Inicio > Libros > Narrativa > Delfines de plata, del papel a la pantalla

Delfines de plata, del papel a la pantalla

Delfines de plata, del papel a la pantalla

Félix García Hernán empezó a trabajar como botones cuarenta y cinco años atrás. Ha dedicado toda su vida al mundo hotelero e incluso ha escrito una novela ambientada en uno de esos escenarios. Una novela basada en hechos reales que, además, Javier Elorrieta acaba de llevar al cine.

En este making of Félix García Hernán cuenta el origen de Delfines de plata (Alrevés).

***

Ahora, al escribir estas líneas para Zenda, es cuando en realidad me doy cuenta de que esta novela comenzó a fraguarse en mi cabeza hace mucho tiempo, concretamente cuarenta y cinco años, que es cuando el que esto escribe comenzó a trabajar como botones en uno de los entonces hoteles punteros en Madrid.

Desde el primer día me enamoró mi trabajo. Quizá porque en él encontraba el escenario de aquellas lecturas que devoraba hasta las tantas de la madrugada en la cama, como Gran Hotel, de Vicky Baum, Hotel, de Arthur Hailey o Torremolinos Gran Hotel, de Ángel Palomino, que me animaron a buscar oficio en una atmósfera similar a la que imaginaba en esas novelas.

"Greene sonrió y me dedicó unos minutos que sirvieron para confirmar que no me había equivocado al elegir la que iba a ser mi profesión durante tantos años"

No me equivoqué: cada día en el trabajo era una aventura nueva. Para no cansar a los lectores con «batallitas» me limitaré a contar solo una: imaginaos a un crío de apenas quince años cargando orgulloso con las maletas del gran escritor Graham Greene. Al llegar a la habitación, y con la osadía que solo te puede proporcionar la inconsciencia de la juventud, ofrecí al insigne autor inglés cambiar la propina con que él quería retribuir mi servicio por una explicación sobre una duda que me atormentaba acerca del protagonista de El poder y la gloria, que había leído recientemente. Greene sonrió y me dedicó unos minutos que sirvieron para confirmar que no me había equivocado al elegir la que iba a ser mi profesión durante tantos años.

Cerca de la sesentena pude levantar un poco el pie del acelerador del agobiante trabajo que supone dirigir un hotel, y decidí ponerme a escribir una historia que, paradójicamente, no tenía nada que ver con los hoteles y sí con una de mis pasiones: la ópera.

Tras esta novela, y ya con el gusanillo de la escritura bien instalado en mi cerebro, me di cuenta de que, a pesar de que no me apetecía en exceso, estaba moralmente obligado a escribir una historia que se desarrollara en un hotel.

"La novela, que fue coeditada, tuvo muy buena aceptación en su momento por los lectores, y tuve la inmensa fortuna de que cayera en manos del cineasta Javier Elorrieta"

Por supuesto, en este caso la labor de investigación ya se daba por hecha, pero no la de la trama principal: un atentado terrorista en un hotel madrileño perpetrado por el grupo extremista Boko Haram, que decidía actuar por primera vez en Europa. Aquí sí que tuve que realizar una intensa labor de campo y estudiar el nacimiento y posterior desarrollo de la organización nigeriana. Como en mis novelas posteriores, tuve la fortuna de contar como asesores con un inspector jefe de la Policía Nacional, un fiscal de sala y un médico cirujano.

Para las dos subtramas, dos historias de amor prohibido, usé, con nombres falsos por supuesto, arquetipos de personajes que había conocido por los hoteles que dirigí, tanto entre el personal como entre los clientes.

La novela, que fue coeditada, tuvo muy buena aceptación en su momento por los lectores, y tuve la inmensa fortuna de que cayera en manos del cineasta Javier Elorrieta. Este se enamoró desde el primer momento de la historia. Ante mi pasmo, me ofreció llevarla al cine. Acepté de inmediato, muy ilusionado además cuando me aseguro que trabajaría con él en el guion, que resultó una de las experiencias más fascinantes de mi vida.

"Ahora, cuatro novelas después y ante la reedición de Delfines de plata por parte de mi querida editorial Alrevés, no puedo dejar de mirar hacia atrás con mucha nostalgia"

Lo que yo desconocía era los tiempos en los que se mueven las producciones audiovisuales. Javier peleó como un jabato hasta conseguir que RTVE y Atlantia Films se involucraran en el proyecto y, ahora, ¡ocho! años después, se acaba de estrenar la película en salas, para posteriormente ser emitida en RTVE y plataformas.

Quizá el piropo que más me ha gustado respecto a la novela me vino de Rodolfo Sancho, que interpretó el rol de «mi» comisario Javier Gallardo, al afirmar que le impactó mucho la forma en la que todas las tramas y subtramas, aparentemente inconexas, se van acercando hasta quedar perfectamente encajadas en la historia.

Ahora, cuatro novelas después y ante la reedición de Delfines de plata por parte de mi querida editorial Alrevés, no puedo dejar de mirar hacia atrás con mucha nostalgia. Quiero creer que es por las anécdotas que me ocurrieron en el hotel en los albores de mi profesión, pero sé que me engaño. Lo que añoro son aquellos quince años que ya nunca volverán.

—————————————

Autor: Félix García Hernán. Título: Delfines de plata. Editorial: Alrevés. Venta: Todos tus libros, Amazon, Fnac y Casa del Libro.

5/5 (4 Puntuaciones. Valora este artículo, por favor)
Notificar por email
Notificar de
guest

0 Comentarios
Feedbacks en línea
Ver todos los comentarios