Editores en el certamen de Úbeda: y hasta aquí podemos leer

Con este artículo queremos darle voz a unos invitados muy especiales: esos editores que han tenido a bien compartir con nosotros estos días en Úbeda, algunos por primera vez, otros ya viejos conocidos. Ellos y ellas son unos de los principales animadores del certamen, tanto por los autores de los que se hacen acompañar, como por las novelas que nos presentan, como por los proyectos que nos adelantan, muchos en primicia. Suya es la mano que mece la cuna de tantos libros que nos han acompañado y de tantos buenos ratos de lectura que nos esperan. Gran parte del mérito es suyo cuando un ejemplar llega nuevecito y flamante a las manos de los ávidos lectores, han compartido sudor y esfuerzo con el escritor (si no lo han descubierto en muchos casos) y han sacado la tijera para podar lo que sobra y realzar las virtudes de tantos manuscritos.

Si tenemos que empezar por orden de antigüedad, oigamos primero a Penélope Acero de Edhasa, quizás la que en más ediciones nos ha acompañado y la que mejor nos conozca. Además de ser la principal responsable de que abrir un libro con cinta de lectura de su editorial trasmita tanta confianza en contenido de calidad, siempre está dispuesta a romper la monotonía de las presentaciones con cualquier cosa (literal) que se saca de su chistera y ha sido la principal instauradora de la “sana” costumbre de invitar a churros a los asistentes a la primera charla de la mañana:

“¡No nos mires, únete!”

Y es que así clamaban, vociferaban las gentes por las calles de Úbeda. Porque un año más, y casi no puedo contar cuántos (pero espero que sean muchos más), se notaron el calor, las risas y el estrés bien llevado. Porque un año más, valga la redundancia, el Certamen de Novela Histórica Ciudad de Úbeda llenó las calles de esa pequeña y maravillosa ciudad de historia y literatura. Charlas de todos los colores, autores llegados de todas partes, chismorreos en las terrazas… y risas, muchas risas. Novelas siempre, y también recreaciones históricas, con las que te mueves a otras épocas y lugares. No hay tiempo para todo, no hay descanso. Y yo sigo echando de menos ahí las espadas; si hay que matar, prefiero hacerlo mirando a los ojos.

Pero, en definitiva, no importa el cansancio acumulado de un mes de octubre en el que se encadenan ferias y promociones. El Certamen te imbuye de positivismo y alegría (pese a que personalmente no fuera mi mejor año) para encarar lo que queda de temporada y buscar nuevas lecturas y autores con los poder compartir la siguiente edición. No me puedo olvidar de los que estuvieron este año: mis Teo y Zoilo, a los que quiero tanto y a quienes tanto debo; y dos nuevos en Edhasa: César y Matthew, a los que querré seguro, porque así me llegaron esos días. ¡Tenéis que leerlos, a todos!

Y es que no hay más. O sí, demasiadas cosas, porque ya hemos conseguido hasta instaurar los churros de desayuno en esas presentaciones taaan mañaneras del fin de semana. Lo decían los hippies y lo gritamos ya todos. Quien no lo ha vivido no sabe lo que es. “No nos mires, únete”. O sea, ven al Certamen de Úbeda, j…

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Seguimos con Carlos Alonso de Pamies, uno más de la familia. No en vano su editorial los que llevan publicando durante los últimos ocho años al ganador del Premio Ciudad de Úbeda y a buen ramillete de elegidos finalistas que también llegan a las estanterías de las librerías por medio del buen hacer de Carlos y Conchi Gabana. Esto es hacer cantera y ríanse ustedes del autobombo de tantos equipos de futbol:

Yo conozco el certámen porque Pablo se pone en contacto conmigo a finales de 2017 o principios de 2018 para ofrecerme la posibilidad de publicar el Premio de Novela Histórica a partir de la siguiente edición. La respuesta fue positiva, llegamos a un acuerdo y hasta ahora… Son ya ocho ediciones, el premio y el certamen han ido evolucionando y creciendo y creo que Úbeda se está convirtiendo en un destino obligado para autores, editores, periodistas y todo tipo de profesionales y aficionados a la novela histórica: un lugar de encuentro enriquecedor donde poder compartir experiencias de todo tipo.

A este crecimiento, aparte del trabajo de toda la organización, trayendo desde autores noveles a primeros espadas, y autores internacionales de la narrativa histórica y todo tipo de editores, creo que también ayuda la cuantía del premio, el mejor dotado de toda Europa de novela histórica.

En resumen, la experiencia todos los años es muy positiva y el crecimiento es sostenido, y se nota.

Tal vez tendría que comentar que si el certamen quiere seguir creciendo da la sensación de que necesitaría también crecer en presupuesto.

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Entre los casi recién llegados hay que incluir a Óscar González y Alberto Pérez Rubio de Desperta Ferro, que se han paseado por Úbeda con gran éxito del brazo de sus flamantes fichajes Sandra Parente y Juan Luis Gomar (que a todo el mundo despistó por quitarse las gafas y dejarse barba, a diferencia de la foto con la que se promocionó su presentación). Motivos para presumir tienen, en dos años han conseguido dotar a las novelas que publican de una personalidad propia en consonancia con el trabajo que hacen en su revista. Ilustraciones de portadas, cubiertas, mapas, posfacios históricos y anexos son ya una seña de identidad. Esto nos cuenta Óscar de su paso por Úbeda:

Desde Desperta Ferro Ediciones conocemos el Certamen desde hace un tiempo, como seguidores de la novela histórica, y asistimos como editores desde 2024. En esta segunda participación nuestra, con dos novelas—–Las máscaras de Julia de Sandra Parente y Una canción de mar de Juan Luis Gomar—, hemos disfrutado aún más de la experiencia, del contacto con otros autores y editores, del cariño de los lectores y del buen hacer y la bonhomía de los organizadores. Pasar el fin de semana en un rincón tan acogedor como es Úbeda añade un placer extra, pues, aun siendo trabajo, uno también tiene ocasión para desconectar del día a día. Como aspecto a mejorar, y aun siendo conscientes de lo apretado de la agenda del fin de semana, especialmente el sábado, espaciaría un poco la presentación de la novela respecto la firma por parte de su autor/a, y sería ideal que no se solaparan las recreaciones con las presentaciones de libros. Por lo demás, solo cabe felicitar a organizadores y patrocinadores por hacer que esos días en Úbeda sean tan agradables, mágicos. ¡Qué ganas de volver en 2026!

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Y por último, pero no por ello menos importante, el recién llegado sello de Istoría que viene pisando fuerte desde antes de llegar a la mesa de novedades. Como si fueran playas normandas, los adoquines del casco histórico de Úbeda fueron testigos del desembarco de Roger Domingo y su impresionante despliegue de autores, unos ya publicados (Daniel Corpas, Verónica Martínez Amat y Blas Malo) y los otros aún con fecha de lanzamiento por llegar. En una mesa de impacto visual fueron desgranando mes a mes su calendario de lanzamientos para 2026, en algunos casos en rigurosa exclusiva que decían los plumillas de antes. Esta es la opinión que Roger Domingo quiere compartir con los lectores de Zenda:

Quien esto escribe llevaba tiempo siguiendo el Certamen de Novela Histórica de Úbeda desde la lejanía, como simple aficionado al género y cada año con el mismo pensamiento: a ver si el próximo año me puedo escapar y acercarme a Úbeda. Pero este año nunca llegaba. Al final el día a día le come a uno y no le deja asistir a todos los eventos a los que desearía.

Este 2025, en cambio, ha sido distinto. Este 2025 hemos lanzado istoría, el nuevo sello de novela histórica que llevábamos un tiempo preparando en Grupo Planeta. Y, como no podía ser de otro modo, lo primero que hicimos una vez tuvimos el plan editorial organizado fue llamar a la organización del Certamen de Novela Histórica de Úbeda para consultar si verían con buenos ojos que presentáramos ahí el nuevo sello.

La respuesta fue positiva y, con ello, este 2025 finalmente he podido asistir. Y para mi sorpresa puedo decir que se trata de un certamen incluso mejor de lo esperado y, créanme, las expectativas eran especialmente altas. Tal y como le respondí al escritor y habitual del certamen David Yagüe cuando me preguntó qué me había parecido, la experiencia fue altamente satisfactoria. El certamen es el punto de encuentro de buena parte de los escritores, editores y lectores de novela histórica de este país, que conviven en agradable armonía durante los días que dura el evento en múltiples presentaciones, comidas, cenas, copas y encuentros casuales en los pasillos. Y todo ello perfectamente organizado y con unos responsables siempre atentos y dispuestos a ayudar y a solucionar cualquier duda.

Además, en la edición de este año tuvimos ocasión de presentar dos novedades editoriales, las novelas de Verónica Martínez Amat y de Blas Malo, y de presentar también istoría, nuestro nuevo sello de novela histórica. Junto a ocho de sus autores presentamos el plan editorial de 2025 y del próximo 2026, así como las líneas editoriales del nuevo proyecto.

Sin duda alguna, Úbeda se convertirá en cita anual en los años venideros para presentar los nuevos títulos de istoría y para compartir tiempo y mantel con autores, editores y lectores de novela histórica.

Y hasta aquí podemos leer, como oíamos decir tantos maravillosos viernes en la parte de la subasta del 1, 2, 3. De tantas otras cosas que se han hablado en Úbeda tardaremos algo más en enterarnos, sobre todo si cristalizan las escenas de balcón que todos los años se producen entre autores y editores ¿Quién se habrá dejado llevar por los cantos de sirena de un cambio editorial? ¿Quién venía con un manuscrito debajo del brazo a la búsqueda de sello que lo publique? ¿Cuántos fichajes se habrán concretado con una servilleta firmada en la Beltraneja? Nunca se sabe, de algunas cosas nos enteraremos y antes de nueve meses. De otras no se volverá a oír salvo que sus protagonistas se animen a recordarlo, ya se verá. Al final, lo que pasa en Úbeda, se queda en Úbeda, pero solo a veces. En su mano está pasarse a vivirlo con nosotros en la edición de 2026. Volveremos.