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Cuando llega la guerra

Cuando llega la guerra

¿Nunca has tenido la sensación, al abrir un libro, de encontrarte, de repente, en la sala de un museo rodeado de obras de arte? Si la respuesta es no, entonces es que no has abierto todavía He visto un pájaro carpintero, de Michał Skibiński, con obras de arte de Ala Bankroft.

La editorial Fulgencio Pimentel ha apostado por publicar un libro que fue escrito hace más de 80 años y que no vio la luz en la versión original hasta el año pasado, cuando su autor alcanza ya los 90 años.

Skibiński tenía 8 años cuando escribió esta obra, que no es más que un pequeño diario de verano, un ejercicio de escritura encomendado por sus profesores para poder pasar de curso, ante el mediocre año escolar que había completado.

"El horror se desnuda ante los ojos de un niño inocente cuya tarea escolar de verano se convierte en un testimonio valioso del comienzo de una de las guerras más crueles y mortales"

El pequeño Michał comienza su tarea un 15 de julio de 1939 con la única frase de ese día: “He ido al río con mi hermano y mi maestra.” La inocencia y el candor de un niño de 8 años sintetizados en 10 palabras.

Frase a frase, día a día, imaginamos cómo transcurre el verano del pequeño Skibiński: “He estado jugando en la arena y he construido un puente”, “He ido de paseo con mi abuela”, “Un globo ha sobrevolado Anin” o “Ha habido una tormenta horrible” son los acontecimientos más importantes en esa primera mitad del verano.

El autor condensa en esas cortas frases el mundo que le rodea y los acontecimientos que se suceden en su tranquilo verano. Y entonces… “1.9.1939  Ha empezado la guerra”.

Así como un pacífico verano se convierte en un horroroso conflicto bélico, Michał, de pocos años, pasa de ser un cronista de lo cotidiano a un corresponsal de guerra de un día para otro. Oye caer bombas, se esconde de los aviones, anticipa las batallas y se enorgullece del coraje de sus compatriotas. El horror se desnuda ante los ojos de un niño inocente cuya tarea escolar de verano se convierte en un testimonio valioso del comienzo de una de las guerras más crueles y mortales de la historia de la humanidad.

"Durante ocho décadas el autor ha guardado con cariño este tesoro que, por suerte, está ahora al alcance de los lectores"

El museo del que hablaba al principio del artículo no es un museo del holocausto ni del horror, a pesar de lo que el joven autor vivió en los siguientes años. Las obras de arte son los cuadros que Ala Bankroft (seudónimo de la artista Helena Stiasny) ha pintado para ilustrar las páginas de este diario. Cuadros llenos de luz, de verdes bosques y cielos claros de un verano que transcurre sosegadamente. Pero que se vuelven más oscuros y amenazadores tras el estallido del conflicto bélico.

Cada doble página es un espectáculo, un festín para la vista, un elaborado trabajo digno de los mejores museos.

Otra de las peculiaridades de esta estupenda obra es la reproducción de las páginas originales del diario de Skibinski. Acierta, también, el editor al tomar la decisión de incorporarlas a la obra porque permiten al lector convertirse en un investigador histórico que acaba de hallar un tesoro entre tanto documento consultado, y da verosimilitud a la historia. De algún modo, acerca al lector a ese pequeño niño que de pronto se ve empujado a escribir sobre un horror sobrevenido.

Durante ocho décadas el autor ha guardado con cariño este tesoro que, por suerte, está ahora al alcance de los lectores.

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Autores: Michal Skibiński y Ala Bankroft. Título: He visto un pájaro carpintero. Editorial: Fulgencio Pimentel. Venta: Todostuslibros y Amazon.

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