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Alice Kellen: «Hay mucha tontería en el mundo del libro»

Alice Kellen: «Hay mucha tontería en el mundo del libro»

Imagénes de portada y reportaje: Jona Jaraba

Esta es la historia de una escritora tan normal que todo en ella resulta extraordinario. La historia de una niña que creció bajo el sol del Valencia leyendo El Principito y que inventaba mil historias sin acabar ninguna. Esta es la historia de una veinteañera que, al fin, logró concluir su primer libro y lo subió a Amazon con seudónimo porque le daba vergüenza. Diez años y dieciséis títulos después, Alice Kellen atesora dos millones de lectores que la convirtieron en la escritora más leída de España en 2022, sus giras por Latinoamérica son tan masivas como las de una estrella de reguetón y, lo más importante, publica estos días nueva y esperadísima novela. Se titula Donde todo brilla (Planeta, 2023) y es una historia de amor a través del tiempo que amenaza ya los primeros puestos de las listas de ventas mientras los suplementos literarios siguen sin prestarle atención.

"¿Por qué una novela no puede entretener sin más? ¿Por qué perduran los prejuicios contra lo que se llama literatura femenina?"

«Hay mucha tontería en el mundo del libro, no puedo perder el tiempo con esos debates», zanja la escritora mientras imitamos a los protagonistas de su último libro comiendo langosta en el restaurante madrileño en el que arranca una gira que se alargará nada menos que seis meses. «¿Por qué una novela no puede entretener sin más? ¿Por qué perduran los prejuicios contra lo que se llama literatura femenina? Existe una autora, por ejemplo, que vendía mucho, pero que no salió en los suplementos literarios hasta que una editorial cool publicó un libro suyo». ¿Y por qué los autores varones son tan refractarios a las novelas de amor? «¡Pero claro que las escriben!», exclama Alice Kellen, «pero ellos se niegan a reconocerlas como tales. Y, francamente, ya sabemos que los hombres lloran, un personaje masculino que llora no tiene por qué valer más«.

¿De qué va Donde todo brilla? Nicki Aldrich y River Jackson nacen con cuarenta y siete minutos de diferencia en las casas vecinas de un pueblecito costero de Nueva Inglaterra adicto a la pesca de langosta y a los sueños rotos y, desde ese momento, el amor buscará ajustar sus relojes durante décadas de encuentros y desencuentros. Al final del camino, rodeados de los pedazos rotos de su vida en común, tal vez el destino les brinde aún una oportunidad.

"Quería contar una historia coral, un puzzle en el que pudiéramos conocer a los protagonistas también a través de los personajes secundarios"

Sí, Alice Kellen escribe eso que, desde la prensa cultural que la observa con aires de superioridad sin mencionarla, llamamos «novelas románticas». Sí, Alice Kellen suma ya dos millones de lectores en todo el mundo, publica en treinta países y este año desembarcará entre salvas y cañonazos en Estados Unidos, el mercado editorial más hostil para el extranjero, de la mano nada menos que del gigante editorial Sourcebooks. Sí, Alice Kellen, perdonen, escribía dos novelas al año antes de que las obligaciones de la promoción que devoran a una best seller tan descomunal «sólo me dejaran tiempo para uno». Alice —por Alicia en el País de las Maravillas— Kellen —adaptación hispana del apellido de la superventas Marian Kelles— reina en el libro español como Rosalía en Spotify, como Ester Expósito en Instagram, como Ibai en Twitch. ¿Cómo lo logró? ¿Cómo lo hace?

«Quería contar una historia coral, un puzzle en el que pudiéramos conocer a los protagonistas también a través de los personajes secundarios, como esa voz de una camarera que irrumpió en un momento dado y no vuelve a salir más». Los personajes desbordan, populosos y apabullantes, Donde todo brilla, la acción viaja del pasado a futuro para regresar luego, y así una y otra vez, como una enloquecida y fascinante máquina del tiempo. ¿Cómo no perdió pie la escritora en una estructura tan compleja? «Paradójicamente, esa complejidad me ha dado más libertad que nunca. Lo tenía en principio todo en la cabeza, pero si notaba de pronto que algo me faltaba podía incorporar un nuevo capítulo en casi cualquier parte. O suprimir. De hecho, me cargué un personaje importante de toda la novela, porque no funcionaba».

"Una vez que pasas de los 16 te olvidas de todo"

Cuenta Alice Kellen que antes no daba su verdadero nombre porque nadie la conocía, y ahora sigue sin darlo porque ya todo el mundo lo sabe y no importa (cualquiera puede encontrarlo en dos googlazos). Asegura que le cuesta mucho empezar una nueva historia y que los inicios narrativos son para ella «un infierno». Avanza que tal vez su próximo título no sea tan luminoso como los anteriores, que le tienta al fin con fuerza la oscuridad, pero que, en fin, no tiene aún ni idea de si el proyecto que acaricia para 2024 naufragará antes de partir. Otros vendrán.

¿Y los suplementos literarios? Bueno, veamos, el ecosistema natural prescriptor de la Kellen nunca sería Babelia, en cualquier caso. Hoy que los lectores se retiran en masa perdidos en los paraísos artificiales de sus smartphones, quienes más leen, con diferencia, son las adolescentes que buscan a sus prescriptores en TikTok e Instagram. «Y yo que ya no recuerdo lo que era ser un adolescente…», se ríe Alice Kellen. «Una vez que pasas de los 16 te olvidas de todo».

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Josey Wales
Josey Wales
1 año hace

Los folletines también son literatura. Digo más: la mayor parte de las palabras y pensamientos cotidianos del hombre son livianos e insustanciales como una novela romàntica. Todos tomamos excitantes o estupefacientes de algún tipo, no necesariamente perniciosos para la salud, bien sea un deporte o bien una novela romántica. El tono espiritual de cada tiempo lo define la literatura que llaman ‘barata’, la que se reputa menos culta, la que leen las tías solteras y los revisores. Cuando era un niño, aún quedaba un quiosco donde vendían novelas de Marcial Lafuente Estefanía y Corín Tellado, en las que triunfaban tipos de otro tiempo y lugar. En tiempos de mis abuelos triunfaban las vidas de santos de virtudes heroicas, al igual que Alonso Quijano e Íñigo López de Loyola leían novelas de caballerías. Hoy ya no hay dragones y demonios, ni santos milagros ni héroes poetas; hemos regresado a la Edad de Piedra en cuestiones arquetípicas, así que para el hombre común de hoy, el Cielo es el final feliz de una novela hortera.