvador en 1980. Su poesía aparece en varias antologías. Desde 1999 al año 2000 integró el extinto Taller Literario Tecpán. Colaboradora de las publicaciones periódicas Contracultura, Politiquiando y Suplemento Cultural 3000. Es autora de libros como Estación del frío (2015), Memorias de la infancia, Oceánica o Dédalo o el laberinto (2011).

Un dolor magno es una pupila

Un dolor magno es una pupila que siente su propio alumbramiento,
puede verse, incrédula, presta,
como el carmín de la boca que aborrece de otras conquistas.
Alfanjes por besos. El vacío por el trópico de dos tactos seduciéndose.
Lágrima o la noche mísera, un pensamiento tocado por compases distantes.
La marea busca a gritos lo tangible de su roce,
en la espera guarnecida por la opresión.
El ancho pecho permite el pálpito de la vida indefensa,
la tiranía de la piel que se estremece.
No sólo el azul y las desdichas amo,
sino los propósitos que cavan sin tregua su propia sepultura:
amo la embriaguez de la tristeza,
la delicia del dolor ante todo lo que amanece.

ELENA SALAMANCA

Elena Salamanca es una poeta e historiadora nacida en San Salvador en 1982. Ha publicado La familia o el olvido (El Salvador, 2017 y 2018), Peces en la boca (México, 2013 y El Salvador, 2011), Landsmoder (El Salvador, 2012) y Último viernes (El Salvador, 2008 y Suecia, 2010), entre otros libros. Su obra ha sido traducida al inglés, francés, alemán y sueco. Publicó ensayos sobre historia del tiempo presente en Plaza Pública Guatemala en la columna “Centroamérica María”; y entre 2014 y 2016 escribió ensayos breves en el blog “Landsmoder”, en el periódico digital El Faro, de El Salvador. Vincula literatura, performance, memoria y política en el espacio público a través de las piezas Solo los que olvidan tienen recuerdos (México 2009; El Salvador 2012 y 2018); Landsmoder (2011); El descanso del guerrero: Un duelo amoroso para Roque Dalton (2017); Hiato (2017) y Letanías para Mélida Anaya Montes (2018). En 2012 fundó, junto al artista Nadie, la Fiesta Ecléctica de las Artes, FEA. 

Sor Juana vomita la cena

Mira, Juana, este panecillo será abundante como la tierra,
con él se alimentarán los hijos de los hijos
de tu vientre, Jesús.

Juana no contiene el asco del fruto de un vientre de donde salió
un hombre del que manó agua y vinagre,
y se lleva las manos a la boca
y se dobla en la cocina.
Reconoció el negro a su mujer en la pulpa fresca de la fruta
y el indio cayó de hinojos ante el pájaro:
antes eran iguales, vivos en esa tierra,
ahora no puede siquiera mirar el vuelo:
El pájaro está más cerca de Dios —le han dicho—,
no mereces verlo.

Ese pan tiene la sangre de los pájaros y de las frutas,
la sangre negra estancada del negro
y la sangre roja derramada del indio.

Y Juana se dobla, tose,
se retuerce frente al pan.
Qué pasa, Juana.
Y Juana
escupe:
pajarillos
peces de acuario
y dos hostias
blancas
como papel.

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