El profesor de historia Carlos de Miguel, autor del podcast El ocaso de Roma y especialista en el Bajo Imperio romano, nos invita a un viaje épico por el corazón de un mundo sometido a cambios trascendentales, en esta ocasión a través de la mirada de Constantino cuando era pequeño.
En este making of Carlos de Miguel explica cómo escribió El joven Constantino: El ocaso de Roma II (Espasa).
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Es duro y frustrante para el historiador encontrarse con un vacío en las fuentes. Una biblioteca quemada hace dos milenios, el saqueo de una ciudad, una erupción volcánica o una plaga de termitas en un monasterio medieval pueden dejar al historiador, siglos después, desprovisto de las pistas necesarias para completar su trabajo.
Como divulgador histórico e investigador, siempre sentí esa ausencia de fuentes como una losa que condicionaba mi trabajo. Hablar de un personaje que se ha mantenido en la sombra durante las primeras tres décadas de su vida a menudo hace que el relato quede cojo, incompleto.
Así que, ¿cómo acceder a esos años oscuros? ¿Cómo conocer la infancia y juventud de uno de los personajes más trascendentales de la historia?
No hay ciencia que pueda resolverlo, así que, como autor e investigador, decidí ser yo mismo quien reconstruyera esos años. Como el matemático que debe despejar una incógnita conociendo el resto de la ecuación, me propuse hacer lo mismo con el enigma que suponen los primeros años de Constantino. Pero ¿qué herramienta utilizaría? La imaginación. Escribiría una novela histórica recreando esos años desconocidos. Y ya puesto en la tarea, decidí que mi propósito debía traducirse en una saga, una trilogía que describiera la infancia y juventud del futuro emperador.
Es cierto que la novela histórica se basa en la imaginación, en la inventiva, y por lo tanto no es una ciencia basada en hechos científicos. Sin embargo, pienso que es una maravillosa manera de acercarse a los años oscuros del personaje. Además, aunque la imaginación sea libre, en mi caso siempre queda sujeta al rigor histórico a la hora de describir la vida cotidiana y los procesos políticos de la época. Nada sabemos de estos años, pero conocemos a los emperadores que reinaron entonces, las guerras que hubo y las calamidades que existieron. Así, el novelista, con habilidad, solo tiene que llenar espacios y colocar decorados aquí y allá, creando un trampantojo pintoresco y fascinante.
Cubrimos así la ausencia de fuentes, el silencio de los registros, con la imaginación del escritor.
Ese fue mi propósito desde el principio, y ese debe ser el fin de la novela histórica: despejar las incógnitas y sacar a la luz los enigmas que, a lo largo de los siglos, como la arena, cubren los acontecimientos pasados.
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Autor: Carlos de Miguel. Título: El joven Constantino: El ocaso de Roma II. Editorial: Espasa. Venta: Todos tus libros.
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