El número 12 es muy simbólico. Al parecer simboliza la plenitud, el orden cósmico y la perfección en diversas tradiciones, como el la Biblia (12 tribus de Israel, 12 apóstoles) y en la mitología griega (los 12 dioses olímpicos). También representa una estructura completa y equilibrada, como se ve en los 12 meses del año o los 12 signos del Zodíaco, y se asocia con el concepto de elección divina y la realización de ciclos.
Fondo buitre es mi duodécima novela y ojalá ese simbolismo se vea plasmada en ella a través del reconocimiento de los lectores. Hasta que llegue ese momento vamos a la génesis de la historia. La novela, como siempre, parte de una idea que se va desarrollando en mi cabeza. La vivienda es uno de los principales problemas del país y últimamente me estaba llamando la atención la adquisición de edificios enteros por parte de fondos de inversión sin escrúpulos. Así que pensé en escribir algo sobre el tema, una historia que se fue fraguando mentalmente.
Llegados a mi duodécima novela también pensé en hacer un homenaje a mis lectores y a mis personajes. Por tanto, decidí que los personajes iban a ser todos los que quedaran vivos de anteriores novelas mías, es decir, iba a hacer una reunificación de personajes, en un intento de hacer una fiesta narrativa. Así que elegí al Zip y al Roberto, al Tijeras y al Pirri, al Banderines y al Charli y hasta al Botas, protagonista de Yonqui, mi primera novela negra, que aparece sesentón, ya no es el adolescente que fuera antaño.
La historia principal la cuenta el Zip en primera persona, como en Después de la derrota. Pero hay otras dos tramas. Una es la de la empresa o fondo buitre que compra un edificio en Canillejas y la cuenta un narrador omnisciente. La otra es contada por Jero, un chico joven con cierto grado de Asperger, en segunda persona, hablando a alguien hipotético y sin definir. Esta trama habla de los vecinos y los acontecimientos que se van sucediendo.
Antes de sentarte a escribir una novela se debe pensar en muchas cosas. Además de la historia en sí, hay que elegir a los personajes, al narrador o narradores, el tono en el que vas a contar la historia y, sobre todo, y más en una novela negra, se debe imprimir un cierto ritmo que puede decaer si no se hace bien el cambio de narradores. No obstante, decidí jugármela. Espero que me haya salido bien y os guste.
Si estáis por Madrid el viernes 3 de octubre os agradeceré que os paséis por la presentación en la Biblioteca Eugenio Trías de El Retiro. Me acompañarán en la misma Albahaca Martín y David Llorente. La novela la publica la Editorial Alrevés.
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Autor: Paco Gómez Escribano. Título: Fondo Buitre. Editorial: Alrevés. Venta: Todostuslibros.



Bueno, don Francisco, no es por amargarle su redondeo docenal pero mire usted: Los apóstoles realmente fueron 13, las tribus de Israel se quedaron en dos, los dioses del Olimpo parece que fueron 13 ô 14 (Hades o Dioniso completan la lista), de los 12 meses del año uno es inhábil y los antiguos romanos tenías 10 meses anuales y hay quien dice que los signos del zodíaco son 13 ya que añaden al planeta Ofiucco o son 14 añadiendo también a Cetus.
Ni siquiera ya los nuevos frigoríficos traen 12 recipientes como antes sino que traen 10, Y es que, los huevos ya no son lo que eran…
Y desde que nos han prohibido a todos el azúcar y han arruinado a las pastelerías, ya no se compran las antiguas docenas de pasteles y se ha cambiado por el pasteleo político.
Además, en este país, desde las múltiples y variadas reformas de la educación en los últimos 30 años, no sé si ya hay alguien que sabe lo que es una docena o la diferencia entre doceavo o duodécimo. Tampoco lo que es adocenarse. Pero en tiempos del feminismo quizás haya que emplear la palabra docenaria.
Pero, perdóneme por haberme “metido en docena” ya que uno no “entra en docena”.
Docenales saludos.