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Cuando los personajes deciden por ti

Cuando los personajes deciden por ti

Nuria M. Deaño ha escrito una novela, Me llamaré Silver Stardust, que es un certero retrato sobre los daños causados por el franquismo a toda una generación de jóvenes que acabó cambiando el futuro por las drogas. El protagonista, Silver, es un yonqui que recorre el Madrid de 1999 mientras recuerda su pasado y busca la redención en su presente.

En este making of, Nuria M. Deaño cuenta sus dificultades para escribir Me llamaré Silver Stardust (Alrevés).

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Empezaré por el principio, es decir por el título, que en realidad es el final. Cuando acabé de escribir la novela no sabía cómo titularla. Y opté por Silver, a secas, que es el nombre del protagonista. Después de que varias editoriales la rechazaran, mis agentes me pidieron que lo cambiara por otro más atractivo. Me mandaron varias propuestas, pero ninguna me convencía y esa noche, antes de dormirme, apareció Me llamaré Silver Stardust. Aunque la historia está escrita en tercera persona, ese futuro en primera contenía una expectativa cargada de deseo, en este caso, el de convertirse en una estrella del rock —el Stardust hace alusión al personaje Ziggy Stardust de David Bowie—. Sin embargo, ya en las primeras líneas de la novela, el lector puede ver que esa voluntad de llegar a ser alguien no se ha cumplido, o no ha prosperado, porque se va a encontrar con que Silver es un adicto a la heroína, una adicción que aniquila toda ambición, toda voluntad de ser. ¿Qué le ocurrió a para acabar así? Es la pregunta que trata de responder la trama que sigue a esas primeras páginas en las que ese antihéroe, llamado Silver, va a comprar su dosis. Para ello, la historia da un salto atrás en el tiempo de más de veinte años, a 1975, con un Silver a las puertas de la adolescencia, que es el menor de una familia numerosa, la cual, con sus singularidades, es un espejo de los afectos en la España de la época.

Esta es mi primera novela y sabía qué quería contar, pero no cómo. Decidí escribir ese primer largo flashback con escenas cortas, un lenguaje asequible y sin despegarme del personaje. Todo lo que ocurre se ve —y digo se ve, porque es una novela muy visual— a través de sus ojos y de su alma. Con esos dos tiempos alternos —los noventa y los setenta— fui construyendo una estructura y un personaje, que es a la vez un antihéroe (el Silver adulto) y un héroe (el Silver adolescente). Porque ese chaval que sueña con llamarse Silver Stardust es un héroe para sus amigos (no quiero hacer spoiler de por qué lo es) y sobre todo para su padre, que es el otro gran personaje de la historia. Porque eso que quería contar es, básicamente, la relación entre un padre y un hijo.

Y ya llegamos al final: tras el segundo y último flashback a los años setenta, donde ya se intuye la deriva que va a tomar Silver, tiene lugar el último encuentro entre padre e hijo, y lo que yo había imaginado que sucedería no sucedió, porque los dos personajes tomaron sus propias decisiones y cerraron la historia como ellos consideraron. Quienes escriben seguramente saben de lo que hablo. Es algo difícil de explicar, pero alucinante. De las mejores cosas que me han pasado. Como novelista, la mejor, sin duda.

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Autora: Nuria M. Deaño. Título: Me llamaré Silver Stardust. Editorial: Alrevés. Venta: Todos tus libros, Amazon, Fnac y Casa del Libro.

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