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El arte tartésico o el descubrimiento del año

El arte tartésico o el descubrimiento del año

Los habitantes de Focea —ciudad griega de Asia Menor, en la actual Turquía— fueron los primeros griegos que realizaron largos viajes por mar, y son ellos quienes descubrieron el Adriático, Tirreno, Iberia y Tarteso. No navegaban en naves mercantes, sino en penteconteros. Y, al llegar a Tarteso, se hicieron muy amigos del rey de los tartesios, cuyo nombre era Argantonio, que gobernó Tarteso durante ochenta años y vivió en total ciento veinte. Pues bien, los foceos se hicieron tan grandes amigos de este hombre que, primero, los animó a abandonar Jonia y a establecerse en la zona de sus dominios que prefiriesen, y posteriormente, al no lograr persuadir a los foceos sobre el particular, cuando se enteró por ellos de cómo progresaba el medo —es decir, los persas aqueménidas— les dio dinero para circundar su ciudad con un muro. Y se lo dio a discreción, pues el perímetro de la muralla llegó a medir, efectivamente, no pocos estadios, y toda ella es de bloques de piedra grandes y bien ensamblados.

"Este descubrimiento destruye la visión tradicional de la cultura de Tartessos, que siempre había representado divinidades mediante animales, vegetales o betyls (piedras sagradas)"

Salvo las dos acotaciones entre guiones, la Romanza de esta semana no la escribe éste que les habla cada martes, sino alguien mucho más interesante, esto es, Herodoto, considerado el primer historiador, el primer reconstructor del pasado allá por la edad de los griegos. Y habla de Tartessos, el extraordinario mito que hemos venido a tratar hoy. Y es que varios arqueólogos del CSIC han realizado un descubrimiento sorprendente en el yacimiento tartésico de Casas del Turuñuelo, en Guareña (Badajoz), que desafía todas las certezas que hasta ahora teníamos sobre la civilización tartésica, demostrando que para romper un axioma sólo hace falta una duda. Los científicos han hallado dos figuras femeninas completas con pendientes destacados, piezas típicas de la orfebrería tartésica. Este descubrimiento destruye la visión tradicional de la cultura de Tartessos, que siempre había representado divinidades mediante animales, vegetales o betyls (piedras sagradas).

"Más allá de lo científicamente relevante, que tiene que ver con el paradigma religioso y espiritual, lo cierto es que el hallazgo es de un mérito artístico sin igual"

Pero más allá de lo científicamente relevante, que tiene que ver con el paradigma religioso y espiritual, lo cierto es que el hallazgo es de un mérito artístico sin igual. Las figuras se tallan con una técnica que, al contrario de lo que se había pensado hasta ahora, no tiene nada que envidiar a las avanzadísimas culturas del Oriente Medio y Próximo. Demuestra también que ese gusto por el arte que aún hoy en día se conserva en ese triángulo tartésico, tierra de poetas, pintores, cantantes y artistas, es un gusto milenario, legendario diría yo. Cuando en el resto de la península andaban entretenidos con pequeños artilugios de cobre y cerámica de Cogotas, asociados a la luz y a la rica tierra en torno los primeros ríos civilizados, Guadalquivir y Guadiana, en torno a la primera sociedad occidental sita en Gadir, un grupo de protocreadores perfilaban unas figuras que pueden mirar a los ojos a las figuras talladas en siglos muy posteriores. Extraña tierra esta al sur de España, que todavía hoy puede, incluso muertos y enterrados sus habitantes, sacar un pellizco de buen arte.

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Josey Wales
Josey Wales
11 meses hace

Felicito al señor Mayoral por el gusto en el tema elegido y el esfuerzo que ha hecho en documentarse. El hallazgo ha sido sorprendente. No hace falta siquiera ser aficionado a la Historia Antigua; en realidad, es un hallazgo que origina afición, por su belleza y dominio de la técnica. Es un misterio indescifrable la suposición o prejuicio de que los hombres de hace 3.000 años no tenían sentido de la belleza o no sabían expresarlo bien. Estos restos nos dan una pista de que no era así, y que si realmente hay que atribuir la fealdad y la esterilidad a un tiempo, es al nuestro.

Xulia
Xulia
11 meses hace

Porqué femeninas?

Ricarrob
Ricarrob
11 meses hace
Responder a  Xulia

Es evidente. Y solo desde nuestra época podemos hacernos semejante pregunta. Porque los antiguos no tenìan dudas de ese tipo y las cosas estaban perfectamente claras y delimitadas, de acuerdo con el diseño de la naturaleza, independientemente de que las sociedades fueran matriarcales o patriarcales. Porque eran sociedades no suciedades, como ahora. Porque el rostro femenino se adorna y embellece, como algo natural, desde que bajamos de los árboles. Porque la naturaleza es sabia e impone sus dictados a pesar de los constructos posmodernos.

Pirandelliano
Pirandelliano
11 meses hace
Responder a  Xulia

Exacto, ¿Quién nos asegura que no eran personas no binarias asignadas mujeres al nacer?

Ricarrob
Ricarrob
11 meses hace
Responder a  Pirandelliano

Contextualicemos, por favor. Estos constructos son producto únicamente de nuestra época y no perdurarán… espero. A este paso vamos a llegar a decir cosas como que «La victoria de Samotracia» era un «trans» o que la Gioconda era realmente un Giocondo como ya insinuó el subnormal de Duchamp. O que la Dama de Elche era un tío. No traslademos al pasado nuestros tristes traumas, no se lo merecen.

Josey Wales
Josey Wales
11 meses hace
Responder a  Pirandelliano

Me ha arrancado usted la carcajada del día.

Pirandelliano
Pirandelliano
11 meses hace
Responder a  Josey Wales

Espero que al menos usted pillara la ironía en mi comentario 😉

Ricarrob
Ricarrob
11 meses hace

Estupendo artículo. Recordar esta impresionante civilización todavía tan desconocida que duró quizás 700 años o más y que demuestra la gran riqueza étnica y cultural de este país. Lección para los que pretenden que nuestra historia comienza con el siglo VII y que somos todos árabes (aunque haya también quienes pretenden que empieza en el 36). Riqueza, amalgama, sincretismo, historia desde lo más remoto de los tiempos, hibridación, mestizaje, eso es lo que somos.