Considero que en España, a lo largo de los siglos, numerosas mujeres han destacado de manera práctica y sostenida por su inteligencia, por la solidez de su formación y por una vocación intelectual que las han convertido en voces autorizadas y plenamente reconocibles dentro del panorama cultural, aunque no siempre debidamente reconocidas. Entre todas ellas, una de las figuras más representativas del actual ámbito intelectual español es, sin duda, Alicia Vallina.
Su trayectoria profesional es tan amplia como sólida: ha sido directora del Museo Naval de San Fernando, ha trabajado en las Subdirecciones Generales de Museos y de Protección del Patrimonio Histórico y, en la actualidad, es responsable del Área de Formación y Acción Social del Ministerio de Industria y Turismo. A todo ello se suma su labor como comisaria de exposiciones, guionista, conferenciante y colaboradora habitual en numerosas revistas especializadas.
He querido enumerar de forma exhaustiva su currículum como prueba de una formación deslumbrante que corrobora la afirmación inicial: Alicia Vallina es una intelectual ilustrada, dotada de una inteligencia singular y de una personalidad fascinante, que se manifiesta, además, con la sencillez propia de quienes no necesitan alardear. En ella, la conversación y la palabra escrita bastan para cautivar y convencer.
En su nueva novela, La condesa que pudo reinar, Vallina demuestra que su talla como autora de referencia en la recreación de personajes femeninos no deja de crecer. Se trata, probablemente, de su obra más literaria hasta la fecha: una novela de prosa clara y elocuente, rica en matices descriptivos, capaz de transportar al lector a cada uno de los escenarios en los que se desarrolla la acción. Su escritura es detallista y sensorial; recrea las escenas con tal precisión que el lector no solo las imagina, sino que las siente como vividas. Su estilo, atento al menor detalle, confiere a la narración una viveza extraordinaria: no se limita a contar, sino que hace que veamos, como si nos asomáramos a una ventana abierta a la historia que nos narra.
La novela se sitúa en el marco épico de la ocupación francesa de España y de las consecuencias políticas derivadas de la imposición de José Bonaparte en el trono, tras la renuncia de Carlos IV y de su hijo Fernando. Napoleón designó a su hermano mayor para ocupar la Corona española, un monarca que la historiografía popular redujo injustamente al apodo de «Pepe Botella», pese a que, como bien señala Vallina, era abstemio y, además, culto, inteligente y deseoso de ejercer un reinado moderno y reformista con el objetivo de lograr el bienestar de sus súbditos y, de ese modo, ganarse el afecto del pueblo. Un hombre lleno de contradicciones: ateo confeso, pero asistente casi diario a misa; seductor y sensible.
A partir del hallazgo fortuito de unas cartas de amor y de un diario —descubiertos por Amalia, la hija de la protagonista, tras la muerte de su madre—, la autora reconstruye la intensa relación entre doña Pilar de Acedo y Sarriá, condesa de Echauz y del Vado, marquesa viuda de Montehermoso, y José Bonaparte. La condesa fue una mujer ilustrada, adelantada a su tiempo, integrada por convicción y por la posición que ocupaba su esposo en la corte de José I durante los años que residieron en Álava. Pilar pudo haber reinado sobre un imperio, pero rechazó ese destino: solo le interesaba el amor. Cuando José I abandonó España, lo siguió a Francia y adquirió el castillo de Carresse, cerca de Pau, decidida a continuar una relación apasionada, transgresora y profundamente humana.
El descubrimiento de la correspondencia rompe los esquemas idealizados de su hija Amalia, que pasa de venerar a su madre a comprenderla y admirarla en toda su complejidad. A través de estas páginas, Vallina rescata no solo a una figura histórica injustamente olvidada, sino también a una mujer valiente y decidida, que vivió intensos conflictos internos al enfrentarse a unas circunstancias que no encajaban con la moral ni con las convenciones de su tiempo. Razones más que suficientes para suscitar admiración.
Alicia Vallina se confirma, una vez más, como una autora comprometida con la recuperación de protagonistas femeninas relegadas por la historia oficial: mujeres cuya relevancia fue minimizada por su condición y a las que la autora devuelve voz, dignidad y luz, permitiéndoles, por fin, brillar en toda su plenitud.
En esta nueva novela histórica, la autora vuelve a demostrar, de manera magistral, su capacidad como tejedora de historias, en las que combina con acierto la ficción y los hechos reales, hasta construir un relato que recrea el romance entre un hombre y una mujer ilustrados más allá de los convencionalismos sociales de la época.
Una vez más, me veo en la obligación de recomendar la obra de Alicia Vallina como prueba de que estamos ante una autora de ideas ilustradas, en la que el talento artístico sobresale por encima de la erudición.
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Autora: Alicia Vallina. Título: La condesa que pudo reinar. Editorial: Plaza & Janés. Venta: Todos tus libros.


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