Figuras ocultas

Nos situamos en plena Guerra Fría. Concretamente, en los dos primeros años de la década de los años 60. La carrera espacial entre Estados Unidos y la Unión Soviética acababa de comenzar. Los primeros en obtener el éxito habían sido los soviéticos. El 12 de abril de 1961 consiguieron que Yuri Gagarin diera una vuelta completa alrededor de la Tierra, convirtiéndose así en el primer vuelo orbital tripulado de la historia.

Este hito noqueó el orgullo de los estadounidenses. Para reponerse, buscaron otro objetivo: ser los primeros en orbitar la Tierra más de una vez. Por eso todos los esfuerzos de la NASA se enfocaron en superar a sus enemigos lo antes posible.

Figuras ocultas (2016, dirigida por Theodore Melfi) es un película que recorre una de las épocas más apasionantes de la historia de la tecnología. Muestra, sobre todo, el ingente esfuerzo que hizo Estados Unidos para conseguir que John Glenn subiera al espacio y regresara de él sano y salvo. Además de la información que aporta, ya que está muy bien documentada, transmite unos valores educativos muy potentes, perfectamente aprovechables en las aulas.

"En Estados Unidos seguía habiendo segregación racial en 1961. Se encontraba en uno de los momentos cruciales por la lucha de los derechos humanos de los negros, con Martin Luther King a la cabeza"

Las protagonistas son tres mujeres de raza negra que interpretan a personajes que realmente existieron. Taraji P. Henson a Katherine Johnson, Octavia Spencer a Dorothy Vaughan y Janelle Monáe a Mary Jackson. Todas comenzaron a trabajar en la NASA ocupando puestos básicos. Todas fueron pioneras en materias relacionadas con la ciencia y la tecnología. Todas tuvieron que derribar, con su talento y determinación, barreras que les impedían el desarrollo de sus carreras.

En Estados Unidos seguía habiendo segregación racial en 1961. De hecho, el país se encontraba en uno de los momentos cruciales por la lucha de los derechos humanos de los negros, con Martin Luther King a la cabeza. No era únicamente en los estados sureños, tradicionalmente racistas, donde se ponía en evidencia la desigualdad. Por muy sorprendente que hoy nos pueda parecer, también en Langley (Virginia), sede de la NASA. Un lugar donde confluían mentes brillantes, y por eso también cabría suponer, las más abiertas del país.

"Los alumnos pueden reflexionar sobre las diferentes formas en las que se manifiesta la violencia. Por una parte, están las que causan daño físico, por otra las que causan daño mental"

Ciertamente, allí no se ejercía violencia física contra los negros. No hacía falta. Trabajar en edificios separados, tener asientos apartados en los autobuses, lavabos específicos para personas de color, comedores diferentes, incluso cafeteras distintas, suponen un ejercicio de violencia psicológica sibilina, pero demoledora. Son hechos que indican un desprecio absoluto a la condición humana que todos compartimos.

A raíz de estas escenas que se muestran en la película, los alumnos pueden reflexionar sobre las diferentes formas en las que se manifiesta la violencia. Por una parte, están las que causan daño físico, por otra las que causan daño mental. Estas últimas son mucho más difíciles de detectar y de demostrar. Con todas ellas se obtiene el mismo resultado: coartar la libertad de otras personas para condicionar su comportamiento.

"La película no refleja que les tuvieran ninguna aversión específica. Por tanto, solo hay una explicación posible a lo que pasaba: lo hacían por costumbre"

Este tipo de acoso se puede dar en cualquier ámbito de la vida y, por supuesto, también en el escolar. Se ha de trabajar en la prevención de estas situaciones para que no se produzcan; y en caso de que aparecieran, erradicarlas lo antes posible. Para lograrlo, es imprescindible contar con la iniciativa del profesorado y la colaboración de los compañeros de clase y de las familias.

A mi juicio, todavía se puede profundizar aún más promoviendo una reflexión individual sobre cómo cada uno de nosotros actuamos con los demás. ¿Es un trato educado y correcto? ¿O nos conformamos con ignorar a los que no son nuestros amigos? ¿Nos preocupamos de conocer las virtudes de otros? Son preguntas interesantes para un debate cuyo fin sería mejorar la convivencia.

En la NASA no se hicieron estas preguntas. El trato discriminatorio hacia las mujeres de raza negra no tenía ningún sentido. Ni siquiera uno delirante. La película no refleja, tampoco, que les tuvieran ninguna aversión específica. Por tanto, solo hay una explicación posible a lo que pasaba: lo hacían por costumbre.

"En el caso de todas estas mujeres, aunque en la película se observa de manera más palmaria en Johnson, superaron todas las dificultades debido a su ingenio"

Nadie rompe esta penosa, por tristísima, dinámica, hasta que el jefe, Al Harrison —Kevin Costner—, en una impactante escena, descuelga a mazazos el cartel de los lavabos para las personas de color. Sin embargo, como antes, podríamos cuestionarnos: ¿por qué lo hace?, ¿está convencido de que hay que acabar con la discriminación? O, en realidad, ¿lo hace para que no desaprovechen el tiempo yendo al lavabo que les corresponde?

No todas las personas tenemos la capacidad intelectual, los recursos y los arrestos de romper esas fronteras invisibles y, sin embargo, infranqueables que nos interponen en nuestra vida. En el caso de todas estas mujeres, aunque en la película se observa de manera más palmaria en Johnson, superaron todas las dificultades debido a su ingenio. La NASA las necesitaba y por ahí se abrió la puerta que dio paso a su reconocimiento personal y profesional.

Estas son unas breves notas biográficas sobre ellas extraídas de la página oficial de la NASA.

Dorothy Vaughan (1910 – 2008) se especializó en informática, por entonces una disciplina incipiente. Se convirtió, de forma autodidacta, en una especialista en FORTRAN, uno de los primeros lenguajes de programación de ordenadores y en la primera supervisora de la NASA de raza negra.

Mary Jackson (1921 – 2005) consiguió, en 1958, ser la primera ingeniera de raza negra de la NASA. Para acceder a estos estudios obtuvo un permiso especial del ayuntamiento de Hampton, su ciudad de residencia. Además de su dedicación profesional, destacó como activista en la promoción del acceso a los estudios de las mujeres de color.

Katherine Johnson (1918 – 2020) su trabajo fue imprescindible en el cálculo de la trayectoria del vuelo orbital de John Glenn de 1962. De hecho, el astronauta no dio su visto bueno al lanzamiento definitivo hasta que Johnson no comprobó a mano los cálculos que habían obtenido los ordenadores. La propia web que la NASA dedica a su biografía recoge las palabras de Glenn: “Si ella dice que son buenos, entonces estoy listo para salir”.

"Ellas pueden servir como modelo a una juventud con escasos referentes que realmente les puedan ayudar a encontrar su camino y su ilusión en la vida"

El presidente Obama le concedió, en 2015, la Medalla Presidencial de la Libertad, la más alta condecoración civil que se concede en Estados Unidos. Asimismo, cuatro años después, el Congreso le otorgó la Medalla de Oro. Esta distinción se destina a la persona que realiza una destacada obra o acto de servicio a la seguridad, la prosperidad y el interés nacional.

En definitiva, son mujeres de otra época y, sin embargo, rabiosamente modernas. Los valores que transmiten sobre el esfuerzo y el espíritu de superación trascienden el tiempo. Ellas, entre otras muchas figuras históricas, pueden servir como modelo a una juventud con escasos referentes que realmente les puedan ayudar a encontrar su camino y su ilusión en la vida.

Lamentamos en muchas ocasiones que los jóvenes tengan como modelos a personajes que les aportan pocos o ningún aspecto beneficioso para ellos. Cabe preguntarnos si los adultos les ofrecemos alternativas a lo que ven a través de las redes sociales. Figuras ocultas es una magnífica ocasión para presentarles a tres mujeres extraordinarias que con su perseverancia y talento lograron cambiar sus vidas y las de los demás.

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FICHA TÉCNICA

Título original: Hidden Figures (2016)

Director: Theodore Melfi.

Guionistas: Theodore Melfi y Allison Schroeder.

Protagonistas: Taraji P. Henson, Octavia Spencer, Janelle Monáe, Kevin Costner y Jim Parsons.

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Ricarrob
Ricarrob
2 años hace

Necesario ver esta película. No solamente son ridículas y absurdas todo tipo de discriminaciones sino también inhumanas, contrarias al espíritu humanista. Y no solo las más evidentes sino también las disimuladas y las que no aparecen en los medios, en un país en el que todavía, después de cinco siglos, es solapadamente antisemita incluso en los propios medios. Y sí, en este país, se discrimina y se averguenza al diferente, al que no sigue la senda previamente trazada, al políticamente incorrecto, al que busca alternativas a la mediocridad generalizada. La ley de hierro es que la mediocridad tiende indefectiblemente a la homogeneización. Esta historia real es de los años 60, pero hay que pensar que en los setenta todavía se enseñaba a nivel académico la insuficiencia natural de las mujeres para las disciplinas científicas. ¿Está ya esto superado?