En México, como supongo ocurre en todo el mundo, aún es posible descubrir grandes autores casi secretos que van construyendo una obra literaria en la que solo prima la búsqueda de una escritura que alcance, aun a riesgo de fracasar, las más altas cotas de valor artístico. Uno de ellos es Luis Armenta Malpica (Ciudad de México, 1961) una de las voces más genuinas de la poesía mexicana actual. Vaso Roto acaba de reunir una selección de su poesía llevada a cabo por Luis Aguilar en el libro El agua recobrada, donde es posible descubrir, como ha reseñado Armando Alanís, “una poesía pulida en el habla y a través del habla y purificada en el más profundo de los sentidos, es decir, ensanchada a fuerza de diálogos con la tradición y con el arte”. Tensando el lenguaje a partir de la eterna tentación de un retorno al pasado o de la escritura destinada a proyectar un devenir, la poética de Armenta Malpica es, en efecto, como el agua que baja apenas de los montes nevados donde, más que la dureza del hielo, se percibe la blancura de la memoria o la inocencia del habla cuando ha recuperado el fluir entre las piedras. Hombre cercano a las expresiones sutiles de muchos artistas de todas las disciplinas en todas las épocas, este poeta abreva y recupera sin complejos la tradición de poetas como José Gorostiza, César Vallejo, Octavio Paz o Gonzalo Rojas, y usa la ausencia como referente y como significante del dolor. Autor de más de una veintena de poemarios, entre sus obras destacan Enola Gay, El mundo era un prodigio, Ebriedad de Dios, Luz de los otros, El cielo más líquido en cielo de nadie o Greetings to the Family. Alanís recuerda con acierto que la poesía de Armenta Malpica es estruendo de música que nos pronuncia y provoca un incendio donde se refresca nuestra memoria con la convicción de que renaceremos de las cenizas y así, renovados, “reapalabrados”, podremos entender que somos eso que damos y eso que recibimos. En el caso de este excelente autor, pura poesía.
DIFERENTES
Para quienes no saben qué pueden ser los chuleles, los aluxes o las swateyomeh, o dónde habitan los yankopek y los cadejos, o cuál es el origen del cucuy y del kakasbal, el escritor Juan Gedovius (1974) ha escrito un libro sui generis titulado DiferENTES, en el que recupera los relatos de estas criaturas fantásticas que pueblan el imaginario de la tradición mexicana, creando al tiempo su propia versión ilustrada de cada una de estas criaturas fantásticas. Dividido en ocho categorías (Traviesos, infames y diminutos; Subacuáticas; Feroces y espantosos; Cuidabosques; Escamosos; Malditas y bebedores de sangre; Los muy grandotes, y Pajaruchos) DiferENTES no es, sostiene Gedovius, un “bestiario”, porque muchos de esos personajes no son realmente bestias, sino entes o criaturas que habitan en la tradición oral y que moran en los jardines, cuidan los bosques, juguetean en lagos, ríos, lagunas y acechan en la oscuridad para sorprendernos”. Aunque Gedovius ha compilado una centena de personajes, en DiferENTES eligió poco más de 50 con la intención de que reflejen nuestra necesidad de resignificar y ponerle nombres y características a un montón de fenómenos como la lluvia, el trueno, el crecer de los ríos o las nubes. Gedovius reivindica que la mexicana es una sociedad a la que le gusta la magia, que es “cuentera” por naturaleza y le agrada hablar de cosas que dan miedo más allá de la guerra o la violencia. Por otra parte, su libro es una sutil reivindicación de la fantasía autóctona alejándose de modas y de imaginarios donde prevalecen los elfos, los duendes o los dragones, porque sabe que casi en cada charco de México hay una sirena diferente.
PULQUE Y LITERATURA
Bajo el volcán hay una corriente muy particular donde siempre están unidas la más pura tradición festiva, la literatura y la música. Por eso tienen lugar pachangas como la que está organizando en Ciudad de México la pulquería La Hija de los Apaches (calle Claudio Bernard 149, colonia Doctorer), donde se mezclarán la venta de libros a precio de saldo, la lectura de obras seleccionadas, la música en vivo y la bebida de los viejos dioses. Entre las editoriales participantes se encuentran Ficción Emergente, Diatriba, Ediciones Amatlioque o Resistencia. El reventón será el sábado 5 de julio al mediodía. Un libro bien vale un buen pulque. Salud.
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