Andrea Marcolongo: «Grecia no era una comunidad política ni económica sino mística»

La organización social, la unión cultural y el sentido de la muerte en la antigua Grecia han sido algunos de los parámetros que ha comparado Marcolongo (Milán, 1987) con el mundo moderno, durante la conversación que ha mantenido con el escritor y periodista Juan Cruz. Después de elogiar la «magnitud del mundo griego clásico», ha expresado su deseo de que la sociedad descubra la cultura clásica que tanto ama y ha desgranado en su obra literaria a través de títulos como La lengua de los dioses (2017), La medida de los héroes (2019) y Etimologías para sobrevivir al caos (2021).

Sus libros, ha aclarado, no son un manual sobre la cultura de la sociedad de la antigua Grecia, sino «un modo de liberación por compartir cuanto de magnífico es este mundo» a través de una cultura que transmite una proximidad «poética y sentimental». Para poder apreciarlo, ha insistido, se necesitan otras perspectivas de contemplación de Europa para poder comparar, como ella misma ha hecho al trasladar su residencia a Sarajevo, ya que para conocer ese legado clásico «hay que viajar por el mundo».

Entre la tradición griega y romana, Europa se ha decantado por esta última pese a que «nosotros somos herederos» de la primera, ha matizado. Frente al rechazo de esa herencia cultural, Andrea Marcolongo ha encomiado el concepto de comunidad que tenían las ciudades-estado de la Grecia Antigua frente al uso que se le puede atribuir en la actual UE. Esta unión de estados de Europa que comparten una moneda y una bandera difiere en gran medida de la noción de comunidad de la antigua Atenas, «cuando los sabios se paseaban por las calles», ha contrapuesto. «Grecia no era una comunidad política ni económica sino mística, es decir, ellos se sentían en la misma comunidad porque compartían las mismas ideas, la misma cultura».