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La consciencia que tiembla

La consciencia que tiembla

Se le otorga al poeta la capacidad de percibir el mundo con una mirada distinta, de la cual su poesía es una revelación ofrendada al lector para quien descifra ese enigma insondable y oculto, evidenciando esa arcana alianza entre el poeta y la divinidad y enlazando la poesía con un don. Y este ejercicio no siempre resulta fácil. “Tomar consciencia” implica un proceso de percepción, reconocimiento y reflexión sobre una realidad que, quizás, antes era confusa; también significa llegar al entendimiento de uno mismo y del otro, de circunstancias, de acciones, pensamientos o emociones, o del entorno que nos rodea. Y esa toma de consciencia llega no sin un cierto dolor, que la asunción de la verdad nos trae. Este poemario Con (La Bella Varsovia, 2024) de Miriam Reyes es la conclusión del desvelamiento y discernimiento de ese otro con quien la poeta se relaciona a través de un cuerpo premonitorio, y sabedor, de aquello que el pensamiento racional aún ignora: tiembla el cuerpo presintiendo.

El cuerpo es el umbral que permite adentrarse en el otro, sólo quien se atreve a traspasarlo puede reclamar la revelación del vínculo y del conocimiento. El cuerpo es el modo, el medio y el instrumento con el que intuye y percibe al otro, al tiempo que mediatiza las uniones establecidas con la persona otra y su contexto, identificando ese cuerpo con la preposición “con”, que intitula el poemario, al denotar una asociación, nexo o inclusión entre dos o más elementos para construir una unidad:

este cuerpo

este cuerpo ¿quién?

insondable y desnudo

en conjunción

"Enraíza lo emocional en un cuerpo que se abre para llenarse de otro cuerpo, porque es a través de él como dialogan, porque es el sexo la palabra desbordante y diáfana en que desembocan"

Y es desde esa corporalidad desde la que se interroga y se descubre la palabra poética de Miriam Reyes, una palabra que se recrea en indagar las longicuas formas de la gramática, así como de ciertos recursos retóricos, en especial, el polisíndeton o la carencia total de signos puntuación, desafiando al lector en su interpretación. Este poemario aborda la historia de una relación a partir de una propuesta íntima de límites universales en tres partes, y una dedicatoria celebratoria a modo de cierre, donde el amor es proyectado desde esa materialidad corporal. Con ello, da lugar a unas potentes imágenes táctiles que impactan contra nosotros, devastando la idea del amor romántico y desnudando su ferocidad:

Somatiza el amor en forma de llagas

me llama nombres:

andrajo                 discurso           residuo

 

la valoración de los daños

no es objetiva.

Aunque en el principio de los tiempos no fuese así. En efecto, “Expectación” canta la espera ilusionada por el encuentro con el otro, mientras nos permite forjar unos lazos y fraguar una posibilidad al margen de la memoria, donde naufragan las experiencias que nos traen a la orilla del hoy:

He proyectado sobre mi exigua experiencia

de ti

mis experiencias de otros

 

el primer trecho es hermoso

los pulmones los ojos el corazón y el sexo

se inflaman palpitan y aplauden

vibra el cerebro y resplandece

Enraíza lo emocional en un cuerpo que se abre para llenarse de otro cuerpo, porque es a través de él como dialogan, porque es el sexo la palabra desbordante y diáfana en que desembocan:

Cuando se desborda el amor de su recipiente

y se derrama mojando la mano que quiere

llevárselo a la boca

"La brevedad en los poemas y la visual materialidad de las metáforas, comparaciones, paradojas, oxímoron, expuestas con un lenguaje, que huye de los artificios, nos golpean violentamente sin tregua"

Entonces, al abrir el cuerpo y dejar entrar al otro, se va haciendo espacio dentro para él, en tanto continente y territorio, para alojar el amor. En este momento, la consciencia toma forma y se expande, se fusiona y vibra a la par de ese espacio cuyos lindes transfronteriza: la experiencia física y sensorial quiebra la percepción y el entendimiento. El amor se revela como una fuerza que dinamita la tierra y cristaliza lo intangible, el deseo esplende… No obstante, no ignora la poeta el riesgo que subyace en esa ocupación de su territorio, tal y como poetiza en “Peligro/ temores”, la más extensa y epicentro. La brevedad en los poemas y la visual materialidad de las metáforas, comparaciones, paradojas, oxímoron, expuestas con un lenguaje, que huye de los artificios, nos golpean violentamente sin tregua:

Su voz es un balón reglamentario de

baloncesto

dura rugosa firme

cuando rebota en mí reverbera

como en una catedral vacía.

El “yo” lírico encuerpado comienza a intuir el distanciamiento del otro, llamado ahora “la persona otra”, “alguien” o “algo”, su actitud, su exigencia y desprecio, propio de un maltrato psicológico, transmuta sutilmente en una violencia física, de la que la voz poética, en lugar de víctima, se siente causa: Será que hinco cuando apoyo / asfixio cuando beso / erosiono cuando rozo. La persona otra se aleja: se mueve en una dimensión intangible y considera llevarse su aquí a otro lugar, subvierte la realidad y convierte, en una amenaza a quien es víctima, mientras la despoja de significado, la adverbializa. De este modo, la poeta enuncia su ausencia en la existencia del otro a través del uso de las elipsis. Su materialidad va desapareciendo, deja de ser vista, es reciclada, en una hipérbole bellísima y dolorosa. Aquí y ahora la poeta toma consciencia: A menudo se toma / una cosa por otra / o una cosa por nada. Nada hay en ese conocimiento que no haya estado previamente sentido por el cuerpo. Hay versos y palabras que avanzan el poemario y detonan su trayectoria. Sin duda alguna, es un poemario más próximo a la poesía conceptual, de palabra exacta, sorprendente en sus giros “narrativos”, porque sí, Miriam Reyes nos cuenta una historia.

"Este poemario nos brinda una excelente oportunidad de repensar desde dónde construimos nuestra identidad y no es sino con y a través del otro"

Sólo queda recuperar el territorio, su propio cuerpo con su movimiento: Todo cuanto puedo llamar mío / este cuerpo que habla y gesticula, ello es “Coraje/lance”. Acontece, en definitiva, el recuerdo y el retorno. Ese otro se amalgama con distintos otros para disolverse en las muchas vidas del yo que aguardan para derribar muros y construir lo mutuo. Concluye, pues, en una celebración a sentir la vida.

La voz personal y rotunda de Miriam Reyes nos convence del poder de la palabra poética. Su capacidad, ya revelada en anteriores libros, para envolvernos en una atmósfera delineada por un lenguaje magistralmente domado, y el juego con el lector convierten a su poesía en el temblor necesario para el reencuentro. Este poemario nos brinda una excelente oportunidad de repensar desde dónde construimos nuestra identidad y no es sino con y a través del otro. Su tacto nos traduce y reinterpreta, de la misma manera que el nuestro lo hace sobre el otro, en un diálogo que enriquece o empobrece, pero del que nunca salimos indemnes. Ese contacto transfigura nuestro conocimiento del mundo, ya que, como escribió Anaïs Nin, no vemos las cosas como son, sino como somos, y somos un cuerpo transcribiendo desde su sensorialidad y desde la aceptación que, las vivencias que lo atraviesan, condicionan nuestra aprehensión de la realidad, porque La consciencia no es materia sensible, pero tiembla.

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Autor: Miriam Reyes. Título: Con. Editorial: La Bella Varsovia. Venta: Todos tus libros.

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