Inicio > Libros > Cómic > Las macabras maravillas de Edward Gorey

Las macabras maravillas de Edward Gorey

Las macabras maravillas de Edward Gorey

Fue Edward Gorey (1925-2000) un personaje singular en vida y arte: amante del dibujo y la literatura, dueño de un estilo que combina el humor con el horror, explorador de los alcances y los límites de la imaginación, su obra ha fascinado durante décadas a niños y adultos. De Tim Burton a Neil Gaiman, su legado es indiscutible: él, como sus seguidores, ha dejado en claro que es en el lado oscuro de la fantasía, en el lado inquietante, quizá hasta perverso, donde reside el núcleo mismo de la creación artística. Por ello, sus historias no son en absoluto complacientes: son, a la vez, sueños y pesadillas, tragedias y comedias, luces y sombras.

La biblioteca macabra, publicada recientemente por Libros del Zorro Rojo —que ha traducido y editado buena parte de su obra—, reúne en este estuche cinco libros de Gorey: El zoo absoluto, una antología de animales exóticos y grotescos; La niña desdichada, una irónica fábula sobre el destino y la fatalidad; El jardín maléfico, que cobrará vida y devorará a casi toda una familia; La procaz intimación, el relato de una señorita seducida por el demonio; y Los pequeños macabros, su obra maestra, que relata las alfabéticas desventuras de veintiséis niños inocentes.

"Los pequeños macabros, pequeño deleite goreyesco, es una suerte de abecedario funesto: una encantadora compilación de muertes y accidentes de toda clase que esconde en sus páginas al mejor Edward Gorey"

Hay en la literatura de Gorey una mezcla de pasmo y perplejidad, de extrañeza y misterio, de risa y desconcierto. El lector que se aproxime a su obra descubrirá, no sin estupor, un rincón de sí mismo que hasta entonces se encontraba vedado: un humor negro, un desafío a las convenciones, un nuevo modo, acaso poco ortodoxo, de percibir la belleza. No solo en el fondo, sino también en la forma, La biblioteca macabra es un arma de doble filo: a través de trazos minimalistas y figuras estilizadas, y valiéndose de escenarios repetidamente victorianos, el autor recrea ambientes decadentes, escenarios lúgubres y situaciones ambiguas. Con un talante que recuerda a la xilografía o al arte gótico, y a menudo con versos pareados (a este respecto, cabe destacar la estupenda labor de traducción a cargo de Marcial Souto), nos revela con candidez eventos que pondrían a cualquiera los pelos de punta o que permearían los sueños de los maestros surrealistas: «Junto al lago, de repente, / asfixia al tío Franz una serpiente»; «el Quingawaga gime, gruñe y chilla; prefiere el hueso del tobillo al de la rodilla».

"Leer a Gorey equivale a observar por el visillo de la ventana: de pie, sin esperar nada a cambio, el lector encontrará criaturas fantásticas, demonios seductores y accidentes fatídicos"

De la presente colección, es La niña desdichada la menos madura de las obras, pero no por ello deja de ser extraordinaria. Pese a que no hay en ella los elementos que abundan en los demás libros —el humor, la ironía, el giro tragicómico—, se adivinan en sus páginas una mirada única, desoladora y enigmática, y una narración elevada, plena de sentido, sobre el destino y las casualidades. Los pequeños macabros, pequeño deleite goreyesco, es una suerte de abecedario funesto: una encantadora compilación de muertes y accidentes de toda clase que esconde en sus páginas al mejor Edward Gorey. Frente la fragilidad de la vida, el autor elige ilustrar la muerte, no para temerla u odiarla, sino para maravillarse ante ella, ante sus posibilidades e imposibilidades; para desplegar, por medio del absurdo, un espacio para el asombro y un refugio para el ensueño.

Leer a Gorey equivale a observar por el visillo de la ventana: de pie, sin esperar nada a cambio, el lector encontrará criaturas fantásticas, demonios seductores y accidentes fatídicos; encontrará un lenguaje delicado, palabras en la punta de la lengua y sonidos que se anteponen al sentido; encontrará seres escuálidos, trazos firmes e ilustraciones extrañas. Esa misma noche, tras la lectura, dormirá y tendrá fiebre: sobra decirlo, no sabrá si está soñando o forma ya parte indisoluble del universo de Edward Gorey.

—————————————

Autor: Edward Gorey. Traductor: Marcial Souto. Título: La biblioteca macabra. Editorial: Libros del Zorro Rojo. Venta: Todos tus libros, Amazon, Fnac y Casa del Libro.

4.8/5 (8 Puntuaciones. Valora este artículo, por favor)
Notificar por email
Notificar de
guest

0 Comentarios
Feedbacks en línea
Ver todos los comentarios