Sus poemas son una auténtica colección de obras maestras. En esta ocasión he elegido uno de mis preferidos, Anoche cuando dormía, de Antonio Machado.
Anoche cuando dormía, de Antonio Machado
Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusión!,
que una fontana fluía
dentro de mi corazón.
Di, ¿por qué acequia escondida,
agua, vienes hasta mí,
manantial de nueva vida
de donde nunca bebí?
Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusión!,
que una colmena tenía
dentro de mi corazón;
y las doradas abejas
iban fabricando en él,
con las amarguras viejas
blanca cera y dulce miel.
Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusión!,
que un ardiente sol lucía
dentro de mi corazón.
Era ardiente porque daba
calores de rojo hogar,
y era sol porque alumbraba
y porque hacía llorar.
Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusión!,
que era Dios lo que tenía
dentro de mi corazón.


Mi madre nos lo hizo aprender cuando éramos niños.
me pasa
Muy bello poema, para repetirlo una y otra vez
En el típico ambiente espiritual de la generacion del 98 aparece la añoranza por la Fe, como en Don Manuel Bueno de Unamuno. El yo lírico quiere creer pero no cree. Por eso Dios aparece mientras duerme, suspension de la razón, y como un sueño, supresión de la conciencia. Pero la ilusion onírica es bendecida por el yo lírico, y cada estrofa metaforiza una de las virtudes teologales: fe, esperanza y csridad. La fe es agua nueva no bebida pero ansiada sicut cervus ad fontes. La esperanza trasmuta amargura en miel. La caridad es fuego solar que alumbra y conmueve. Un gran poema en cierto modo hacienfo pendent con Y ha de morir contigo el mundo mago…