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La poética de la brevedad en Luis Alberto de Cuenca: Haikus completos (1972-2021)

La poética de la brevedad en Luis Alberto de Cuenca: Haikus completos (1972-2021)

Hablar de Luis Alberto de Cuenca (Madrid, 1950) conlleva definir una vasta cultura contenida en un hombre cortés, humilde y bueno. Su andadura vocacional y profesional le ha llevado al amor por la lengua y las culturas —no en vano es doctor en Filología Clásica—, llegando a dirigir la Biblioteca Nacional entre los años 1996 y 2000 y obteniendo diversos premios por su labor literaria —entre los que destaca el Premio Nacional en 1989 por su versión del anónimo Cantar del Valtario, el Premio Nacional de Poesía en 2015 por Cuaderno de vacaciones y el Internacional de Poesía García Lorca en 2021. Además de todo ello, es un amante de los cómics y sobre todo del cine, como demuestra cada semana en el programa radiofónico Cowboys de medianoche. Por su faceta irreverente muchos le recordarán a través de las letras compuestas para la Orquesta Mondragón.

Como podemos observar, Luis Alberto ha tocado muchos palos y palillos —incluyendo los hashi, literaria y no literalmente hablando, como ahora veremos— y actualmente sigue sorprendiendo en facetas líricas insospechadas. Es el caso del género poético de los haikus, que ha cultivado a lo largo de su bibliografía en mayor o menor medida, dependiendo de la época y de la obra. La editorial Los libros del Mississippi, coordinada por Antonio Benicio Huerga —amigo y admirador del poeta—, tuvo la feliz idea de reunirlos en un volumen que ya ha cumplido su 2ª edición, corregido y ampliado por el propio autor. Se trata de Haikus completos (1972-2021), que constituye el volumen primero de la colección titulada Libretos del Mississippi. En esta última edición de la Feria del Libro de Madrid, De Cuenca estuvo en la caseta de Huerga y Fierro firmando ejemplares. En total, 11 apartados en su índice que abarcan cincuenta y tres años de creación poética de este creador español.

"El primero de los poemas figura en el libro Elsinore, publicado en 1972 y con claras resonancias hamletianas al llevar el nombre del castillo donde sucede la acción de la obra inmortal de Shakespeare"

En el prólogo de la obra, Ricardo Virtanen define a De Cuenca como uno de los autores actuales que más ha proyectado “la composición del terceto japonés de una forma continuada”. Algo que podemos comprobar no sólo en su obra poética completa publicada —y bien profusa, como demuestran los dos tomos que la reúnen en el sello de Cátedra— e inédita. En este libro se incluyen algunos haikus que no habían sido dados a la imprenta por el autor y que concluyen toda la producción haikiana del autor. A diferencia de lo que tradicionalmente suponen los poemas breves de origen nipón, los creados por Luis Alberto de Cuenca no ocultan la voz del autor ni dan presencia omnipotente a la Naturaleza —con la que tampoco se funde, si bien la elige como tema en varios poemas para asociarla al individuo—. Se trata de un tipo de poesía ligada a su tiempo pero deudora de la tradición —aquí entra en juego la formación humanista y exquisita del autor—. Hay humor y amplia presencia del amor, también algo de misterio, referencias culturales y paradojas. Con estos hilos se diseña un tapiz polícromo y deslumbrante, a pesar de la sencillez de su contenido. Realicemos un recorrido por él de principio a fin —y no de fin a principio, como se esperaría en una lectura oriental—.

El primero de los poemas figura en el libro Elsinore, publicado en 1972 y con claras resonancias hamletianas al llevar el nombre del castillo donde sucede la acción de la obra inmortal de Shakespeare. Así, aunque el texto vaya dedicado al trovador aquitano Jaufré Rudel, parece recordarnos el cuadro de MillIais Ofelia muerta, enamorada a su vez de Hamlet y que truncó su vida ahogándose: “Talle del viento. / Un jazmín se desploma. / Llanto del agua”. muere”.

Por fuertes y fronteras (2002) contiene un nuevo y dramático haiku, El cuarto vacío, donde un habitáculo —concretamente el dormitorio— representa el sentimiento interior de la voz poética, perdida toda ilusión: “En esta alcoba / ya nada puede hacerse / salvo morir”.

"La vida en llamas supone un compendio de haikus de naturaleza muy diversa, destacando personajes legendarios y héroes sin nombre"

Los ocho haikus contenidos en Sin miedo ni esperanza (2002) comparten la particularidad de estar acompañados por las elegantes y sencillas ilustraciones de Javier de la Rosa. Todos los poemas tienen como temática al amor pasado pero presente en el poeta. El primero parece aludir a la propia obra poética y física que leemos: “Libro de versos. / Lo forro con las tiras / de tu recuerdo”. El segundo juega con la imposible presencia y ausencia de sonido a un mismo tiempo: “En el silencio / de la pasión perdida / canta tu cuerpo”. Del mismo modo, una nueva antítesis protagoniza el siguiente haiku, destacando la tristeza del todavía enamorado sobre la luz del ser amado: “La misma historia. / Por el sol de tus ojos / viaja mi sombra”. Lo generado por lo que pudo ser y no fue se representa en el siguiente texto: “Cuántas preguntas / quedaron en el aire / de tu renuncia”.

La vida en llamas (2006) supone un compendio de haikus de naturaleza muy diversa, destacando personajes legendarios —de Perceval a Ulises— y héroes sin nombre (“Vivió. Murió. / Supo ser nadie y todos / al mismo tiempo”), los amorosos (“Viajar a Marte / o al cuarto de la plancha. / Pero contigo”), los dedicados a la Naturaleza (“La planta muerta / vive y crece en el viento / de la memoria”) o los simbólicos (El tercer hombre: “Abro la puerta. / Descubro que no hay nadie / fuera ni dentro”).

El reino blanco (2010) continúa sirviendo de cajón de sastre para distintas temáticas, desde lugares como Francia en su síntesis (“Flores de lis. / La cruz contra la Media / Luna. San Luis”) y otras geografías exóticas y fantásticas definitorias de personalidades, como Oriental (“Dame tu magia, / la alfombra voladora / de tus palabras”); el amor (Tempus non fugit: “Reloj de arena. / Me subo a tu cintura / y el tiempo cesa”) con su cara y su cruz (“Tú eres mi faro. / Y tú tienes la culpa / de mis naufragios”) y la falta de él (Abstinencia: “El dinosaurio / de tus sueños se ha vuelto / vegetariano”). Y, cómo no, el sentido de la existencia en general (Freud: “Todo en la vida / se reduce a dos cosas: / sexo y comida”).

"Diez haikus solares, cinco de ellos asonantados dan protagonismo al astro rey, mientras que los cinco poemas que destacan en el subtítulo tienen como característica principal esa repetición de vocales de una palabra en otra desde la sílaba tónica"

Cuaderno de vacaciones (2014) lo componen cinco haikus de corte misterioso y evocador, donde el desencanto amoroso (“Estás tan cerca / que he borrado tus huellas / con mi silencio”) se mezcla con la despedida de las amistades (“El sol se oculta / y yo les digo adiós / a los amigos”), las personalidades ocultas en uno mismo (“Bajo tus alas / hay un bosque profundo / que no conoces”) o, de nuevo, la Naturaleza en relación con el ser humano (“No se ve a nadie. / En el monte vacío / no se ve a nadie” o “Qué hará esa nube. / ¿Pasar? ¿Derramar lluvia / sobre mi hoguera?”).

Llaman la atención los Haikus de Nueva York (2019, inéditos), precisamente por el contraste que supone la tradición poética breve japonesa imbricada dentro de la Naturaleza —con lo que tiene de solitaria y silenciosa— y su actualización desde esa “jungla de asfalto” americana. Del mismo modo que la ciudad más poblada de Estados Unidos fue lugar de inspiración para escritores españoles como Federico García Lorca (Poeta en Nueva York, 1929-1930), Carmen Martín Gaite (Caperucita en Manhattan, 1990) o José Hierro (Cuaderno de Nueva York, 1998), Luis Alberto de Cuenca también encontró en ella material poético, compuesto por perlas tan breves como concisas y representativas de este espacio. Así por ejemplo, el poeta se considera amparado como autor en dicho paisaje, dotándolo de un aura legendaria: “Nueva York es / el castillo almenado / de los poetas”. Se ahonda en esta recreación aquí también: “Nueva York: Delfos / de la América eterna, / ciudad sagrada”. En esa inmersión en torno a su atemporalidad, el escritor afirma: “Buscas el mito / de la ciudad eterna / en sus mil torres”. Su interminable arquitectura lleva a este otro haiku: “Mirar arriba / y no encontrar el cielo / de Nueva York”. Ciudad que nunca duerme ni parece tener ocaso, en su sentido más completo y desafiando a las leyes naturales: “Nueva York: alba / que se impone al crepúsculo. / Luz que no muere”.

"Los cuatro poemas de Haikus del Tigre Impar tienen como tema la metáfora o expresión con que se describe a una persona considerada única o excepcional, destacando por alguna cualidad especial"

Diez haikus solares, cinco de ellos asonantados (2019, inéditos) dan protagonismo al astro rey, mientras que los cinco poemas que destacan en el subtítulo tienen como característica principal esa repetición de vocales de una palabra en otra desde la sílaba tónica. El primero de ellos, “Miedos que acechan / desde la oscuridad / de un Sol difunto”, alude al temor inconsciente a través de esa poderosa imagen simbólica y paradójica de luz (sol) / penumbra (“oscuridad” o “Sol difunto”, apagado). El segundo condensa en una nueva paradoja la psique de una persona: “En tu divisa / se dibuja un Sol negro: / melancolía”. El poder natural que sobre el ser humano tiene esta estrella se explica aquí: “Del Sol venimos. / Al Sol regresaremos / cuando el Sol mande”. También de sus características se dota a un personaje en este otro haiku: “Del Sol tomaron / tus cabellos el oro, / tu cuerpo el bronce”. El juego comparativo entre el tono negro de la sombra como ausencia de luz y el otro asociado a lo fúnebre y a su imagen más poderosa —un féretro— lo encontramos en este otro poema: “El Sol ha muerto. / Un ataúd de sombras / cuelga del cielo”. De nuevo la épica vuelve a surgir, asociando la imagen de espada refulgente con la del rayo solar: “Nuestras espadas / son, a la luz del Sol, rayos de gloria”. La decadencia humana ligada al ocaso como consecuencia de la desaparición diaria de la luz solar aparece aquí: “Los años pasan. / Se oculta el Sol: perdemos / toda esperanza”. También en este otro poema, asociándose la luz natural con el brillo mental individual o colectivo: “El Sol se pone. / Donde había memoria / no hay más que olvido”. Del mismo modo y como broche final en este otro, en el que la ausencia de luz se liga a la desazón interior: “Tiempo de angustia. / Nuestro Sol no responde, / solo pregunta”.

Los cuatro poemas de Haikus del Tigre Impar (2019-2020, inéditos) tienen como tema la metáfora o expresión con que se describe a una persona considerada única o excepcional, destacando por alguna cualidad especial. Una figura simbólica, que parece acompañar al autor a modo de inspiración poética: “Recibiremos / un haiku cada día / del Tigre Impar”.

"Finaliza esta recopilación más completa de haikus en Luis Alberto de Cuenca con el apartado Inéditos, destinado a la producción de esta poética breve no publicada del autor"

En Después del paraíso (2021) hay una recuperación de la cultura grecolatina como referente poético clave y necesario. Lo encontramos, por ejemplo, en Por culpa de Safo, donde el eje central está en esta poeta rompedora de la cultura antigua. En el poema se tratan los temas del amor y el sufrimiento como inseparables. Dicho texto y el siguiente constituyen un conjunto de siete —el primero— y ocho haikus —el otro— encadenados, lo que supone una novedad en la poética haikiana de De Cuenca. En el primer poema, el autor culpabiliza con su esperado humor a Safo del mal de amores: “Antes de Safo / nadie amaba y de amores / nadie sufría. // Luego se puso / de moda el sufrimiento / de amar en vano. // Y así nos va: / dando tumbos, rozando / siempre el abismo; // enamorándonos de quien no deberíamos, sufriendo al límite. // Y todo por / culpa de la maldita / Safo de Lesbos”. Tus pies y el mar tiene como protagonista al ser amado y perdido, manifestando el poeta su envidia hacia el mar, que lame “como un perro” sus pies “junto a la arena”: “Sé que mi boca / los poseyó; no sé / cuándo ni dónde. […] // Ahora es el mar / quien deja que lo embrujen / tus pies de Circe”. El poema siguiente, Del mythos al logos, funde la tradición con la modernidad más pop, dando la vuelta a una expresión bien conocida por cinéfilos y amantes del cómic: “Desilusión: / es un avión o un pájaro, / no es Supermán”. El regreso a los personajes históricos lo encontramos en Juana de Arco, con una precisa descripción del personaje utilizando simbólicamente el elemento que la condujo a la leyenda: “Doncella eterna, / siempreviva en las llamas / de tu coraje”. Parque del Buen Retiro (1656) continúa situándonos en otras épocas, al asociar el conocido espacio del Retiro con la monarquía que lo habitó como lugar de asueto:  “En el parterre / se dibuja la sombra / de una Menina”.

Finaliza esta recopilación más completa de haikus en Luis Alberto de Cuenca con el apartado Inéditos (2006-2021), destinado a la producción de esta poética breve no publicada del autor. El primero, del 2006, refiere al reloj de agua, asociando las gotas a las lágrimas y el goteo al paso del tiempo y a la tristeza que produce: “Esa clepsidra / se parece a mi alma: / melancolía”. El decaimiento se mantiene en el siguiente haiku, del mismo año, asociándolo al color: “Vence la pena: / tus zapatillas rojas / se han vuelto negras”. El tercero, de 2019 y dedicado a Manuel Lara Cantizani, va prendido de admiración y humor: “Te hago la ola, / Manolito querido, / de Hokusai”. Cuaderno de bitácora, de 2021, también en cierto modo lánguido, emplea la metáfora del viaje marítimo como proceso hacia la ausencia de sonidos: “Voy navegando / despreocupadamente / rumbo al silencio”. Del mismo año es Llévatelo, donde la ironía se hace patente: “Ya que te marchas, / llévate en tus alforjas / a mi marido”.

Haikus completos supone una cautivadora forma de aproximarse al género poético breve para admirarlo, así como el mejor modo de reivindicar a Luis Alberto de Cuenca, siempre sorprendente y magnífico en los ámbitos por donde deja su estela poética. Un auténtico regalo para todo lector que se precie.

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Autor: Luis Alberto de Cuenca. Título: Haikus completos. Editorial: Libros del Mississippi. Venta: Todos tus libros.

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Ricardo
Ricardo
4 meses hace

Más que haikus son tercetos poéticos en 5-7-5, pero muy alejados de la forma tradicional japonesa. Es como hacer, valga el símil gastronómico, una tortilla de patatas sin huevo y sin patatas.