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Adiós, Fonca. Cuídate, Cultura

Adiós, Fonca. Cuídate, Cultura

Hace unos días, el periodista Braulio Peralta decía con razón que le preocupaba el futuro de la cultura mexicana porque estaba en manos de ineptos que no alcanzan a comprender que el arte es, ante todo, un propósito estético y poético y no solo un suceso histórico e ideológico. “Lo vivimos en el actual Fondo de Cultura Económica”, señala Peralta, quien observa que la Secretaría de Cultura “poco distingue la diferencia entre arte y artesanía, entre alta cultura y arte popular”. Así es. Tampoco en el Congreso de los Diputados hay altura de miras a este respecto. Una diputada del actual partido gobernante, María de los Ángeles Huerta del Río, utilizó la crisis del Covid-19 para justificar el menosprecio del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador por un amplio sector cultural que desde hace meses, mucho antes de la pandemia, demanda atención y recursos, claridad de ideas y planes concretos que no se encabecen con el lema “recortes, austeridad Y burocracia”, sino que brinden facilidades, estímulos, apoyo, atención y dignidad. La susodicha diputada, que seguramente no tiene problemas para cobrar su sueldo cada mes, no tuvo empacho en pedir a la comunidad artística que en estos momentos de pendemia arrime el hombro, porque “en México hay gente que se está muriendo de hambre, ahorita. Hoy hay 10 millones de mexicanos que no tienen comida (…) pero nadie del sector cultural se está muriendo de hambre”. Y yéndose arriba en su diatriba populista, la señora Huerta quiso poner las cosas en su sitio y conminó a la comunidad cultural a “coadyuvar en campañas de solidaridad, de fraternidad”, dijo muy en su papel. Así que no solo tienen que hacer mutis por el foro con sus demandas, cuando su situación ya era crítica antes del coronavirus, sino ponerse a trabajar (como si nunca lo hubieran hecho) para hacer lo que el Gobierno debería estar haciendo. Vaya. Mientras tanto, uno se pregunta por qué el presidente mexicano sigue empecinado en derrochar el presupuesto que no da a la cultura, en mastodónticos proyectos estelares: una refinería (el petróleo vale hoy una mierda), un súper tren turístico (el turismo se ha ido hoy a la mierda) y un aeropuerto (para el que mandó a freír espárragos a la iniciativa privada y lo construye ¡el ejército!, qué cojones, y los viajes se han ido hoy a la mierda). Todo esto viene a cuento porque el pasado el 17 de abril, la Secretaría de Cultura informó que el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca) “será incorporado a la estructura orgánica” de esa Secretaría, “lo que permitirá contar con reglas de operación claras, transparentes y sin espacio a la corrupción, además de dotarlo de certeza jurídica, reconociendo un Sistema Nacional de Creadores que abarca desde los jóvenes creadores de los estados hasta los eméritos en todos los campos de la creación”. Como deduce un buen amigo, la certeza jurídica a la que alude el documento todavía no se conoce, pues no se han publicado las nuevas reglas de operación, por lo que todo apunta a un puro desmantelamiento del organismo, aunque se “aclara” que “durante este periodo de transición” se mantienen los apoyos y becas, y las convocatorias abiertas siguen su curso. Es cierto que el Fonca (que en paz descanse ya) pudo tener errores, y aunque muchos fueron los llamados y pocos los elegidos, asignó recursos a creadores de artes visuales, literarias, musicales, escénicas, mediante convocatorias públicas, y reunió jurados especializados en cada disciplina sin paga para deliberar postulaciones y firmar actas públicas con sus decisiones, las cuales estuvieron siempre expuestas al escrutinio de la comunidad artística, que trató de que sus reglas de operación fueran claras. ¿Podía haberse mejorado? Sin duda. Y eso es lo que se esperaba del actual gobierno. Pero el presidente Tijeras lo quiere controlar todo y ha metido la labor del Fonca en el cajón de la burocracia, de su burocracia. Como apuntó el editor y escritor Martín Solares, las reglas del Fonca no sólo habían sido transparentes, sino que cualquiera pudo consultarlas y eran resultado de décadas de trabajo en apoyo de las artes. “Ver opacidad ahí y no en la voluntad para destruir un sistema que funciona, eso sí es preocupante. Esperemos que encuentren la manera de mejorar todo aquello que representaba el Fonca. Perderlo sería un retroceso enorme”, dijo. Indignada, la escritora Carmen Boullosa lamentó la “falta de respeto por un bien invaluable que es propiedad de todos”. Y el grueso de la comunidad artística mexicana en este plan, hasta que apareció con muleta de matadora la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, quien solo tuvo arrestos para twittear un pase de pecho con su “agradecimiento a la comunidad cultural por el intenso y necesario debate”. Pero ni mu sobre qué medidas regirán el recortado apoyo a la cultura. En este rifirrafe otras voces, mucho más desafortunadas, han surgido para defender lo indefendible. Pero esos cacareos mejor ni citarlos. Afortunadamente, como recordó la narradora Mónica Lavín, los funcionarios son pasajeros y, en cambio, las obras creadas bajo el auspicio del Fonca permanecerán. Y mientras, artistas, trabajadores de la cultura, investigadores, promotores y gestores culturales, han resuelto integrar un Frente Amplio de Trabajadores del Arte y la Cultura de México (FATACM), con el propósito de impulsar una estrategia amplia en defensa del Fonca, que va desde las vías jurídica y política hasta la vinculación con diferentes actores sociales. Larga será la batalla.

PERIODISMO BAJO LUPA

"Entre las fake acusaciones de Donald Trump y esto, apenas hay distancia"

El tono con que el presidente López Obrador trata las cosas del pensar quedó patente hace pocos días, cuando el ejecutivo mexicano dedicó una parte de su verborreica rueda de prensa mañanera a chinchar a medios de comunicación y periodistas que lo han criticado. “No hay en México un periodismo profesional, independiente. No digo objetivo, porque eso es muy difícil. La objetividad es muy relativa, pero ética…”, afirmó el docto Presidente, quien ante la falta de periodistas éticos se puso el traje de reportero y en plan Woodward-Bernstein lanzó una batería de preguntas y aseveraciones a los confundidos asistentes que ya no sabían si habían asistido a preguntar o a responder: “¿Ustedes creen que no aburre abrir un periódico, El Universal, por ejemplo, o el Reforma, y no encontrar nada bueno del gobierno? Todo malo, todo malo, pero no sólo las notas, los articulistas supuestamente independientes, todos”. “Ya ni hablamos, lo mismo TV Azteca y lo mismo Televisa (…). Como el director de Milenio… Y lamentable el director de Excélsior, su concepción, su conservadurismo… se fueron volviendo conservadores, se cansaron de ser como eran. Es que siempre hay tentaciones. Pero, ¿qué ha sido el periodismo en la historia de México? Es un periodismo muy cercano al poder, sobre todo al poder económico, y muy distante del pueblo. Es un periodismo de la élite, que no defiende al pueblo raso…”. Finalmente, cerró la intervención con un lamento: “¿Por qué no era así con el gobierno anterior? ¿Con Calderón? ¿Con Fox? ¿Con Zedillo? ¿Con Salinas?”, gimió olvidando que las hemerotecas no pueden mentir y que ahí está el bálsamo de su pena. Como expuso un comentarista de esos que aburren al presidente-reportero-catedrático de periodismo, el tono del Jefe del Ejecutivo preocupa, estigmatiza y divide. “Cuando pone el dedo a sus críticos, los expone a agresiones de fanáticos que, afortunadamente, no han pasado de las redes sociales”. Ese tono de descalificación, que ya es reiterado, llevó a la organización Artículo 19, dedicada a promover el derecho a la libertad de expresión en el mundo, a hacerle un llamado para que se abstenga de generar estigmas en contra de la prensa. Entre las fake acusaciones de Donald Trump y esto, apenas hay distancia. O como dijo Ovidio: Exigua est virtus praestare silentia rebus; at contra, gravis set culpa tacenda loqui.

BERRINCHE POÉTICO

"Taibo II anunció que sí continuará publicando libros de poesía y que actualmente se alista la difusión de antologías de autores como Nazim Hikmet, Antonio Machado y Miguel Hernández"

Lo que parecía una queja con visos de denuncia, al parecer fue un berrinche poético. Resulta que a lo dicho por el poeta Homero Aridjis, en el sentido de que el Fondo de Cultura Económica ya no publicaría poesía (y en primer lugar su propia poesía), el director de la editorial estatal mexicana, Paco Taibo II ha contestado argumentando no solo que es falso, sino que el sello “lleva sumando títulos, menos de lo que desearía, aunque con paso firme”. Y tan en entredicho pone la afirmación de Aridjis, que Taibo II recordó que el año pasado, después de esa charla donde supuestamente dijo que no editaría mas poetas, publicó los poemas sobre México de Ernesto Cardenal; Taberna y otros lugares, de Roque Dalton, además de libros de César Cañedo, María José Ferrada, Ida Vitale y Gabriela Mistral; una antología de poesía latinoamericana de Philippe Ollé-Laprune y otra de Efraín Huerta, y se reimprimieron, precisó, obras de Octavio Paz, Sor Juana y Rubén Darío. Y como colofón, mencionando su apoyo a la poesía novel, avanzó que el FCE editará tres títulos en su colección Tierra Adentro: Perras, de Zel Cabrera; Restaurante bar familiar, de Luis Lugo, y Antibiótica de Ángel Vargas. Para rematar, Taibo II anunció que sí continuará publicando libros de poesía y que actualmente se alista la difusión de antologías de autores como Nazim Hikmet, Antonio Machado, Miguel Hernández, Pura López Colomé, Hans Magnus Enzensberger, Rafael Courtoise y dos más en lenguas chiapanecas. Para que conste.

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