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Días como este, de Oriane Smith y Alice Gravier: Mirada y encuentro

Días como este, de Oriane Smith y Alice Gravier: Mirada y encuentro

Libros como éste de Oriane Smith y Alice Gravier muestran con suma precisión la naturaleza lírica del álbum ilustrado, su especial capacidad para adaptar el registro musical de lo poético al ámbito visual. El niño acompañado por el adulto que le lee o el adulto que lee para sí mismo encuentra en el dibujo la imagen viva de la letra, una forma de energía que convierte el acto de lectura en un contacto primitivo (auroral, originario) con el mundo representado.

De ahí el encuentro frecuente entre este género plástico y la poesía: comparten su facultad para la celebración del vínculo entre la palabra y su contenido, entre el dibujo y su contenido. Ambos son lenguajes universales, previos a la complejidad de la palabra novelesca, y ambos congregan a un lector universal que inaugura su conocimiento de la vida o celebra la permanencia de este vínculo.

"La espera y el encuentro, unidos por el acto de la observación, son los ejes simbólicos de este álbum: las jambas y la luz del mismo"

En el caso de Días como este la condición lírica es plena, literal, pues el punto de partida mismo es un poema. Sobre él se disponen, geminadas, las imágenes, láminas en página par e impar que iluminan un mismo verso. Antes de acceder al contenido de estas parejas, el propio álbum adelanta su condición lírica, pues cita en el umbral del libro a Rainer María Rilke, uno de los grandes poetas del simbolismo europeo moderno: “Incluso si apagan las luces, si me dicen: ‘Ya se acabó’ (…) me quedo, a pesar de todo. Siempre hay algo que ver”. El libro se cierra, en el otro hemisferio de las guardas, con las dedicatorias de ambas autoras, que aluden en sus palabras a la observación y al encuentro.

La espera y el encuentro, unidos por el acto de la observación, son los ejes simbólicos de este álbum: las jambas y la luz del mismo. No es de extrañar, por ello mismo, su aproximación estética al mundo oriental, a la mirada característica de las estampas de la vida corriente japonesa. Los dibujos recuerdan en muchos aspectos a éstas: importancia del paisaje, predilección por las ventanas, objetos en primeros planos, apoyados en el alféizar, perspectivas extremas alternando con la mirada serena, línea precisa, cromatismo vibrante, gusto por el detalle cotidiano… Hasta farolillos cuelgan de la habitación del niño protagonista, aunque éste sea un muchacho occidental.

"Esta forma de mirar, abierta a los misterios de la vida, se acoge a la imaginación idílica, presenta el discurrir estacional, la alternancia de la luz y la oscuridad, de la alegría y la desgracia"

En realidad los protagonistas son dos, pues como se dijo arriba, dos son los puntos de vista complementarios que iluminan cada uno de los versos escritos por Oriane Smith. Las láminas de Alice Gravier, bien invirtiendo el eje de la mirada (plano-contraplano), bien deslizándose sobre éste (aproximaciones o alejamientos), bien disponiéndose en puntos diferentes del eje de ordenadas (picados y contrapicados), bien acercando la lupa en ejercicio de miniaturismo (ver cómo una hormiga mordisquea una fresa) o alejándolo para mostrar espacios remotos, ofrecen al lector una doble posición frente a fenómenos compartidos.

Esta duplicidad se orienta en el álbum hacia la belleza (cientos de luciérnagas en la inmensidad de la noche) aunque en ocasiones aflora también una segunda posibilidad inherente a los ejercicios de extraposición: la sonrisa. La obra permite la exaltación de un modo de existencia atenta. Esta forma de mirar, abierta a los misterios de la vida, se acoge a la imaginación idílica (elementos de la naturaleza y del espacio doméstico), presenta el discurrir estacional, la alternancia de la luz y la oscuridad, de la alegría y la desgracia.

El objetivo de los versos y las láminas es concentrar la totalidad de la vida, mostrar sus diferentes facetas, la pluralidad de descubrimientos en la cuenta desigual de los días. Se reserva para el final una escena a doble página (la única) de encuentro. Ella confirma al lector en el itinerario de lectura recorrido (la hipótesis sobre el sujeto que observa en cada una de las imágenes ofrecidas en paralelo), revela la identidad de los mismos, pero sobre todo cumple una última función, acorde con lo prometido: quien mira con atención tiene más posibilidades de encontrarse con lo que ahí estaba.

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Autora: Oriane Smith. Ilustradora: Alice Gravier. Traductor: E.B. del Castillo. TítuloDías como este. Editorial: Libros del Zorro Rojo. Venta: Todos tus libros, Amazon, Fnac y Casa del Libro.

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