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Concurso de poemas de otoño en Instagram: 10 finalistas

Concurso de poemas de otoño en Instagram: 10 finalistas

Alrededor de un millar de poemas han participado en nuestro último concurso de poesía en Instagram, patrocinado por Iberdrola y dotado con 2.000 euros en premios. El fallo del jurado, que está formado por Ana Merino, Antonio Lucas, Juan Gómez-Jurado, Espido Freire, Raquel Lanseros y Miguel Munárriz, será anunciado esta semana.

Para poder participar en la promoción era necesario colgar en Instagram un poema, ya fuese mediante una imagen, un vídeo, o un comentario en una publicación propia, o mediante una historia destacada. Además, los participantes, al publicar el poema en Instagram, debían seguir las cuentas de @zendalibros e @iberdrola, y también tenían que incluir la etiqueta #poesíaenInstagram. Era obligatorio, por último, enviar un mensaje directo a @zendalibros en Instagram con el enlace de la publicación o de la historia destacada que contenía el poema.

El primer premio está dotado con 1.000 € en metálico. El premio para los dos textos finalistas es de 500 € en metálico.

A continuación ofrecemos los diez poemas finalistas que optan a los premios. Mañana viernes haremos públicos los ganadores del concurso.. En este enlace puedes consultar las bases del premio. Gracias a todos por participar.

***

1

@salakov76

Con qué sueñan los maniquís

De cartón piedra
y labios papel maché
aguardan el milagro.

Pero la vida transcurre
a cámara lenta
dentro de la pecera;
su tacto de linóleo
frisando la realidad
tras el escaparate sucio.

Observad sus dientes aburridos
contra la superficie acristalada,
como intentando gritar:

“esto es agua,

esto es agua,

¡socorro!”

Algunas noches estiran sus miembros
o esbozan atrevidas posturas
dentro del local abandonado
de la calle La Iberia;
otras noches fantasean con el fuego,
el milagro que nunca llega.

(todos los maniquís

sueñan con arder)

“Rebajas de otoño”,
reza un cartel añejo,
persistente en su mensaje
desde 1978.

2

@gustavoyuste

Cambio de temporada

Una manera de recibir el otoño:
el mismo vestido de playa
con el que posaste para la cámara
conmigo de acompañante y el mar de fondo,
ahora viste a un maniquí
durante las ofertas de liquidación.
La modelo sin rostro permite
que todos tus gestos sean posibles
y, parado frente a la vidriera,
suelo buscar tus ojos.
Sin embargo el reflejo me muestra a mí mismo
abrigado de más, pálido y desprolijo;
una postal de nuestro eterno desfasaje.

¿Eso es una etiqueta con el descuento
o el porcentaje de posibilidades
de no vernos nunca más?

3

@ramiro.poe

el poema que cabe en el
despertar del otro
es un recuerdo de la infancia que
contempla a lengua seca
el otro lado del otoño

4

@flordecretona

aquí
lugar

donde vuelan mariposas

y moscas

podría ocultarme
en plena calle: nadie ve un cuerpo

sepultado en la mitad del pueblo

ni la respiración de Dios
haría algo para sentirme

¿puede arrastrarse esta piel?

aquí es estigma la tierra sola
una flor sin semillas
sacada del huerto

Otra espera

plantar pétalos

parar un día de

exhumar cadáveres

tallar epitafios

temer por los niños

agradecer la muerte

del enfermo

aquí nunca es otoño
qué importa

las semillas
y sus botones terminan
olvidad_s por el aire
reducidos a un día

enterradas/muertos

5

@spring_seville

el becerro que come hierba
la hierba del otoño de una
poca de lluvia los perros que ladran
atados que saltan y se abalanzan

atados

los hombres los mismos hombres
con los mismos nombres que pegan
al perro atado y caminan hacia el becerro
y le acarician susurrando “vas a morir
este día” y el becerro no se asusta
no gime y el perro ladra el perro atado
que se abalanza porque sin entender
ha entendido los golpes de los hombres
de los mismos hombres con los mismos nombres
que engullen al becerro

6

@mrjulenca

Es casi una tarea legendaria
la de salvar las copias
que se deja uno mismo en los cristales.

Qué fue de aquel mirarse -te preguntas-
aun sin saberse solo un invitado
a esta fiesta de charcos
que acordonan el resto primigenio:
una red de mirada
al borde del otoño
y esa otra gravedad que amasa el cielo
y lo esconde en la holgura del zapato.

¿Será el aire una voz que nadie habla?
Hay trazos de su ser en lo que mueve.

7

@margamayordomo.3.14.16 

Otoño

me han pedido que formule una palabra
digamos: flor  pájaro  rojo
no es eso
estaban ya distribuidos los colores    el júbilo
no reconoce los fonemas (en su precarísimo estado)
las alcancías del ocre
el limón furtivo
el color de los tucanes    tampoco
los campos de agar-agar
quizás     viejos augurios__
desconozco el poder de la palabra __insípida forever
quiero estar sola
mùa-thu / autumna / autumn
todas las lenguas me traspasan     el vandalismo del verbo

y hundo las uñas en el humus
y hubo palomas grajos
__mucho río   la barbarie de los bronces
y ahora quieres que hable
¿estás seguro?

8

@jesuspachecoprz

Tiempo

Beauty convinces
ANNE CARSON

Puedo ver cómo el tiempo hiere los cuerpos
de los ángeles          los inmortales cuerpos de luz
y los blanquiazules cuerpos arrugados por la vida
arrebatando la infancia

en un acto de misterio rotundo

Sea pues          esta cadena de amor dorado
una inscripción nacida del otoño para pervivir
el alma tibia                           a la primavera prometida

del recuerdo

9

@gnzalo.m

Cambio de armario

Ya que estoy aquí,
diré que aún me queda tiempo para hablar
de la hierba húmeda a la espalda,
de los ojos de taladro que atraviesan
este imposible cielo de chapa púrpura.

Se vacía el otoño de presunciones, como una trenza
desanudada de límites y conchas, mientras la lluvia
-esa visita que apenas sonríe- y las hojas, como guadañas,
se afilan en su tránsito atmosférico.

Las recibirá el asfalto
a la espera del redondo viento, deseosas, transformadas
en pensamientos que no yerran,
el disparo que hoy acierta a la gaviota.

10

@ketty_blanco 

Las mujeres colocaron macetas de geranios.
En las tardes traían alfombras, tomates,
un pincel para dibujar puertas y figuras de humo.
A veces, rugían al unísono como una locomotora.
Y más de una muchacha se tendió entre las líneas
ferroviarias para que el tren aplastara su tristeza
(arrullo fugaz de los que esperan fundar un nuevo planeta).
Pero, solo las serpientes y la brisa canicular
cruzaban hacia el otoño.
El día era narrado cada noche,
en el último vagón compartían el botín:
las hojas amarillas, el olor agrio de los basureros.

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