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Karsten Dusse: «El mindfulness puede servir para aliviar el estrés de un asesino»

Karsten Dusse: «El mindfulness puede servir para aliviar el estrés de un asesino»

Quizás sean prejuicios, o generalizaciones, pero tradicionalmente humor y alemán son palabras que, como el aceite y el agua, no mezclan. La aclamada película Toni Erdmann, no es tan divertida, y entre los autores alemanes que han publicado en España el lector solo recuerda a David Safier, el autor de Maldito Karma, y nosotros queremos señalar como excepción los muy divertidos relatos de Doris Dörrie, también cineasta, en Hombres, hombres, aunque de ella nadie se acuerde. Ahora nos llega un desconocido autor de Bonn, Karsten Dusse, que en Alemania ha vendido dos millones y medio de ejemplares con su primera novela, Mindfulness para asesinos (Espasa, 2023), un extraño libro que no es fácil clasificar, pero que sabe conectar y atrapar al lector.

—Me  he  leído a fondo su novela. ¡Mire cómo está toda subrayada! Es divertida, mucho más de lo que esperaba, y me ha gustado…

—(Silencio).

—Sí, me ha gustado.

—(Silencio).

—¿No me pregunta por qué?

—Creí que iba a seguir hablándome de lo que le ha parecido la novela. Como estaba elogiándola, no quería interrumpirle.

—Me ha sorprendido porque usted parece muy alemán y tiene verdadero humor. Algo que no me esperaba. La novela es muy ingeniosa. Además, yo no la calificaría como una novela negra, ni siquiera de crímenes, a pesar de los muertos que caen en las páginas.

—Yo, tampoco.

—Leo que es abogado, como el protagonista,  Björn Diemel, un tipo que  defiende los intereses de Dragan Sergowicz, un gran  jefe mafioso ¿Usted se gana la vida del mismo modo?

—Oh, no. Nada de eso. Me gano la vida con la creatividad.

—Creí que había alguna relación con ese protagonista que nos resulta tan cercano.

"No es una novela biográfica. Quizás sea antibiográfica"

—No. No es una novela biográfica. Quizás sea antibiográfica. Aquí expongo las razones por las que no quiero parecerme a Björn Diemel. Cuando trabajé como becario pude conocer por dentro los grandes bufetes de abogados y enseguida supe que no quería encaminar mi vida por ahí.

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Yo había comprado el chalé para Dragan con las subvenciones concedidas por la UE al sector agrícola para la plantación de berenjenas búlgara. Cuando uno entiende que las ayudas públicas no se rigen por la necesidad, sino por la desvergüenza del solicitante, pedirlas puede crear una auténtica adicción...»)

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—No me extraña. Da una visión bastante desapacible de la justicia. A veces lo importante no es la verdad, sino los intereses de los clientes y conocer bien los recovecos de la ley para burlarla.

—No solo a veces. En realidad no sé por qué me metí a abogado. Para empezar no me gustan las disputas, pero tuvieron que pasar diez años para que me diese cuenta de qué era a lo que realmente me quería dedicar.

—A algo que no tiene nada que ver.

—Llevo 20 años escribiendo guiones y sketch de humor para la televisión.

—¿Esta es su primera novela?

—Sí, ha sido el primer trabajo largo de escritura y ha requerido todo un proceso de aprendizaje. Hacer textos para shows de comedia es más fácil, pero ese trabajo me ha ayudado a desarrollar la novela, ya que estoy acostumbrado a pensar de una manera muy  visual y en escenarios simples donde se suceden escenas singulares.

—Y tanto. Es muy fácil llevarla al cine. ¿Se lo han propuesto?

—Sí, ya  está vendida. Será una serie de ocho capítulos para Netflix.

—Fíjese, yo la veía como una historia para Tarantino.

—¿Tarantino? ¿Tiene su contacto?

—No, pero le pegaría mucho dirigirla, porque su novela tiene escenas muy violentas y otras muy cómicas. Hay una ironía de fondo en toda la historia y se muestra el lado frágil y cómico de los asesinos y su cotidianidad. También se nota la ternura del protagonista, tan obsesionado con no perder la custodia de su hija…

—Sí, sí, yo también lo veo así, pero no está en mis manos. Finalmente, será un director alemán.

—Creo que ha tenido muchísimo éxito la novela en Alemania.

—Sí.

—¿Cómo le ha cambiado la vida?

"El éxito en sí mismo no tiene sentido. Voy a cumplir 50 años..."

—No me ha cambiado mucho. Económicamente es estupendo. Yo siempre he trabajado de freelance y los primeros contratos eran de tres meses, así que estaba acostumbrado a trampear con el tiempo y el dinero. Ahora sé que dispongo de mucho tiempo para mí y para mis cosas, y esa es una libertad fantástica. Pero el éxito en sí mismo no tiene sentido. Voy a cumplir 50 años…

—¿Tantos?… No los aparenta.

—A esta edad se ven las cosas de modo diferente a cómo las veía a los 20. Es cierto que he vendido muchísimos libros, pero antes ya había tenido otros éxitos, no tan grandes, que para mí fueron muy importantes, como el primer contrato para una famosa serie, el premio de la televisión alemana o que me ofrecieran un programa de radio matinal, que luego me quitaron. Sé lo que es el  éxito, pero también sé lo que es fallar y he tenido fracasos. O sea, los problemas de todo el mundo que, en el fondo, son los que forman mi carácter. He disfrutado mucho con la novela y su repercusión, pero me reiría igualmente si hubiese sido un fracaso.

—Eso es muy de mindfulness.

—Cierto.

—¿Por qué ha gustado tanto la novela en Alemania?

—Creo que  tiene que ver con lo que llevamos dentro, con lo que nos hace humanos. La novela salió en silencio, avanzó muy despacio, sólo la conocían los libreros y la recomendaban a sus clientes como algo nuevo, realista, divertido…

—Me parece un  hallazgo juntar mindfulness con mafiosos y asesinos y una niña de por medio…

"Yo tenía un argumento en la cabeza desde hacía mucho años: trataba de un abogado que mataba a su cliente porque lo estaba estresando"

—Yo tenía un argumento en la cabeza desde hacía mucho años: trataba de un abogado que mataba a su cliente porque lo estaba estresando, pero se necesitaba un desarrollo lógico para hacerla verosímil, y así es como me vino a la cabeza la idea de un abogado que está practicando mindfulness para aliviarse de la tensión de un crimen y ahí empezó todo.

—¿Ahí?

—Bueno, me encontré con el problema de que el mindfulness tenía que funcionar después de asesinato, no antes, porque necesitaba llegar al crimen.

—Pues funciona antes. De hecho, el protagonista va a sesiones de mindfulness por consejo de su mujer y para salvar su matrimonio.

—Es cierto. Necesitaba algo exterior que le empujara a meterse en el mindfulness, y aquí interviene su mujer que le dice: tienes que cambiar, ya no eres el hombre con el que me casé…

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Katharina quería recuperar al joven equilibrado, con empuje y lleno de ideales del que se había enamorado hace diez años. De haberle dicho yo a mi mujer en algún momento que a mí también me habría gustado recuperar el cuerpo del que me enamoré hace diez años, nuestro matrimonio habría terminado en ese mismo instante. Y con toda la razón. Naturalmente, está permitido que el tiempo deje huellas en el cuerpo de una mujer, pero a toda luces no en el alma de un hombre...»)

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—Para documentarse sobre el mundo de la mafia leyó, y así lo cuenta al final, La mafia de Dagobert Lindlau, pero no dice nada respecto al mindfulness. ¿Qué libros consultó sobre el tema?

—Ninguno. Es que yo también practico ejercicios de mindfulness desde hace años.

—¿Cuántos?

—Siete.

—¿También fue por requerimiento de su mujer?

(Silencio).

—¿Está casado?

—No hablo de mi vida privada.

—Lo preguntaba, al hilo de la novela, por si acudió al mindfulness para salvar su pareja. ¡Se ve tan realista la historia!

(Silencio)..

—Aunque no hable sobre su vida, seguro que tiene un hijo… Bueno, una hija.

—No quiero ser maleducado, pero quiero dejar ese tema fuera. No voy a hablar de ello.

—No es curiosidad personal, sino interés literario. Se lo preguntaba porque para mí el gran hallazgo de la novela es el asunto de la guardería, en la que todos los personajes están implicados, y me parece que la paternidad es el leit-motiv, la clave de la historia.

—Es cierto que el centro de la novela, lo que quiero contar, es el amor entre el padre y su pequeña hija.

—Ya ve, mejor me lo pone.

"Lo de la guardería es algo así como la representación cómica de ese amor paternal, ya que por primera vez tiene que dejar a su hija en manos de otra persona"

—La hija es la motivación por lo que Björn desea cambiar cosas en su vida, y se decide a ir a clases de mindfulness porque se preocupa por lo que realmente es importante. Y lo de la guardería es algo así como la representación cómica de ese amor paternal, ya que por primera vez tiene que dejar a su hija en manos de otra persona, de alguien desconocido. De ahí la gran preocupación del protagonista y de los demás, sean lo que sean, por una buena guardería.

*****

Una de las situaciones más cómicas de la novela es cuando el clan mafioso decide implantar un prostíbulo de lujo en un edificio en el que ya han expulsado a todos los inquilinos menos a una guardería, que se le resiste, y por motivos que se verán en la historia, finalmente los mafiosos deciden olvidarse del prostíbulo y compran amablemente la guardería, que se llama ‘Como pez en el agua’, y aquí hay una crítica a todas esas palabras de moda, como sostenible, ecológico, vegano…  La primera reunión de los cuatro jefes (drogas, putas, armas, contrabando) con el abogado, en representación del mafioso, sucede en un aula  de preescolar, y allí están los tipos duros y armadados sentados en sillas de madera minúsculas y de colores. Tras poner al día sus negocios, y tratar sobre ajustes de cuentas y venganzas, tres de ellos se interesan por saber si pueden conseguir plaza en esa guardería, lo mismo que el jefe de policía, que está dispuesto a perder una valiosa prueba si admiten a su hija.

*****

—¿Tan difícil resulta encontrar una guardería?

—Es algo muy alemán. Hay una ley que dice que cada niño debe tener sitio en una guardería, pero no hay suficientes plazas, y eso que los alemanes no tenemos muchos hijos… Así que es casi imposible encontrar una buena guardería y eso da lugar, en la novela, a situaciones absurdas y divertidas.

—Ya le he comentado que no veo Mindfulness para asesinos como una novela negra, sino, más bien, como una novela familiar.

—Gracias.

—¿No es así?

—Sí, podría decirse que sí; aunque en realidad la novela tiene varios registros, y uno de ellos, el más visual, es el de la guardería.

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Cada capítulo está encabezado por un texto (casi temático) de la obra Desacelerar en el carril de adelantamiento. Mindfulness para ejecutivos, de Joschka Breitner, un coach que también interviene en la novela: es el especialista a cuya consulta acude el protagonista por imperativo de su mujer. Será Breitner quien tratará de resolver los conflictos que se le van presentando al estresado abogado y padre, y quien le instruirá paulatinamente en el mundo del mindfulness: la concentración, la respiración, el ayuno digital, el mundo interior del otro, la triada de la relajación, la monotarea, la felicidad, el perdón…. en fin, los sucesivos puntos que se van abordando en los ejercicios. Lo más sorprendente, y uno lo descubrió hacia la mitad de la novela, es que ese manual de autoayuda de título tan prometedor no existe, ni tampoco el tal Breitner. Todo es un invento del novelista que ha creado un personaje al que le va saqueando su libro de mindfulness a lo largo de 34 capítulos. Le cuento la anécdota, y sonríe satisfecho, como prólogo necesario a la siguiente pregunta.

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—¿No ha intentado escribir un libro sobre el mindfulness?

"No me siento capaz de escribir un libro lleno de frases importantes y no sé si funcionaría"

—Lo he pensado, pero no lo voy a hacer. No me siento capaz de escribir un libro lleno de frases importantes y no sé si funcionaría. Creo que es la teoría del mindfulness y la práctica posterior, que se desarrolla en la novela, lo que hace interesante ese supuesto libro de autoayuda. Me resultaba más fácil fingir que hay un libro de J. Breitner y presentarlo en extractos muy concretos. Era algo que necesitaba el lector.

—Me han gustado esos textos temáticos —interesante lo de la isla de tiempo, por cierto— que anteceden cada capítulo, y cómo luego esos temas se van aplicando en la historia y ayudan al protagonista a controlarse y superar las situaciones cada vez más complicadas y peligrosas en las que se va metiendo muy a su pesar.

—Gracias.

—Lo que menos me ha convencido es que hacia la mitad del libro muchos de esos textos se incluyen de nuevo en la narración, con lo cual resultan redundantes.

—Lo consideré necesario porque así tenía más fuerza la novela y se entendía mejor el comportamiento del personaje. Sé que no lo tenía que haber hecho para dar unidad al libro, pero era mi primera novela y aún me estaba probando como escritor. En mis siguientes novelas ya no los he incluido, y los textos sobre el mindfulness sólo van encabezando los capítulos.

—Ah, pero ¿ha escrito más novelas?

—Sí, otras tres más, que se han publicado en Alemania.

—¿Y qué tal le han ido? Porque hay autores que  triunfan con un título y adiós. Le puedo contar bastantes casos.

—Van bien. Las cuatro han gustado y se venden bien, pero ésta, que es la primera, se sigue vendiendo todas las semanas y es la que ha arrastrado al resto.

*****

(Ahora entendemos que esos dos millones y medio de ejemplares que Karten Dusse ha vendido en Alemania, según anuncia la editorial española, no se refieren sólo a Mindfulness para asesinos, que se publicó en el 2019, sino que se incluyen las otras novelas de la saga, porque esos libros, que ha ido publicado a un ritmo anual, están protagonizados por los mismos personajes)

*****

—Hábleme de esas tres novelas que desconocía. ¿Son un serie?

"En la siguiente novela, Björk quiere hacer un curso de tantra y cómo no sabe con quien ir le engaña a su exmujer para que le acompañe"

—Sí, todas están relacionadas. En la segunda Björn sigue practicando el mindfulness pero aún guarda una cierta ira dentro y se da cuenta que está relacionado con su niño interior. En la tercera, sufre la crisis de la mediana edad, y Breitner le dice que si no sabe qué hacer con el resto de su vida tiene que buscarse  a sí mismo e ir de peregrino por el Camino de Santiago.

—¿Y qué pasa con su mujer? ¿Siguen casados?

—No, la relación ha seguido un proceso natural y ya están divorciados, pero mantienen el contacto familiar. De hecho, en la siguiente, Björk quiere hacer un curso de tantra y cómo no sabe con quien ir le engaña a su exmujer para que le acompañe.

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Hemos de decir que Björn Diemel, el protagonista de estas cuatro novelas que cuenta la historia en primera persona, es un personaje que conecta con el lector y que cae bien, a pesar de los asesinatos que se van sucediendo. En realidad, no mata a nadie aunque es el responsable, en cierto modo, de todas esas muertes. Ya al comienzo de la novela confiesa: «Ante todo; no soy una persona violenta. Al contrario. Nunca me he pegado ni una sola vez en mi vida, por ejemplo. Y la primera vez que maté a alguien fue a los cuarenta y dos años, lo cual, se miro en mi entorno laboral actual, es más bien tarde. También es cierto que a la semana siguiente ya había llegado a la media docena«.

De todos modos, y como luego cuenta, todo lo que sucedió lo hizo con la mejor de las intenciones, para conciliar su vida profesional con la familiar.

La entrevista ha sido desenfadada, pero no tan divertida como pensábamos (se la tomó muy en serio), y es que Karsten Dusse prefiere dejar el humor para sus novelas, con lo cual sus lectores se lo agradecerán. Se nos ha olvidado comentar que hay un momento en que la novela atraviesa un periodo valle, posiblemente es un reposo para tomar aliento ante los acontecimientos que se van a precipitar después, y le podíamos haber comentado que dedicar un capítulo entero a contar cómo se descuartiza un cadáver está bien para un libro práctico, pero no tanto para una novela. Han quedado cosas sueltas, como sus lecturas, que las divide entre las inspiradoras, y cita, por ejemplo, a Saint-Exupery, García Márquez y Stephen Fry, y las de  evasión, como Ken Follet o Dan Brown. Tras acabar el libro es como si hubiéramos hecho un pequeño cursillo de mindfulness, al fin sabemos lo que significa esa palabra: atención plena, esa atención plena que tiene un niño cuando está jugando, o como se decía en otro tiempo, estar en lo que estás. El protagonista lo define como prestar atención al momento presente con amabilidad. En alemán la novela se titula algo así como Matar conscientemente, y en catalán Inspira, respira, mata.

Antes de despedirnos, y mientras dedica el libro a mi hijo, repaso la entrevista en mi mente, y como no estoy seguro de tener un titular atractivo, saco ese as de la manga que todos los periodistas guardamos, y que funciona en muchos casos, pero nunca con los políticos.

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—Una última pregunta: ¿el mindfulness puede servir para aliviar el estrés de un asesino?

—Sí.

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