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Ben Clark siempre puede

Ben Clark siempre puede

La primera vez que le vi apenas llevaba un par de semanas en la ciudad. Ya tenía los ojos mediterráneos, barba de sabio precoz y un verbo dorado de piedra de Villamayor. Ben Clark acababa de aterrizar en Málaga tras ganar el premio Loewe y nos hicimos amigos de golpe, como los enamoramientos eternos.

Clark era vecino. Vivíamos muy cerca, aunque rara vez nos veíamos por el barrio. Nos encontrábamos en actos culturales, en puestas de largo literarias y en lecturas de poesía de cuando los veranos solían ser en verano y no caían en abril, para desconcierto de los mirlos negros.

"El poeta de los poemas celestes, el traductor de miradas y carcajadas cómplices que se queda ensimismado con las jacarandas"

Hoy es 5 de mayo y Clark ha vuelto —no se fue del todo— con estos Demonios que tengo encima del escritorio. Veo su cara de infante, un cabello rosáceo y una bicicleta de niño de Paseo Marítimo de los ochenta. Observo la portada de Sloper, ese elefante intergaláctico que Román Piña Valls convirtió en una isla de imaginación desbordada desde la añorada Sa Roqueta. Mallorca, continente de letras y arenas que hechizan.

Ahora reside en la Mérida que está a medio camino de Salamanca —donde se formó aquel hijo de la ira— y la Córdoba callada de Antonio Gala, el morador de la fundación que es una suerte de Academia de Roma sin salir del perímetro de la metrópolis que un día alcanzó el millón de habitantes.

"La vocación de tus versos, claros y evocadores como la memoria, te convierten en el trovador culto, exigente y crucial de una generación"

El poeta de los poemas celestes, el traductor de miradas y carcajadas cómplices que se queda ensimismado con las jacarandas. El escritor de sueños compartidos con Pablo Aranda, el amigo en común, el que nos servía humor, ironía y ganas de celebrar en cada instante. Demonios, página 34:

En mi isla, los difuntos inventaron
una forma sencilla
para anunciar su muerte entre los vivos.
El missatge. Noticia de un deceso
que había que passar de vecino a vecino
sin entrar en las casas,
hasta llegar al mar.
Y, para no quedarse con la muerte,
el último debía contárselo a una piedra.

Ben Clark siempre puede. Claro que puedes. Firma un armisticio y continúa. El viaje sigue. La vocación de tus versos, claros y evocadores como la memoria, te convierten en el trovador culto, exigente y crucial de una generación; también de un tiempo, nadie mejor que tú lo sabe, que está siempre comenzando.

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Autor: Ben Clark. Título: Demonios. Editorial: Sloper. Venta: Todos tus librosAmazonFnac y Casa del Libro.

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