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El Quattrocento y el Cinquecento cambian el mundo del arte

El Quattrocento y el Cinquecento cambian el mundo del arte

A lo largo de la historia se han ido alternando distintos tipos de variantes artísticas. Después de cientos de años en los que el arte evolucionó lentamente durante la Edad Media, llegó el momento en que un grupo de hombres influyentes decidió dar un impulso a unas ideas capitaneadas por auténticos creadores revolucionarios, que volvían la vista a los tiempos de esplendor grecorromanos, cuando los procesos de creación se mostraban desbordantes, ingeniosos y llenos de vida. Así nació el Renacimiento: un movimiento estético y cultural íntimamente ligado al poder de los príncipes y los papas. Fue, a la vez, un reflejo de la alta política y a la vida cotidiana, en el que los artistas fueron capaces de elevar las artes a niveles sorprendentes, situando al hombre en el centro del mundo y sustituyendo el sentido teocrático de la vida por una visión humanista, como había ocurrido ya hacía miles de años.

En el siglo XV, el interés pecuniario de las clases episcopales y políticas lo domina todo, y el cristianismo se convierte en un mercadeo de bulas con fines recaudatorios. Este sentido de la vida provoca un rechazo por parte de los teólogos del momento, quienes impulsan un debate y un cambio en las estructuras religiosas y políticas.

"En este marco, el licenciado en Historia del Arte y Arqueología, doctor en Arquitectura, profesor universitario y escritor Alberto Garín, ha publicado su más reciente obra, titulada Renacimiento: El arte que conquistó el mundo"

En la centena de mil cuatrocientos, nace el denominado Quattrocento como corriente intelectual revolucionaria en las florecientes y ricas repúblicas de Florencia, Venecia, Génova y Milán, hecho que supuso un lento revulsivo que, con el paso del tiempo, fue imponiéndose en Europa y acabó por desterrar al poderoso estilo borgoñón. Esta corriente, que llevaba décadas floreciendo, era así: “una corriente artística dogmática e inmutable, llena de verdades incuestionables, que se vio desbordada y apartada por un poderoso debate crítico iniciado por jóvenes y revolucionarios creadores”.

En este marco, el licenciado en Historia del Arte y Arqueología, doctor en Arquitectura, profesor universitario y escritor Alberto Garín (Madrid, 1971), ha publicado su más reciente obra, titulada Renacimiento: El arte que conquistó el mundo.

El liderazgo de esta tendencia correspondió a Florencia, bajo los designios de la familia Medici. Todo empezó con el abuelo de la saga, Cosme, continuó con su hijo Juan y alcanzó su impulso glorioso con su nieto Lorenzo, conocido como “El Magnífico”, quien dio el empuje definitivo para que al periodo comprendido en las décadas iniciales del siglo XVI se le conociese como Cinquecento.

"El autor señala, además, que en los países de influencia protestante la penetración del movimiento renacentista fue menor que en el resto, al considerarse una corriente ligada a los sucesores de San Pedro"

Según la teoría descrita en su detallado ensayo, Garín afirma que, debido a la implantación del estilo borgoñón y hasta que los papas de Roma abrazaron la corriente artística renovadora e hicieron de la tendencia renacentista el arte del mundo católico, no puede hablarse de una verdadera universalización del Renacimiento.

El momento en que el Renacimiento deja de ser un proceso local italiano para transformarse en una revolución creadora en Europa se produce después del Saqueo de Roma por las tropas del emperador Carlos V. El autor señala, además, que en los países de influencia protestante la penetración del movimiento renacentista fue menor que en el resto, al considerarse —por parte de sus príncipes— una corriente ligada a los sucesores de San Pedro.

A lo largo de su ensayo, Garín, con una prosa didáctica, amena y llena de conocimiento, va describiendo cómo es el ámbito político, social, cultural y militar en que se va desarrollando el nuevo proceso artístico, y la repercusión que en su expansión tienen las diversas guerras que se producen en Italia, así como la forma en que los militares al frente de los diversos ejércitos propiciaron que la cultura renacentista llegue a los más diversos confines de Europa.

"El ensayo de Garín condensa, con todo lujo de detalles, lo que fue, significó, cómo se desarrolló y de qué manera las influencias políticas determinaron la importancia de uno de los estilos culturales más importantes de Europa"

A través del libro, el autor analiza el impacto que tuvo la aparición de la imprenta, las rivalidades entre Miguel Ángel, Leonardo da Vinci y Rafael, y el peso del poderoso clan de los valencianos Borgia. Dedica varios capítulos a describir la importancia que tuvieron los reyes españoles en el movimiento, y de qué manera el rey Felipe II debe ser considerado como uno de los príncipes del Renacimiento y uno de sus principales impulsores, tanto en la pintura, la arquitectura y las letras, como en su empeño por reunir una biblioteca digna de un monarca renacentista.

El ensayo de Garín condensa, con todo lujo de detalles, lo que fue, significó, cómo se desarrolló y de qué manera las influencias políticas determinaron la importancia de uno de los estilos culturales más importantes de Europa. Destacan las numerosas reflexiones que el lector puede encontrar y que convierten el ensayo en una erudita y detallada recopilación de lo ocurrido en aquel periodo, razones más que suficientes para recomendar la lectura de una etapa apasionante de la historia europea, donde el arte y el pensamiento volvieron a colocar al ser humano en el centro del universo.

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Autor: Alberto Garín. Título: Renacimiento: El arte que conquistó el mundo. Editorial: HarperCollins. Venta: Todos tus libros.

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Mario Raimundo Caimacán
Mario Raimundo Caimacán
1 mes hace

El gran pintor Sandro Botticelli fue el primero en superar la pintura religiosa, propia de la oscura mentalidad teocrática medieval, y conforme al Renacimiento y el Humanismo, tomar al hombre como centro del universo y así pintó “Venus emergiendo de las aguas” escudándose en la mitología clásica para pintar a una mujer desnuda, lo que levantó un escándalo entre tanto cura mojigato, quienes iniciaron una campaña contra el libertinaje de Botticelli quien fue amenazado de ser excomulgado (la muerte civil) y morir quemado vivo en la hoguera y después sufrir eternamente los tormentos del Infierno, que el pobre Botticelli desistió de pensar con cabeza propia, aceptó arrepentido y temeroso todas las órdenes de los curas con poder, no pintó más nunca otro desnudo, solo recatadas y castas figuras religiosas, y vivió el resto de su vida como un asustado muchacho de los mandados de los jerarcas de la Iglesia.

Mario Raimundo Caimacán
Mario Raimundo Caimacán
1 mes hace

Quizás lo mejor de la unificación de Italia a fines del siglo XIX fue que el Papa perdió su antes extenso poder temporal y se dedicó a lo suyo, a ser guía religioso en sociedades no teocráticas, donde existe la separación de la Iglesia y del Estado. En Costromo nos fastidia tanta rezadera, tanta penitencia, tanto “mea culpa”, tanto arrodillarse, tanto castigo y tanta hipocresía, y por eso sentimos aversión por las “guerras santas” y toda inquisición y nos compadecemos de tanto fanático adoctrinado y más de aquellos que creen que un simple y mortal gobernante puede ser “un Dios Viviente” o que un Dios pueda ser tan malvado que condene a la ignorancia y a la servidumbre a la mejor mitad de la Humanidad: las mujeres. ?Acaso Dios nos creó para condenarnos a la esclavitud o la servidumbre eterna?